Theresa May perdió la mayoría parlamentaria y los laboristas ya piden su renuncia
En unas elecciones convocadas por la misma premier para fortalecer su posición, la conservadora quedó en una posición de mayor debilidad e incertidumbre; el partido de Corbyn sumó más de 30 bancas
LONDRES.- Entradas las primeras horas de la mañana y pese a que todavía quedan algunas circunscripciones por contar, el resultado ya es inapelable: ningún partido en Gran Bretaña alcanza la mayoría, los conservadores de Theresa May, pese a ser los mas votados, salen debilitados y ya se pide la renuncia de la premier británica como represalia.
“Llamó a elecciones anticipadas para lograr respaldo político, confianza y mandato. Pero ha conseguido todo lo contrario y eso es suficiente para que se vaya”, dijo el laborista James Corbyn, al pedir públicamente la renuncia de la frustrada aspirante a nueva “Dama de Hierro” en la política británica.
Es un momento de mucha incertidumbre en el país tras una larga e inolvidable noche. No hay memoria en el pasado reciente de que un proyecto político se haya diluido en cuestión se semanas, como le ha ocurrido a May.
Hace sólo 50 días, era la ganadora clara del desafío electoral que ella misma buscó. Una estrategia que se le dio vuelta como un panqueque. Lo apostó todo y perdió de modo impensado.
Tampoco, en sentido contrario, hay memoria de que una prueba electoral se haya dado vuelta de tal modo, como ha ocurrido con los laboristas. Jeremy Corbyn, el más impensado de los candidatos, no ha sido el más votado. Pero se convierte en el gran ganador de la jornada.
El conteo, a las 6.30, daba 317 bancas sobre 650 para los conservadores de May; 258 para los laboristas, 34 para los nacionalistas escoceses y 12 para los demócrata liberales. A esa altura era ya imposible que ninguno alcanzara el número mágico de 326 bancas necesarias para tener mayoría.
El resultado es un “hung parliament” –o parlamento bloqueado. Un escenario en el que ninguna de las fuerzas alcanza mayoría propia y busca aliados para poder formar gobierno. Es el más indeseado de los escenarios para los sistemas parlamentarios.
Si, con el paso del tiempo, la situación no se resuelve a favor de ninguna fuerza, hasta se puede llegar a nuevas elecciones.
Tras una larga noche sin dormir, May permanecía reunida con colaboradores inmediatos en Downing Street. Se conjeturaba con posibles anuncios inminentes sobre su futuro y el del partido conservador. Todo eso, en medio de hipótesis sobre su eventual salida del poder.
Varios nombres se mencionan como posibles reemplazantes, con el de su actual canciller, Boris Johnson, a la cabeza. Ella, sin embargo, parecía decidida a no dar el paso al costado, aunque su posición es sumamente difícil.
“!Hemos vuelto, hemos vuelto!”, dijo un exultante Corbyn, al comparecer en Islington, donde tenía su cuartel general y donde resultó reelegido para retener su banca parlamentaria.
En un discurso que arrancó en tono sereno y acabó en línea combativa, el líder laborista pidió la renuncia de la conservadora May como premier.
“Ella convocó estas elecciones anticipadas para tener más apoyo, más fuerza.. más mandato, más estabilidad y más confianza. Lo que tenemos como resultado es que tiene menos fuerza, menos mandato y menos confianza. Lo sucedido es suficiente para pedir que se vaya”, dijo Corbyn.
El laborista insistió en que se abre paso una nueva Gran Bretaña que, “cansada de la austeridad” de los tories “abrazó la esperanza” y confía en un futuro mejor.
Sus gestos –todo sonrisa y abrazos- daban cuenta de la enorme satisfacción en sus filas. Eran, por entonces, las 3 de la madrugada en Gran Bretaña.
Por contraposición, May apareció tensa y, por momentos, al borde de las lágrimas cuando agradeció a los votantes de su circunscripción que la hubieran reelegido como diputada.
“Pase lo que pase esta noche, los conservadores somos los más votados y los que más bancas logran en el Parlamento. De modo que buscaremos ese mandato: el de dar estabilidad a Gran Bretaña”, dijo, desafiante.
Era su lectura de la extraordinaria noche: seguir adelante pese al serio bandazo que acababa de sufrir.
Los laboristas rondan las 260 bancas, una treintena más de las que tienen ahora y se ponen en posición, incluso, de censurar a May y procurar formar gobierno, llegado el caso.
“Esto es una noche catastrófica para May”, dijeron analistas tras una jornada que la misma premier convocó para fortalecer su posición, pero que al final la dejó en una posición de mayor debilidad e incertidumbre.
Fue un resultado inesperado, que abre serios interrogantes sobre el futuro inmediato y, en particular, sobre el inminente comienzo de la negociación de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE).
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