Sri Lanka: investigan si hubo apoyo internacional en los ataques
El gobierno responsabilizó al grupo islamista local National Towheeth Jama'ath de los atentados, pero dice que recibió apoyo desde el exterior; hay 290 muertos
COLOMBO.- Sri Lanka buscaba a los responsables de la ola de atentados suicidas que causaron anteayer 290 muertos y 500 heridos, un baño de sangre atribuido a un movimiento islamista local y cuya investigación intenta determinar las conexiones internacionales.
"No creemos que estos ataques se hayan llevado a cabo solo por un grupo de personas de este país. Hubo una red internacional sin la cual estos atentados no se habrían producido", dijo ayer el vocero del gobierno, Rajitha Senaratne, que responsabilizó al grupo National Towheeth Jama'ath de los atentados de anteayer en tres iglesias y tres hoteles de lujo.
El grupo terrorista que surgió en 2015 era conocido hasta ahora por una ideología radical antibudista y haber perpetrado algunos ataques contra las estatuas de Buda repartidas por casi todo el país, en el que un 70% de los 21 millones de habitantes profesan esa religión. Pero hasta ahora nunca había atacado a personas, y mucho menos con este nivel de organización.
"Estamos investigando una posible ayuda extranjera y sus otros vínculos, cómo forman kamikazes, cómo han producido estas bombas", agregó el vocero.
Las dos principales organizaciones jihadistas internacionales, Al-Qaeda y Estado Islámico (EI), intentan desde hace años reclutar en las comunidades musulmanes del subcontinente indio, usando las persecuciones de las que dicen son víctimas los musulmanes de la región. Según fuentes militares norteamericanas citadas por la cadena CNN, EI podría haber inspirado los ataques.
El gobierno anunció que pedirá la "asistencia países extranjeros" para las investigaciones y dijo que el FBI estaba colaborando. Interpol también desplegó un equipo de investigadores. Sri Lanka contará con el apoyo de Estados Unidos "para llevar a los responsables ante la Justicia", dijo el vocero de la Casa Blanca Hogan Gidley, que informó que el presidente Donald Trump llamó ayer al primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, para expresarle su apoyo.
Mientras el estado de máxima alerta se mantiene en este pequeño país insular, la prensa local informa que las autoridades no prestaron atención a advertencias de las agencias de inteligencia sobre la amenaza de un posible ataque de National Towheeth Jama'ath.
Las agencias internacionales de inteligencia advirtieron sucesivamente sobre la posibilidad de ataques el 4, 9 y 11 de abril, expresó el vocero del gobierno, citado por el diario local Virakesari.
Ayer, Wickremesinghe dijo en un discurso a la nación que las autoridades habían recibido advertencias de posibles ataques, pero admitió que "no se había prestado suficiente atención".
Por su parte, el ministro de Telecomunicaciones, Harin Fernando, tuiteó ayer que "algunos funcionarios de inteligencia estaban enterados de esta incidencia. Por tanto hubo un retraso en la acción. Hay que emprender iniciativas serias para averiguar por qué se hizo caso omiso a esta advertencia".
En tanto, el vocero de la policía, Ruwan Gunasekara, informó que son 24 las personas detenidas por su presunta vinculación con la masacre y que ahora permanecen bajo custodia policial.
La policía indicó además que había hallado 87 detonadores en una estación de autobuses en Bastian Mawatha de Pettah, un barrio de Colombo, una de las capitales del país.
Ayer se vivieron escenas de desolación en la morgue de Colombo.
"La situación no tiene precedente", apuntaba un responsable que guardó el anonimato. "Pedimos a los familiares proporcionar el ADN para ayudar a identificar algunos cuerpos" demasiado mutilados.
Una mujer cuyo hermano mayor murió con sus tres hijos, se puso a llorar al identificarlos uno a uno en una pantalla. El más joven de sus sobrinos "solo tenía ocho meses [...] ¿Qué ha hecho para merecer esto?"
Para muchos esrilanqueses, los atentados despertaron los horribles recuerdos de los años oscuros de la guerra civil (1983-2009) que enfrentó a la mayoría budista y a la minoría hindú tamil durante más de dos décadas.
Los atentados coordinados de anteayer golpearon a los fieles cristianos mientras celebraban la misa de Pascua en tres iglesias, y a los turistas y empleados de tres hoteles de lujo. Ayer, poco después de mediodía, una combi estalló cerca de una de las iglesias atacadas en Colombo, cuando los técnicos en explosivos intentaban desactivarla, lo que desató pánico en las cercanías.
Por el momento, el gobierno ha impuesto por segunda noche consecutiva un toque de queda, aunque ligeramente suavizado: de ocho de la noche a cuatro de la mañana, cuatro horas menos que en la noche del domingo. Persisten también las dificultades para conectarse a través de algunas redes sociales. Sri Lanka bloqueó Facebook, WhatsApp, Instagram, YouTube, Viber, Snapchat y el servicio de mensajería de Facebook.
Agencias AP, AFP y Reuters
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