Sputnik V: la vacuna, una triunfo político para Putin cuando más lo necesitaba
MOSCÚ.- Protestas en varias ciudades rusas, un enemigo acérrimo, el opositor Alexei Nalvany, que a pesar de estar encarcelado gana poder, y la economía, en declive. En este escenario, los buenos resultados de la vacuna rusa contra el coronavirus, Sputnik V, que ayer se publicaron en la revista especializada The Lancet significan un éxito no solo científico, sino también político para el presidente.
Recibida primero con escepticismo, la vacuna rusa contra el covid-19 ha convencido desde entonces sobre su eficacia a los expertos, según The Lancet. "Se trata de una publicación muy importante que es muy convincente sobre la fiabilidad y eficacia de la vacuna rusa", dijo hoy a la prensa el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov. El estudio, validado por expertos independientes, establece la eficacia de la vacuna rusa en un 91,6% en las formas sintomáticas del covid-19.
Para el Kremlin, la vacuna es un triunfo simbólico: demuestra la excelencia de una Rusia despreciada y sancionada por Occidente. Putin calificó a la Sputnik V como la "mejor vacuna del mundo".
El presidente ruso necesitaba más que nunca esta victoria. El estancamiento económico que causaron las sanciones, la merma de la inversión extranjera por las tensiones con Occidente, y el bajo precio del petróleo obligaron al Kremlin a aplicar políticas muy impopulares, como el aumento de la edad jubilatoria para apuntalar la caja previsional del Estado, explica The New York Times.
Ese deterioro le cobró su precio al gobierno. Un amplio abanico de grupos opositores tomaron las calles en 100 ciudades rusas, en la última semana, desde Vladivostok, sobre el océano Pacífico, hasta la ciudad más Occidental de Rusia, en el exclave de Kaliningrado. Hasta hace unos años, esas ciudades remotas eran consideradas bastiones irreductibles de apoyo al presidente Putin, señala The New York Times.
Detrás de las protestas también está la indignación por el arresto de Navalny tras su regreso a Rusia, luego de estar internado por envenenamiento en Alemania, y por la posterior publicación que hizo Navalny de un video donde acusa a Putin de corrupción y de construirse en secreto un opulento palacio.
La producción de la vacuna
¿Funcionará el ímpetu nacionalista de la vacuna como un antídoto contra la protesta? Es poco probable, pero sí representa un triunfo para Putin en la escena internacional. Desde las primeras semanas de la pandemia, el presidente ruso ordenó al aparato científico, político y militar lanzarse a la batalla para que Rusia sea la primera en desarrollar una vacuna.
Se trató también del regreso de la investigación rusa a la élite científica mundial. Este sector había resultado muy afectado por las crisis y la corrupción desde la caída de la URSS.
En la primavera boreal de 2020, el director del instituto de investigación Gamaleya, Alexander Guintsburg se jactó de haber desarrollado el producto. Al mismo se inyectó una versión experimental de lo que se convertiría en la Sputnik V.
El 11 de agosto, Putin anunció la homologación de la primera vacuna anti-coronavirus en el mundo, una proclamación recibida con escepticismo en el extranjero, ya que solo ha sido probada en algunas decenas de militares. En realidad, incluso antes de los ensayos de Fase 3 con decenas de miles de voluntarios, la élite rusa ya disponía del producto, como ocurrió con una de las hijas de Putin.
La vacuna rusa fue vista con recelo durante un tiempo debido a la falta de un respaldo científico público que sustentara su eficacia. Pero ahora, el fármaco ya ha sido homologado en 15 países, entre ellos antiguas repúblicas soviéticas, aliados políticos como Venezuela o Irán y países como la Argentina y México.
Más que exportar, Rusia desea cerrar acuerdos de cooperación para que otros países produzcan su vacuna que, por ahora, se fabrica en países como Brasil, India, Corea del Sur y Kazajistán.
Rusia también ha comenzado el procedimiento para homologar la vacuna ante la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
"Puesta en órbita con éxito: Sputnik V es reconocida como la vacuna más segura", titulaba el diario Izvestia, congratulándose del "reconocimiento internacional" concedido finalmente al medicamento ruso.
La elección del nombre es simbólica, un homenaje al primer satélite puesto en órbita en 1957 por la Unión Soviética.
Según el periódico Kommersant, además de aumentar la inmunidad, la vacuna Sputnik V "estimula el aumento de la autoridad de Rusia".
La víspera, Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano ruso, denunció "la campaña de desprestigio de la vacuna" desde hace meses, afirmando que "Rusia tenía razón desde el principio" y que esta publicación era un "jaque mate" a todas las críticas.
Agencia AFP
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