El estreno de su quinta temporada, que tiene a la princesa Diana como protagonista, generó preocupación entre especialistas por los efectos que puede producir en las opiniones de quienes no vivieron los años 90
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Por Sean Coughlan y Daniel Rosney
La monarquía británica ha vuelto a ser noticia en los últimos días, tras el estreno de la quinta temporada de The Crown en la plataforma Netflix.
Es probable que las opiniones sobre la monarquía de los más jóvenes, sin recuerdos de primera mano de los años 90, se vean “fuertemente influenciadas” por la dramatización que hace sobre esa época The Crown, analiza la profesora Pauline Maclaran del Centro para el Estudio de la Monarquía Moderna en Royal Holloway de la Universidad de Londres.
“Creo que es muy probable que estos capítulos de Netflix se tomen como un cuasi documental”, afirma la experta en monarquía. “Ya sabemos que la realeza es mucho menos popular entre esta generación”, añade.
La especialista no espera que la nueva temporada, que cubre la problemática relación entre la princesa Diana y el entonces príncipe Carlos, genere mucha más simpatía por la monarquía entre los jóvenes. “Es probable que entiendan a Diana como la víctima del trato de Carlos hacia ella”, especula.
Ficción vs. realidad
Más allá de los debates sobre la verificación de los hechos reales, la experta afirma que el impacto de un programa de televisión de este tipo es su mensaje emocional, particularmente cuando se filtra a través de las redes sociales. The Crown tiene elementos de una telenovela de lujo y es el drama de las relaciones humanas lo que conectará con el público, ahogando cualquier advertencia sobre la precisión histórica.
Para los jóvenes espectadores de la generación Z, la profesora Maclaran espera que Diana emerja como su “ícono cultural”, al identificarse con sus luchas personales, su defensa de las causas y su desafío a las instituciones almidonadas. Ella es un meme de las redes sociales para los marginados.
La historia de Diana, interpretada por Elizabeth Debicki, será la narrativa que domine, atrayendo a una audiencia joven que no la recuerda cuando estaba viva. “Estas representaciones de los medios pueden ser muy poderosas”, dice la profesora Maclaran.
Los jóvenes también parecen más dispuestos a aceptar la autenticidad de la versión de The Crown.
Una encuesta de YouGov mostró que los jóvenes de 18 a 24 años eran tres veces más propensos que los mayores de 65 a creer que la nueva serie de The Crown es “mayoritariamente precisa”. Netflix describe la serie como “dramatización ficticia, imaginando lo que podría haber sucedido a puertas cerradas”.
La experta Maclaran apunta que la monarquía se ha beneficiado anteriormente de esta misma idea, incluida la película de 2006 The Queen, protagonizada por Helen Mirren y también escrita por el creador de The Crown, Peter Morgan.
Allí, se mostró a la reina Isabel teniendo que adaptarse a los nuevos tiempos, llenando los vacíos tácitos de una manera que humanizó a la familia real.
“La imagen de la reina realmente se benefició de The Queen. Le dio un lado emocional que la gente no había visto”, señala Maclaran. Pero ella espera que la nueva temporada de The Crown deje una impresión mixta de la monarquía, particularmente para los espectadores más jóvenes.
“Ha cambiado mi opinión sobre él como rey”
La serie de Netflix funciona como una lección de historia para Linzi Cormack. “Cuando pasó todo esto, yo era pequeña”, explica la joven de 29 años. “Verla realmente me abrió los ojos sobre toda la familia real y lo que sucedió”.
La joven de Stockton-on-Tees, en el noreste de Inglaterra, dice que cree que la forma en que se representa a la realeza en la pantalla es exactamente lo que sucedió detrás de las puertas del palacio.
Ella admite que con la ficción volvió a tener respeto por la reina Isabel. “Si soy honesta, cambió mi opinión sobre la familia real. Me hizo interesarme”, reconoce.
La temporada le hizo sentir mucho más negativa sobre el rey Carlos. “Ha cambiado mi opinión de Carlos como rey y no creo que Camila tuviera que ser reina”, afirma. “Creo que lo que le hicieron a la princesa Diana fue horrible considerando lo querida que era”, agrega.
“Destinados a estar juntos”
La princesa Diana es la única razón por la que Louise Wilson ve The Crown. La joven de 25 años de Dumfries y Galloway, en Escocia, admite que a veces olvida que la serie es ficción.
No vio las primeras tres temporadas, pero comenzó cuando Diana fue representada por Emma Corrin en 2020 porque “parecía una persona normal”. También cambió su visión del entonces príncipe Carlos y Camila. “Realmente no me gustaban ellos antes de verla, pero luego entendí que estaban destinados a estar juntos”.
Para Tori Cooper, de 29 años, de Texas, EE.UU., gran parte de la dramatización en la pantalla es información nueva.
“No sabía que Carlos conocía a Camila antes de Diana y fue interesante ver las llamadas telefónicas que estaban teniendo y cómo ama a Camila todo el tiempo”, le dice a la BBC fuera del Palacio de Buckingham.
“A veces creo que es 100% real”, asegura, admitiendo que a veces se refiere a la serie como un documental. “Pero estoy segura de que se toman algunas libertades en muchas cosas”, opina.
División generacional
Existe una brecha generacional inequívocamente amplia en las actitudes hacia la monarquía.
Las encuestas de YouGov del mes pasado mostraron que:
• El 30% de los jóvenes de 18 a 24 años cree que la monarquía es “buena para Reino Unido”; en comparación con el 73% para los mayores de 65 años.
• El 45% de los jóvenes de 18 a 24 años cree que Carlos hará un buen trabajo como rey; para los mayores de 65 años es el 83%.
El historiador especialista en monarquía Ed Owens cree que esto es parte de un escepticismo mucho más amplio hacia las instituciones, no solo hacia la realeza.
“Hay una sensación de desencanto entre los jóvenes sobre cómo funciona la sociedad y la política en este momento. La monarquía es una institución que encarna el establishment político, la gente la ve como parte de un sistema obsoleto que no funciona para ellos”, describe.
Si los jóvenes están menos entusiasmados con la monarquía, la profesora de Historia Heather Jones del University College London dice que esto se debe a la falta de una distinción clara sobre cómo se representa a la realeza.
Ella cree que el efecto general de The Crown en los jóvenes será “reforzar la mística de la monarquía”, en lugar de socavarla. Pero le preocupa que una serie de entretenimiento, un guion creativo, se mezcle con el registro histórico.
“Existe una brecha real en el conocimiento histórico, por lo que los jóvenes a menudo asumen que lo que están viendo en un drama histórico es real”, asegura la profesora Jones.
Ella nombra películas de guerra, como “1917″ y “Dunkerque”, y otros ejemplos en los que ve una falta de reconocimiento de que se trata de “versiones de la historia atractivas, entretenidas y ficticias”.
Lo que plantea aún más cuestiones éticas sobre The Crown es que muchos de los protagonistas aún están vivos, señala Jones. No es simplemente imaginar el pasado, es una dramatización de la vida de las personas que todavía son parte del presente.
Cuanto más se acerca la serie al presente, más problemático se vuelve. Esto podría ser una ficción dramatizada, pero las pérdidas y los dolores son muy reales. La muerte de la figura central, la reina Isabel, es todavía muy reciente.
“The Crown siempre ha sido más fuerte cuando se mantiene cerca de los eventos históricos de una manera precisa. Cuando se desvía hacia un territorio inventado muy dramático, se debilita a sí misma... sensacionaliza eventos que ya son lo suficientemente sensacionalistas”, dice la profesora Jones.
El Palacio de Buckingham le dijo a la BBC que no hace comentarios sobre The Crown. Netflix defiende que la serie de televisión representa una “década significativa para la familia real, una que ya fue examinada y bien documentada por periodistas, biógrafos e historiadores”.
“The Crown siempre se ha presentado como un drama basado en hechos históricos”, afirma Netflix.
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