Sorpresa de Maduro: ofrecerá a inversores privados hasta el 10% de acciones de empresas estatales

CÚCUTA.– Nicolás Maduro prosigue su liberalización económica tras ocho años de profunda depresión, dispuesto a resucitar una economía “que va a asombrar al mundo entero”. En este proceso de cierta perestroika sin glásnost, como lo definen intelectuales venezolanos, destaca el último anuncio realizado este miércoles por el jefe chavista en televisión: “Vamos a sacar entre 5% y 10% de las acciones de varias empresas públicas para la inversión nacional, fundamentalmente, o internacional. Y usted se podrá convertir en inversionista”.

Las empresas elegidas son las mismas que nacionalizó Hugo Chávez y que durante los años de gestión de ambos presidentes han arruinado y transformado en ejemplos continentales de ineficacia. Las más conocidas son la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos (Cantv) y la de telefonía móvil (Movilnet), además de las empresas mixtas de petróleo y de gas.

En el paquete de candidatas también están las empresa mixtas de Guyana, en la frontera con Brasil, tanto de hierro y acero como bauxita y aluminio.

“Necesitamos capital para el desarrollo de todas las empresas públicas, necesitamos tecnología, necesitamos nuevos mercados. Y vamos a avanzar y a partir del lunes se va a empezar a concretar. Es por Venezuela que lo hacemos, es por ustedes que lo hacemos, queridos compatriotas”, clamó Maduro, que se propuso para recibir el Premio Nobel de Economía, pese a que Venezuela ha pasado de ser el país más rico de América Latina al más pobre, en pelea con Haití.

Pese a las evidencias, Maduro defendió sus reformas y anunció al país que su objetivo es “una economía diversificada que construya felicidad social”. No obstante, se vio obligado a defender la nacionalización de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) hace 14 años, un “logro histórico” del “comandante supremo” capaz de paralizar su gigantesca producción y de convertir a sus obreros en semiesclavos con sueldos paupérrimos.

Muy atrás quedan el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social y la política económica tradicional de la revolución, con sus controles de precios y de cambios y con las arengas de Chávez cuando ordenaba expropiar empresas y negocios para que “la nación recupere la propiedad de los medios estratégicos”, como adujo para nacionalizar Cantv. En total, según las distintas confederaciones y asociaciones de empresarios, fueron casi 1200 las empresas expropiadas o nacionalizadas por órdenes de Chávez.

Un negocio que ha resultado muy caro al país petrolero, basta con el ejemplo de Cantv, empresa rentable y de buen servicio durante años que la revolución transformó en un dolor de cabeza para los venezolanos, que sufren el internet más lento de la región. Con la nueva jugada económica de Maduro, los mismos que quebraron Cantv pretenden ahora sacar un beneficio económico para seguir administrándola, manteniendo la propiedad. Cantv también es usada sin rubor para censurar y bloquear medios de comunicación.

Capital por cash

“Revirtieron el socialismo, revierten ahora (parcialmente) las estatizaciones. Y ni una disculpa”, resumió Henkel García, director de Econométrica, quien puntualizó que técnicamente Maduro no necesita capital, tal y como anunció, sino “dinero”

“De hecho la operación de salida a Bolsa sustituye capital por cash”, añadió García.

El anuncio suscitó múltiples dudas entre economistas y observadores, sabedores de que con anterioridad el chavismo no tuvo contemplaciones a la hora de repartir a empresarios boliburgueses amigos las compañías del Estado.

“Las empresas públicas que comienzan a privatizarse acabarán en manos de gente afín al régimen. Es ingenuo pensar que no habrá gente dispuesta a meter plata en esas empresas. Estamos viendo lo mismo que ocurrió en la Unión Soviética. Dentro de la tragedia que esto representa, prefiero esas empresas manejadas con criterio privado a lo que existe actualmente”, certifico el economista Francisco Ibarra.

La dolarización de facto emprendida por la sociedad y que la revolución asumió como un mal menor es el principal factor de la “nueva economía” de Maduro, sumada a la liberalización de aranceles y la desregulación de ciertos mercados que permitieron el nacimiento de la famosa burbuja de Caracas y de otras ciudades.

Se trata de medidas pragmáticas que avanzan junto a la profundización del autoritarismo y que incrementaron la desigualdad social, tal y como denuncian las organizaciones que trabajan con los más desfavorecidos.

“La última medida de Maduro tiene mucho que ver con la necesidad de lavar el dinero de la corrupción dentro del país, tomando en cuenta las sanciones contra funcionarios y boliburgueses. No es toda la razón, pero sí mucha”, añade a LA NACION el analista Walter Molina Galdi. Especialistas en negocios sucios “que son expertos de las sombras”, concluye.

“Empresas que no generan ganancias no dan confianza para posibles accionistas, a menos que se vaya a lavar dinero. Al final, el madurismo privatizando lo nacionalizado por Chávez”, profetizó Nícmer Evans, dirigente chavista en su día y hoy al frente de la disidencia contra Maduro.

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