Tensión en Ecuador: Guillermo Lasso se acerca al ballottage y Yaku Pérez exige un recuento en siete provincias
CARACAS.- El dirigente indígena Yaku Pérez movió este jueves su ficha política cuando el cómputo de las actas al 99% evidenciaba que el ballottage se le escurría definitivamente de entre los dedos, tras permanecer durante dos días en segundo lugar.
Sólo 23.000 votos, equivalentes al 0,29%, separaban a Lasso (19,72%) y Pérez (19,43%). El ganador, el correísta Andrés Arauz (32,64%), se quedó alejado del triunfo final en más de 7 puntos.
“Señor Guillermo Lasso, el pueblo ecuatoriano nos pide un acuerdo. Le invito a un diálogo en el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Quito”, reclamó el candidato de Pachakutik.
La idea es que el candidato del Movimiento CREO acepte la solicitud de Yaku para que se abran las urnas en siete provincias y se haga un conteo voto a voto con un delegado de cada partido y con la presencia de la misión electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Los enviados del secretario general, Luis Almagro, han insistido en las últimas horas en sus llamados a la “responsabilidad”.
“Le garantizo que luego de conocer los resultados con honestidad, aceptaremos la decisión popular”, prometió el dirigente indígena, quien encabeza el sector más moderado del Movimiento Plurinacional Indígena. Varias protestas han acompañado en las últimas horas las exigencias indígenas, bajo el clamor de “No al fraude” y “Viva la unidad nacional”.
Sin respuesta oficial de momento, fue Santiago Lasso, hijo del candidato, quien aceptó el reto vía twitter y apostó por ir a segunda vuelta con “el Ecuador unido”.
Una de las marchas, encabezada por el propio Yaku, avanzó hasta la Contraloría General del Estado, donde el dirigente volvió a exigir que se haga una auditoría técnica de las mesas sobre las que presumen irregularidades. Un grupo de dirigentes de Pachakutik interpuso una denuncia en Guayaquil por supuesto delito de fraude electoral.
Los provincias en las que Pérez cree que han existido irregularidades son Manabí, Guayas, El Oro, Los Ríos y Esmeraldas (en la costa) y Pichincha, que alberga a la capital, Quito. En ninguna de ellas Yaku resultó vencedor, y en Pichincha los cuatro candidatos principales obtuvieron porcentajes similares, con Lasso a la cabeza.
“Para ratificar la transparencia de este proceso considero que el pleno del CNE debe aprobarlo”, sostuvo la presidenta del CNE, Diana Atamaint. En parecidos términos se sumó uno de sus consejeros, Luis Verdesoto: “Mi posición es que se abran las urnas donde haya denuncias precisas de observación electoral”.
Pérez abre de esta forma una puerta a una salida política cuando Ecuador parece dirigirse a un callejón sin salida, con lo más parecido a un empate técnico y con los seguidores de Pachakutik convencidos de que su abanderado debe pasar a la segunda vuelta porque así lo dijo el conteo inicial hecho público el domingo por Atamaint, representante precisamente de Pachakutik.
Las distintas declaraciones de los candidatos que han enfrentado a la revolución ciudadana encolerizaron a su líder, el expresidente Rafael Correa, quien acusó a Yaku Pérez de contar con el respaldo de Estados Unidos, “apoyar golpes de Estado y ayudar a la derecha”.
Las declaraciones de aliados internacionales de Correa, como el español Juan Carlos Monedero, gurú del partido radical Podemos, han levantado polémica y malestar en el país andino. El dirigente populista acusó a Pérez de no ser un “indígena real” y de cambiarse el nombre (Yaku significa “fuente de la vida”) a conveniencia. Monedero incluso aseguró que los seguidores de Yaku parecían de clase media y no indígenas.
Es precisamente Arauz, el delfín de Correa, quien más sale beneficiado de la tensión que se vive actualmente en Ecuador, sobre todo ahora que el computo de las actas, incluidas las observadas, confirman de momento que Lasso será su rival en las urnas. Cuanto más grandes sean las grietas que se abren entre los aspirantes, más amplias son las posibilidades de recuperar el poder y forzar el regreso y la absolución de Correa, condenado a ocho años de cárcel por corrupción.
“Con Lasso funcionaría claramente la polarización instalada en el país y Arauz podría basar su campaña en el tradicional enfrentamiento izquierda-derecha, que tan buenos resultados le ha dado en el pasado. Las cosas serían muy distintas con Yaku, que no sólo enarbola las banderas del indigenismo, sino también de la izquierda diferente a la bolivariana, caracterizada en Ecuador por su afán extractivista”, resume Carlos Malamud, investigador principal del Instituto Real Elcano.
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