Suecia, de la estrategia flexible a la mayor tasa de nuevos casos de Europa
El país escandinavo alcanzó un promedio para los últimos siete días de 625,36 contagios de coronavirus por millón de habitantes
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ESTOCOLMO.- La estrategia flexible de Suecia, que fue ampliamente discutida el año pasado, parece haber fallado una vez más, ya que el país ha registrado el número más alto de nuevas infecciones por coronavirus per cápita en Europa durante la última semana y tiene más pacientes en cuidados intensivos que en cualquier otro momento de la pandemia.
El país escandinavo, que descartó desde el comienzo los bloqueos estrictos pero ha ido incrementando gradualmente sus restricciones –en su mayoría voluntarias–, tiene un promedio para los últimos siete días de 625,36 nuevas infecciones por millón de habitantes, según el sitio ourworldindata.org, el más alto del continente.
Detrás le siguen Chipre con 612,43, Hungría (523,32), Polonia (529,51) y Estonia (502,06). Además, la cifra es muy superior a la de los países vecinos; Noruega informó de 132,28 contagios por millón de habitantes la semana pasada; Dinamarca, 111,21, y Finlandia, 65,52, una de las menores cifras en Europa.
Según el registro sueco de cuidados intensivos, 392 personas estaban siendo tratadas en las unidades del país hasta este lunes, más que el pico de la segunda ola de 389 en enero, pero aún más bajo que los 558 pacientes de la primavera boreal de 2020, cuando el coronavirus arrasó los geriátricos.
Mientras que las infecciones y las internaciones graves han aumentado en Suecia, no ha ocurrido lo mismo con las muertes, una tendencia que, según la agencia nacional de salud, se debe a que muchos de los más vulnerables, en particular los residentes de hogares de ancianos, ahora están vacunados. Sin embargo, siempre existe una demora entre la suba de casos y decesos, por lo que el país podría experimentar un incremento del número de fallecidos en las próximas semanas.
Como consecuencia de la evolución epidemiológica, el gobierno liderado por el primer ministro Stefan Löfven pospuso la flexibilización de algunas restricciones hasta al menos el 3 de mayo, pero insistió en que aún no se necesitan medidas más duras para controlar el último aumento.
El público sueco “cambió realmente su comportamiento y la vida diaria es, en gran medida, ya muy restringida”, dijo la ministra de Salud, Lena Hallengren.
El gobierno había planeado flexibilizar algunas reglas, incluido el aumento del límite en el número de visitantes a los parques de atracciones, conciertos y partidos de fútbol, después de las vacaciones de Semana Santa, pero la agencia de salud pública le advirtió que no lo hiciera. Las tiendas no esenciales han permanecido abiertas en Suecia, aunque con un número limitado de clientes, y los bares y restaurantes han continuado sirviendo en sus establecimientos, aunque con restricciones cada vez más estrictas sobre los horarios de apertura y la venta de alcohol.
Las restricciones acerca de las reuniones públicas se han endurecido constantemente, pero las escuelas en su mayoría permanecieron abiertas, aunque las reglas varían según la región.
Hallengren dijo la semana pasada que el gobierno había adoptado las medidas que creía necesarias y que la estrategia había sido “poner la vida y la salud en primer lugar y proteger el sistema de salud” pero que también había tratado de “asegurar otras funciones importantes de la sociedad”.
“Una vez que esto termine, la sociedad debería poder seguir funcionando. El objetivo era no afectar la vida privada de las personas demasiado”, señaló la funcionaria.
Las encuestas muestran que los suecos han respetado menos las recomendaciones en las últimas semanas, lo que llevó al epidemiólogo jefe del país, Anders Tegnell, a pedir una mayor disciplina. “Lo que se necesita es que la gente observe las reglas que tenemos”, dijo.
El país de 10 millones de habitantes ha sufrido 13.660 muertes relacionadas con el coronavirus, lo que le da una tasa de muerte por millón de 1345, una cifra muy superior a la de de sus vecinos nórdicos, pero más baja que la de varios países europeos que optaron por los cierres estrictos: la de Italia es de 1906, la de Gran Bretaña 1865, la de España 1638 y la de Francia 1521.
Un estudio de la agencia de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, que analizó datos oficiales de varios países, mostró el mes pasado que el aumento en el exceso de mortalidad –una medida de cuántas muertes más ha visto un país de lo normal– fue menor en Suecia en 2020 que en la mayoría de los países europeos.
Los expertos en enfermedades infecciosas han dicho que los resultados no deben verse como evidencia de que los cierres son innecesarios, pero reconocieron que pueden indicar que la postura general de Suecia en la lucha contra la pandemia puede tener algunos aspectos que vale la pena estudiar.
Los datos preliminares mostraron que Suecia tuvo un 7,7% más de muertes en 2020 que su promedio de los cuatro años anteriores, una cifra más baja que en 21 de los 30 países encuestados. España y Bélgica, que optaron por cierres estrictos repetidos, tuvieron un exceso de mortalidad del 18,1% y el 16,2% respectivamente.
Sin embargo, a Suecia le fue mucho peor que a sus vecinos nórdicos, con Dinamarca registrando solo un 1,5% de exceso de mortalidad y Finlandia, 1%. Noruega no tuvo ningún exceso de mortalidad en 2020.
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