Texas prohíbe el aborto después de las seis semanas de gestación y “recompensará” a quienes denuncien casos
La ley entra en vigor hoy, después de que la Corte Suprema no se pronunciara ante una solicitud de emergencia para frenarla, y es una de las más restrictivas de Estados Unidos; los ciudadanos podrán demandar a quienes estén involucrados en una práctica y podrán recibir desde 10.000 dólares; no contempla excepciones
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WASHINGTON.- La Corte Suprema de Estados Unidos permitió la implementación en Texas de una las leyes más restrictivas al aborto legal del país, una decisión que reavivó una disputa cultural que tiene ya más de medio siglo al abrir una nueva frontera de peleas legales y políticas. El presidente, Joe Biden, salió a reafirmar su compromiso para “proteger y defender” los derechos de las mujeres.
El máximo tribunal de Estados Unidos se abstuvo de frenar la implementación de una ley en Texas que impide a un médico a realizar un aborto si detecta un “latido fetal”, un límite que, en los hechos, implicaría prohibir la interrupción de un embarazo luego de las seis semanas de gestación, o nueve de cada diez abortos legales en el estado, según advirtieron activistas. Varios estados han aprobado leyes similares, pero Texas es el primero que logra implementarla, uno de los avances más contundentes contra el aborto en casi medio siglo.
En Estados Unidos, la interrupción de un embarazo se permitió en todos los estados luego de un histórico fallo de la Corte, en 1973, en una demanda conocida como “Roe vs. Wade”, que reconoció el derecho constitucional de las mujeres a acceder a un aborto. Esa demanda fue iniciada, justamente, contra el estado de Texas por una mujer, Norma McCorvey, que figuró bajo el seudónimo “Jane Roe”. Desde ese entonces, los estados conservadores gobernados por republicanos han intentado revertir el fallo imponiendo restricciones al aborto ante la imposibilidad de prohibirlo del todo, que a su vez ha llevado a nuevas demandas.
Hasta ahora, la Corte ha sostenido el precedente fijado por Roe vs. Wade. Pero el año anterior, la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg, un ícono cultural y feminista del país, le permitió al entonces presidente Donald Trump y a los republicanos arraigar una mayoría de seis jueces conservadores en el máximo tribunal. La nueva configuración ideológica de la Corte abrió una histórica oportunidad a los activistas en contra del aborto para intentar revertir el fallo, y permitir que medio país –los estados conservadores– pudieran volver a prohibir el aborto.
Varios estados republicanos aprobaron restricciones al aborto, pero su implementación quedó trabada en los tribunales. A sabiendas de ese obstáculo, los republicanos de Texas diseñaron la ley para sobrevivir a los primeros embates judiciales.
La nueva ley de Texas es una de las más restrictivas del país. El gobernador republicano, Greg Abbott, la firmó en mayo, y sumó a Texas a una creciente lista de una docena de estados que han buscado restringir el acceso al aborto con leyes similares. La ley no contempla excepciones en casos de violación o incesto. Biden dijo que era una “ley radical” que “viola descaradamente” un derecho constitucional de las mujeres.
“Esta ley radical de Texas viola descaradamente el derecho constitucional establecido con Roe vs. Wade y mantenido como precedente durante casi medio siglo”, dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca. “Mi administración está profundamente comprometida con el derecho constitucional establecido en Roe vs. Wade hace casi cinco décadas y protegerá y defenderá ese derecho”, prometió.
“Cazarecompensas”
La ley de Texas tiene una diferencia fundamental respecto de las otras: permite que sean los ciudadanos, en lugar de los funcionarios estatales como los Fiscales Generales o los jefes de los departamentos de salud, quienes hagan cumplir la prohibición al permitirles demandar a los proveedores de servicios de aborto o a cualquier persona involucrada en facilitar abortos. Cualquier persona que demanda con éxito puede llegar a cobrar 10.000 dólares, una “recompensa” que debe ser abonada por la persona demandada. Esa provisión, además, hizo que fuera mucho más difícil obtener una medida cautelar en la Justicia para frenar su implementación.
“Hoy es un día histórico y esperanzador”, dijo la directora legislativa de Human Coalition Action Texas, Chelsey Youman, quien respada la ley. “Texas es el primer estado en proteger con éxito a los más vulnerables entre nosotros, los niños no nacidos, al prohibir el aborto una vez que sus latidos son detectados”, agregó.
La implementación de la ley de Texas le brindó una victoria al movimiento anti-abortista de Estados Unidos, y provocó un enérgico rechazo de la Unión American de Derechos Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés), la organización defensora de derechos civiles más importantes del país, y de Planned Parenthood, la principal proveedora de servicios médicos reproductivos y de abortos del país, y la principal defensora del acceso al aborto.
“Aproximadamente, entre el 85 y el 90 por ciento de las personas que se someten a un aborto en Texas tiene al menos seis semanas de embarazo, lo que significa que esta ley prohibiría casi todos los abortos en el estado”, protestó la ACLU.
La presidenta de Planned Parenthood, Alexis McGill, dijo que la ley “atrasa el reloj 50 años” en Texas y significa una revocación de facto del fallo Roe vs. Wade.
La supervivencia del fallo Roe vs. Wade, que nunca fue codificado en una ley del Congreso, se discute desde hace décadas en Estados Unidos. Cada elección, los republicanos prometen revertirlo, y los demócratas juran defenderlo. Durante décadas, el equilibrio ideológico de la Corte Suprema sirvió de garantía de su supervivencia. La nueva constitución del tribunal podría llegar a permitir la supervivencia final de la ley de Texas y de otras similares, y llegar al escenario en el cual otras demandas lleven a que se revierta la garantía al acceso al aborto en todo el país.