Terrorismo doméstico: el entrenamiento de jihadistas a distancia que alarma a Occidente
Los terroristas autodidactas que atacan los propios países donde crecieron son una de las estrategias de Estado Islámico para instalar terror; el caso del atacante de Orlando
Ya no hace falta un pasaje de avión y contactos en una organización jihadista para conseguir un pase libre a un campo de entrenamiento para terroristas. Una computadora con acceso a Internet en cualquier rincón del mundo alcanza para que una persona se convierta, sin dejar mayores rastros, en un jihadista autodidacta capaz de cometer el ataque más letal en los Estados Unidos desde 2001. Ese es el caso de Omar Mateen, que el pasado domingo por la madrugada entró con un rifle semiautomático y un revólver al boliche Pulse, en Orlando, y dejó 49 muertos y otro medio centenar de heridos.
"Este ciertamente es un ejemplo del extremismo doméstico del que todos hemos estado muy preocupados por largo tiempo", dijo el presidente estadounidense, Barack Obama , al reaccionar ante la noticia, y dando cuenta de una modalidad de entrenamiento terrorista a larga distancia que alarma a Occidente.
Según la investigación del FBI, Mateen, nacido en Nueva York e hijo de inmigrantes afganos, se habría inspirado para su ataque en textos de ideología radical que consumió en Internet, pero –en principio- no tenía vínculos directos con ningún grupo jihadista, pese a que él mismo manifestó su lealtad a Estado Islámico en llamados telefónicos al 911 mientras perpetraba la matanza.
Horas después de aquel infierno en la fiesta hispana de Pulse, Estado Islámico reivindicó la matanza y aseguró que Mateen era un "soldado del califato". Sin embargo, esto no significa necesariamente que el grupo haya digitado la masacre.
La propaganda de Estado Islámico que se difunde en los medios de comunicación, y que espantan por sus imágenes morbosas y en alta definición, es apenas la punta del iceberg de todo el material con el que el grupo inunda la Web. Su principal objetivo es reclutar a jihadistas que viajen a Siria e Irak para sumarse a sus filas, pero también invitan a aquellos que no están en condiciones de viajar entrenarse solos y llevar a cabo ataques en los países donde se criaron y, antes de o durante la ejecución, manifestar su lealtad al grupo liderado por Abu Bakr al-Baghdadi, aunque nunca hayan tenido contacto con la organización.
"Hoy Estado Islámico enfatiza cada vez más en el terrorismo doméstico, al incentivar a los individuos a cometer ataques en sus países y atribuirlos a la ideología jihadista del grupo", explica a LA NACION Frank Cilluffo, el director del Centro para la Seguridad Cibernética y de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington.
El último llamado a cometer este tipo de acciones estuvo a cargo del vocero de Estado Islámico, Abu Muhammad al-Adnani, quien recientemente instó a matar a los "infieles" durante el mes sagrado de Ramadán, especialmente en Estados Unidos. "Por pequeña que sea la acción que realicen en el corazón de esa tierra, es más preciada para nosotros que cualquier acción nuestra, y más efectiva y perjudicial para ellos", dijo.
"La marca de moda"
Para Benjamin Friedman, especialista en Defensa del Instituto CATO de Washington, esta estrategia de Estado Islámico es "un signo de debilidad". "El llamado al terrorismo doméstico refleja su falta de capacidad para poner golpear directamente en los Estados Unidos", afirmó a LA NACION.
"No veo evidencia que el tirador de Orlando haya sido radicalizado por Estado Islámico, sino por sus propios tormentos y contexto. Si no existiera Estado Islámico, él podría haber hecho lo mismo, pero diciendo que actuaba en nombre de Al-Qaeda u otras causas radicales. Estado Islámico es solo la marca de moda para aquellos asesinos aspirantes a terroristas", agregó Friedman.
Omar Mateen, de hecho, tenía un pasado oscuro. Había sido investigado en 2013 por el FBI, después de quejas de sus compañeros de trabajo por ostentar supuestas conexiones con Al-Qaeda, Estado Islámico y hasta Hezbollah, rival de la organización salafista. Cuando los agentes del FBI lo interrogaron entonces, él dijo que había hecho esas declaraciones porque se sentía discriminado por ser musulmán. El FBI descartó el caso. Por otro lado, su ex mujer contó después de la masacre que Mateen la golpeaba. Y el padre relató a los medios que el joven recientemente se había alterado por ver a dos hombres besándose en la calle.
"Inspirado en EI" vs. "Dirigido por EI"
Para el especialista Daniel Byman, de la Universidad de Georgetown, el ataque en Orlando tiene puntos en común con el de San Bernardino de diciembre del año pasado. En ambos casos "el ataque parece mezclar motivos personales con la marca Estado Islámico". "Como los lobos solitarios operan solos, sus agendas personales generalmente se mezclan con aquella del grupo terrorista a los que dicen servir", escribió en Slate.
En el caso de Mateen, su "agenda" era la homofobia. "Aunque Estado Islámico odia a los gays, así como odian a casi todo el mundo, los homosexuales no son particularmente su prioridad, y, de hecho, la propaganda de Estado Islámico en Occidente no se ha enfocados especialmente en ellos", señala Byman.
El académico diferencia entre los ataques inspirados por Estado Islámico y aquellos dirigidos por Estado Islámico, estos últimos más profesionales, más mortíferos, y en lugares emblemáticos para el país atacado, como los de París de noviembre año pasado. Sin embargo, tienen un punto en común: le proveen a la organización jihadista atención mediática y mayor "propaganda" para reunir nuevos reclutas y seguidores y fidelizar a los que ya tienen.
El año pasado, James Comey, director del FBI, llamó la atención sobre el poder de Estado Islámico en las redes sociales, que lo llevó a ser "una amenaza más grande que Al-Qaeda para la seguridad de Estados Unidos". "Lanzan un mensaje, un veneno, principalmente a través de Twitter pero también por otras redes sociales, especialmente a las almas problemáticas, urgiéndolos a unirse al llamado califato en Siria e Irak y dicen «Si no puedes unirte, mata donde estés»", explicó.
Una computadora con acceso a Internet en cualquier parte del mundo para planear un ataque. Armas para ejecutarlo. En Estados Unidos, las segundas son casi tan fáciles de conseguir como la primera, por lo que los "lobos solitarios" que se entrenan en sus casas frente a manuales virtuales sin necesidad siquiera de tener un sello sospechoso en su pasaporte son casi imposibles de detectar.
"El desafío es encontrar el crimen. Mateen fue detectado pero no era lo suficientemente culpable para ser perseguido. Es difícil de rastrear legalmente a todos los que tienen ideas radicales, porque Estados Unidos sigue siendo un país libre, en gran parte", señaló Friedman.
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