Bajo fuertes críticas, Trump condena el racismo: “Estas siniestras ideologías deben ser derrotadas”
WASHINGTON.- Bajo fuertes críticas, acusado de haber atizado la violencia en el país con su retórica, el presidente de Estados Unidos , Donald Trump , ofreció su más contundente y frontal condena al racismo en un calibrado discurso en la Casa Blanca, en un intento por atenuar el espanto desatado por las masacres del fin de semana en El Paso y Dayton.
"Con una voz, nuestra nación debe condenar la intolerancia, el odio y la supremacía blanca", dijo Trump , al leer un discurso en la Casa Blanca, acompañado por el vicepresidente, Mike Pence, que ofreció un fuerte contraste con sus habituales diatribas en Twitter, actos de campaña o al responder preguntas de la prensa. "Estas siniestras ideologías deben ser derrotadas. El odio no tiene lugar en Estados Unidos", afirmó.
Son la enfermedad mental y el odio los que aprietan el gatillo
Trump le habló a un país impotente y horrorizado luego de un fin de semana de furia en el que dos tiroteos masivos dejaron al menos 22 víctimas en El Paso, Texas, y otras nueve en Dayton, Ohio. Trump tildó la matanzas de "ataques nefastos" y "crímenes contra la humanidad", y confirmó que el tirador de El Paso, Patrick Crusius, publicó en Internet un manifiesto "consumido por el odio racista" antes de la matanza. El documento dice que la masacre es una respuesta a "la invasión hispana de Texas". Trump ha utilizado varias veces la palabra "invasión" al referirse a los inmigrantes.
"El odio deforma la mente, devasta el corazón y devora el alma", afirmó el presidente.
Con su mensaje, Trump intentó acallar el incipiente repudio de demócratas y progresistas que cargaron contra su retórica racista y xenófoba y llegaron, incluso, a responsabilizarlo por los tiroteos. Trump ha denostado a los inmigrantes al vincularlos al crimen, el narcotráfico y el caos; una y otra vez ha hablado de una "invasión" al país, y, en un reciente acto de campaña en Florida, se río cuando un asistente sugirió matarlos. En Twitter, la etiqueta #SupremacistaBlancoEnJefe llegó al tope de las tendencias en Washington.
Trump, acusado por sus críticos de ser uno de los presidentes más divisivos de la historia, ensayó otro llamado a la unidad, una reacción de libreto luego de masacres como las del fin de semana. Dijo que el país no podía sentirse "impotente", y que debía detener el flagelo "actuando como un solo pueblo". Le pidió a republicanos y demócratas que encuentren "soluciones bipartidistas", una tarea hercúlea en tiempos de grieta.
Hemos hecho mucho más que la mayoría de las administraciones [sobre el control de armas]. Realmente hemos hecho mucho. Pero quizás haya que hacer más
A la hora de explicar la raíz de la epidemia de violencia y ofrecer una solución, Trump, desligó a las armas. Por el contrario, el presidente culpó a "los peligros de Internet y las redes sociales", la "glorificación de la violencia", los videojuegos y las enfermedades mentales. Dijo que había que frenar los asesinatos masivos antes de que ocurrieran.
"La enfermedad mental y el odio aprietan el gatillo, no el arma", definió.
Trump pidió la pena de muerte para las personas que cometan crímenes de odio y asesinatos masivos. Ordenó al Departamento de Justicia a que desarrolle herramientas para "detectar" tiradores antes de que ataquen. Abogó por un "cambio cultural", el cual, reconoció, es "difícil". Y pidió reformar la legislación para identificar mejor a personas con problemas mentales y darles tratamiento, además de ampliar los controles de antecedentes y restringir el acceso a las armas con "banderas rojas" para personas que representen un riesgo a la seguridad pública. Pero no ofreció medida o regulación específica alguna para intentar reducir o controlar mejor el arsenal de Estados Unidos, el país con más armas per cápita del planeta.
Algunos demócratas reclaman una prohibición a los rifles de asalto, similar a una que se implementó en los ’90. Bernie Sanders, uno de los candidatos presidenciales, pidió además implementar un programa de recompra para quitar esas armas de las calles.
"Ahora es el momento de dejar de lado el partidismo destructivo, tan destructivo, y encontrar el coraje para responder al odio con unidad, devoción y amor", abogó el presidente en su discurso.
No fueron pocos quienes remarcaron el fuerte contraste entre el mensaje leído desde el teleprompter en la Casa Blanca y los latigazos espontáneos que suele desparramar Trump en Twitter, ante la prensa o en sus actos de campaña contra los demócratas, a quienes ha acusado de querer destruir el país llevándolo al socialismo, la prensa o los inmigrantes, dos de sus blancos más recurrentes. De hecho, ayer, antes de su discurso, Trump atacó a los medios en Twitter, al acusarlos de contribuir a "la ira y rabia".
"Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad con la vida y la seguridad en nuestro país. Las Noticias Falsas han contribuido en gran medida a la ira y rabia que se han acumulado durante muchos años. La cobertura de noticias debe comenzar a ser justa, equilibrada e imparcial, ¡o estos terribles problemas solo empeorarán!", tuiteó el mandatario.
Al margen del contraste en los mensajes presidenciales, Trump ofreció escasos indicios respecto de cómo planea quebrar la grieta que separa a republicanos y demócratas, si es que, de hecho, piensa intentarlo. La férrea alianza del oficialismo con la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, según sus siglas en inglés) ha frenado todos los intentos demócratas por reforzar los controles a las armas en los últimos años. Los demócratas acusan a los republicanos de ofrecer sólo "oraciones y plegarias" como respuesta a las matanzas.
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