Taspaso en EE.UU.: la doble crisis que enfrentará Joe Biden al llegar a la Casa Blanca
NUEVA YORK.- Exactamente un año después de que se reportara el primer caso de coronavirus en Estados Unidos, Joe Biden asume la presidencia en un contexto de inmensa complejidad, por decir poco. Pero entre todos los asuntos que apremian al flamante mandatario, como la polarización extrema o la desigualdad racial, la pandemia y la economía son los más urgentes, y marcarán su agenda, al menos los primeros meses de mandato.
Y los estadounidenses están de acuerdo. Contener el brote de coronavirus y reparar el daño económico que ha infligido son las principales prioridades para la población, según una nueva encuesta de The Associated Press-Norc Center for Public Affairs Research. El 53% de los encuestados nombran a la Covid-19 como uno de los cinco problemas principales que quieren que el gobierno aborde este año, y el 68% menciona la economía, que aún se está recuperando del brote.
Por su parte, Biden ya anunció medidas concretas para abordar estos dos grandes temas. Por un lado, prometió vacunar contra el coronavirus a 100 millones de estadounidenses en sus primeros 100 días en el cargo, y, por el otro, propuso la semana pasada un ambicioso paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares para reactivar una economía golpeada por los vaivenes de la pandemia y ayudar a las comunidades minoritarias, las más afectadas por la crisis.
Pero muchos economistas están de acuerdo en que ninguna cantidad de ayuda gubernamental puede arreglar la economía hasta que la causa subyacente de los problemas –la pandemia de coronavirus– haya sido controlada. "Este es un paquete muy grande, pero se trata de ayudar a que la economía se mantenga en pie como pueda hasta el final de la pandemia", dijo a CNN Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics
Primera crisis: la pandemia
Y en el aniversario del primer caso de coronavirus, la situación epidemiológica en Estados Unidos está lejos de mejorar; de hecho, atraviesa su peor momento. Con picos que superan los 300.000 casos diarios, la nación ha superado los 24 millones de contagios y se acerca a las 400.000 muertes por la enfermedad Covid-19. Las hospitalizaciones también han alcanzado cifras récord, con 123.848 internados hasta el 18 de enero, sobrecargando los sistemas de salud en varios estados.
Lamentablemente, el mensaje de los expertos de salud es claro: la pandemia empeorará antes de mejorar. Predicen que 500.000 estadounidenses probablemente morirán por el virus para finales de febrero, en una aceleración de los decesos que se espera que llegue a su pico en marzo.
"Tenemos una combinación de factores que permitieron que una situación muy mala empeore", dijo a The Guardian el Dr. Steven Woolf, experto en salud pública y profesor de la Virginia Commonwealth University. "El patrón de escalada en este invierno ha estado en marcha durante un tiempo", agregó.
Y más allá de la esperanza depositada en las vacunas (hasta el 16 de enero, aproximadamente el 3,2% de la población había recibido al menos una dosis), no se espera que la inmunización llegue a un nivel suficiente para permitir que la mayoría de los estadounidenses regrese a la vida normal hasta el verano boreal, como muy pronto.
Eso podría significar un regreso más lento de lo esperado a la actividad económica, como comer afuera y viajar. Las industrias del turismo y la gastronómica han sido de las más golpeadas en 2020, y podrían tardar al menos cinco años en recuperarse, según un análisis de la consultora McKinsey & Company.
Segunda crisis: la economía
En concreto, el sector del ocio y la hospitalidad perdió 498.000 puestos de trabajo en diciembre de 2020, de los cuales 372.000 se atribuyen al empleo en bares y restaurantes, lo que representa tres cuartas partes de la caída.
En términos generales, más de 22 millones de estadounidenses perdieron sus puestos de trabajo entre marzo y abril y el 8 de mayo, la Oficina de Estadísticas Laborales informó una cifra de desempleo U-3 (desempleo oficial) del 14,7%, el nivel más alto registrado desde 1941. El país terminó el año con otra pérdida neta de 140.000 empleos, como consecuencia principalmente del impacto de las medidas implementadas para frenar la propagación de la segunda oleada, aunque la tasa de paro se mantuvo estable en el 6,7%, según los datos del Departamento de Trabajo.
Incluso con los 12,5 millones de puestos de trabajo recuperados en el medio, la plantilla de los empleadores estadounidenses se redujo en casi 10 millones durante la pandemia. La agencia internacional de calificación de riesgos Moody's pronosticó que esos trabajos no se recuperarán por completo hasta 2022, aún si Biden obtiene su paquete completo.
El llamado el Plan de Rescate de Estados Unidos incluye 400.000 millones para hacerle frente a la Covid-19, 440.000 millones para las pequeñas empresas y otros negocios golpeados por la pandemia y un billón en ayuda a los estadounidenses, del cual una parte será un pago de 1400 dólares a la mayoría más necesitada, además de unos pagos de 600 dólares ya realizados en diciembre pasado.
"En 1933, Franklin Roosevelt llegó a la Casa Blanca con un 25% de desempleo, con la bolsa que había caído casi un 90% y con las personas incapaces de sacar sus ahorros de los bancos", comparó David Farber, un profesor de Historia en la Universidad de Kansas, en diálogo con AFP.
"Estados Unidos ha superado situaciones peores", añadió esperanzado tras notar que el propio Biden, como vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), ayudó a navegar la crisis económica de 2008 "en un tiempo en que parecía que la economía mundial se iba a pique".
Y, de hecho, la economía de Estados Unidos se ha recuperado en los últimos meses, después de que se contrajo por los cierres a una tasa anual del 5% en el primer trimestre de 2020, poniendo fin a una expansión económica de una década después de la crisis financiera mundial de 2008, y luego de entrar en caída libre, cayendo a una tasa anual revisada del 31,4% en el segundo trimestre, registrando la mayor caída desde que el gobierno comenzó a registrar los registros en 1947.
Sin embargo, con picos de casos alarmantes y un paquete de alivio fiscal retrasado durante mucho tiempo, el impulso de la recuperación se está desvaneciendo. "Realmente no hay mucho que se pueda hacer desde una perspectiva de política económica cuando la pandemia continúa en su apogeo", dijo a CNN Andrew Hunter, economista senior de Capital Economics. "Posiblemente las cosas mejorarán en algún momento de finales de este año, pero la vuelta a la normalidad dependerá en primer lugar de la implementación de las vacunas".
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