Sorpresa del Papa: pidió perdón por los escándalos en Roma y el Vaticano
Hizo un mea culpa y pidió disculpas en nombre de la Iglesia, aunque sin precisar a qué hechos se refería; el "lettergate" y la confesión de un monseñor gay, ejes de controversias
ROMA. Con el sínodo a mitad de camino de su conclusión y en medio de las polémicas por la filtración de una carta que 13 cardenales conservadores le escribieron para manifestar su descontento en diversas cuestiones, el Papa sorprendió ayer con un nuevo mea culpa en nombre de la Iglesia "por los escándalos que hubo en estos últimos tiempos tanto en Roma como en el Vaticano".
Antes de empezar la tradicional catequesis de la audiencia general de los miércoles, inspirado por la lectura bíblica del día, Francisco dijo: "La palabra de Jesús es fuerte hoy: «Guay al mundo por los escándalos». Jesús es realista y dice: «Es inevitable que ocurran escándalos, pero guay al hombre a causa del cual ocurre el escándalo»".
"Yo quisiera, antes de iniciar la catequesis, en nombre de la Iglesia, pedirles perdón por los escándalos que hubo en estos últimos tiempos tanto en Roma como en el Vaticano. Les pido perdón", insistió con el rostro dolido, al romper un silencio impresionante y provocar aplausos de la multitud presente en la Plaza San Pedro.
Francisco no explicitó a qué escándalos se refería. Pero todo el mundo pensó enseguida en el "lettergate", el revuelo por la filtración de la carta-desafío de cardenales conservadores, que se volvió tema de charla de café en los bares de Roma. "¿Quieren deshacerse del Papa?", es la pregunta que muchos romanos se hacen, luego de la difusión de una carta que cuestionaba no sólo la nueva metodología del sínodo en curso, donde se les da más importancia a los debates de los "círculos menores", los grupos lingüísticos de obispos, sino también la composición de la comisión para el informe final. Sin contar el temor a cambios de disciplina en la cuestión de los divorciados vueltos a casar.
Aunque el Papa también pudo referirse a la revelación del monseñor polaco Krzysztof Charamsa, alto funcionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe y profesor de Teología en academias pontificias que, en vísperas del sínodo, confesó públicamente ser homosexual y vivir con un compañero, algo que provocó su inmediata expulsión del Vaticano.
Y quizá también pudo aludir a otro escándalo por relaciones gay de un sacerdote, que estalló en los últimos días en la Iglesia de Santa Teresa de esta capital, cercana a Villa Borghese.
En la conferencia de prensa cotidiana, el padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano, prefirió ser cauto ante las preguntas al respecto. Dijo tajantemente que el Papa no se refería a la dimisión del alcalde de la capital, Ignazio Marino, la semana pasada. Pero dejó la puerta abierta a otras opciones.
"No tengo precisiones para dar, pero el Papa se da cuenta de que, a través de los diarios, hay personas simples a veces turbadas o dolidas por las noticias que se leen. Si hay una responsabilidad de la Iglesia o de personas de la Iglesia, pide perdón", dijo.
En la misma conferencia de prensa, el cardenal británico Vincent Nichols, arzobispo de Westminster (Londres), intentó bajar los decibeles del "lettergate".
"La carta no tuvo ningún efecto en los trabajos del sínodo", afirmó, al destacar que las discusiones, que culminarán la semana próxima, siguen adelante en un clima de gran libertad y fraternidad. Al ser consultado sobre si el sínodo estaba paralizado, Nichols contestó no sólo que "no hay ningún bloqueo", sino que, más allá de las diversas opiniones, él notaba "energía y creatividad".
"Hay que recordar que, como dijo el Papa, no debemos ser guiados por una hermenéutica del conflicto. Y creo que existe la voluntad de seguir adelante también en cuestiones complejas", señaló, al aludir a la cuestión de los divorciados vueltos a casar y los homosexuales, los temas que más dividen y que ya empezaron a ser debatidos.
Nuevo rango para un proyecto muy especial
- Scholas Ocurrentes, la red mundial creada a partir de un programa de escuelas vecinales impulsado por el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, se convirtió en una fundación de derecho pontificio, un rango con apoyo de la Santa Sede.
- "Después de un largo camino, con una probada fidelidad a sus fines de fomentar y mejorar la promoción y el incremento de la educación integral de la persona, Scholas Ocurrentes alcanzó sus objetivos y amerita el apoyo de la Santa Sede", dijo Francisco en el decreto que cambió su estatus.
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