Temir Porras: "Hay descontento pero no existe adhesión a un modelo alternativo al chavismo"
El ex vicecanciller de Maduro, ahora alejado del gobierno, opina queel electorado venezolano aún apoya los fundamentos de la revolución
"El gobierno es una cosa y el chavismo es otra; el primero es sólo una parte del segundo", ríe Temir Porras, antes de descartar la etiqueta de chavista disidente que se le suele endilgar. A comienzos del gobierno de Nicolás Maduro llegó a desempeñar de manera simultánea varios cargos, entre otros el de vicecanciller. Pero un bache fulminante, cuyos detalles no trascendieron jamás al público, acabó en cuestión de meses con su carrera como zar de la economía: "Ahora lo que soy es simplemente un chavista fuera del gobierno".
-¿Todas las encuestas auguran un triunfo de la oposición. ¿Qué explicaría ese triunfo?
-Que no hay una política económica clara y que las dificultades políticas del gobierno se derivan de esa ausencia. Ahora se tiende a decir que esas dificultades se deben a un agotamiento del modelo chavista. Pero yo no creo que haya un problema de modelo. Puede que ahora el electorado sufra un cierto descontento con la situación económica, pero su desmovilización o voto de castigo contra el gobierno no significa que esté adhiriendo a un modelo alternativo.
-¿Qué mensaje debe leer el gobierno en una eventual derrota?
-En función del resultado debería definir cuál será la estrategia de desarrollo económico en Venezuela a partir de este momento. Creo que en ese debate se deberían escuchar las voces sensatas de la oposición, gente que aporte ideas y esté dispuesta a asumir en la Asamblea Nacional una discusión que derive en soluciones concretas para el país y volver a ganar estabilidad económica.
-¿Qué acción correctiva tendría que abordar el gobierno?
-La principal es resolver el problema del diferencial cambiario. No creo que la economía venezolana tenga un problema grave de tipo estructural. Lo que tiene es un gigantesco problema de flujo de caja, generado, principalmente, por la política cambiaria. Abordar ese problema no es algo ideológico. Nadie dijo que para ser de izquierda tengas que tener cuatro tipos de cambio.
-Pero ajustar el tipo de cambio a esta altura tendrá un impacto en los sectores populares. A muchos les suena a neoliberalismo.
-El Estado, para poder mantener una inversión social importante, necesita recursos que hoy no tiene porque el tipo de cambio penaliza al Estado mismo. O tienes un gran superávit, que tuvimos pero ya no tenemos, o tienes una gran disciplina fiscal. Llevar el tipo de cambio a un punto de equilibrio razonable que permita financiar el déficit, también de una manera razonable, no es ni de izquierda ni de derecha. Ahora bien: lo que no se puede hacer es tener políticas contradictorias. No puedes pretender tener una moneda fuerte y una política fiscal agresiva.
-¿Estas cosas se hablaban en el seno del gobierno de Maduro? ¿Qué reacción había ante planteamientos de esta naturaleza?
-En los últimos dos años hubo falta de conciencia en cuanto a la urgencia o la centralidad de este problema. Estoy seguro de que ahora en el gobierno hay gente convencida de que se deben modificar variables de la política macroeconómica que, sin embargo, hace dos años pensaba que ése era un problema secundario. El gobierno se centró en lo que creía más importante: inversión en vivienda e infraestructura, el mantenimiento de los inventarios de alimentos, y dejó la macroeconomía a un lado.
© El País, SL
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