Solo un 4,4% de los chicos y adolescentes sufre Covid de larga duración
La mayoría de los menores infectados se cura en seis días y manifiesta entre dos y tres síntomas: fatiga, dolor de cabeza y pérdida de olfato
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MADRID.- Los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años que desarrollan el Covid-19 suelen mejorar después de seis días y el número de menores que experimentan síntomas más allá de las cuatro semanas es bajo: 77 de un total de 1734 infectados, lo que representa un 4,4%, según un estudio desarrollado en el Reino Unido y publicado en la revista The Lancet Child & Adolescent Health la madrugada de este miércoles. La clave para este buen comportamiento es que los más jóvenes tienen el sistema inmune recién formado.
Los informes recopilados para la investigación, con datos de 250.000 niños, reflejan que 1734 desarrollaron síntomas del Covid y dieron positivo en las pruebas PCR. En su mayoría, estuvieron enfermos durante algo menos de una semana y experimentaron un promedio de tres síntomas en los primeros días de coronavirus, lo que confirma que esta tiende a manifestarse como una enfermedad leve en los niños y que los pequeños, en general, se sobreponen rápidamente. La gran mayoría no muestra síntomas a las cuatro semanas y una minoría (el 4,4%) reflejó dos o tres manifestaciones de la enfermedad después de un mes, según detalla el estudio.
Estas manifestaciones, después de cuatro semanas, fueron fatiga (84%), dolor de cabeza y pérdida de olfato (77,9%). De todos, el dolor de cabeza fue el síntoma más común y se detectó desde el inicio de la infección. Sin embargo, el más persistente fue la pérdida de olfato. Solo un 1,8% de los contagiados experimentó síntomas durante más de ocho semanas.
El estudio se ha realizado a partir de los datos recogidos a través de una aplicación para teléfonos móviles por padres y cuidadores entre el 1 de septiembre de 2020 y el 22 de febrero de 2021. A raíz de los datos obtenidos, Emma Duncan, autora principal del estudio e investigadora del King’s College de Londres ha afirmado: “Es tranquilizador que el número de niños que experimentan síntomas duraderos sea bajo. Sin embargo, un pequeño número de niños experimentan una larga enfermedad”.
En adultos, donde se han detectado más casos de esta enfermedad de duración prolongada (hay cálculos de que pueden llegar a ser el 20% de los infectados), los síntomas persisten durante cuatro semanas o más. Por el contrario, la gran mayoría de los niños infectados con el virus SARS-CoV-2, no se desarrollan síntomas y aquellos que sí lo hacen tienden a padecer una enfermedad leve.
Buen comportamiento
Jesús Rodríguez Baño, investigador, profesor de Medicina de la Universidad de Sevilla y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen Macarena, considera que la razón de este buen comportamiento entre los menores se puede hallar en la respuesta innata del sistema inmune. Con este sistema de defensa se nace y permite proteger al cuerpo de las infecciones. Es la primera línea de respuesta del cuerpo ante un patógeno. El investigador del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) y miembro de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosa (REIPI) explica: “Es posible que en el caso de los niños sea más eficaz y rápida la respuesta. Esta es muy importante para evitar la replicación viral inicial”.
A partir de esa primera línea de defensa se genera la inmunidad adquirida, lo que implica la generación de linfocitos de memoria capaces de volver a detectar la infección pasado el tiempo y reactivar los mecanismos de protección. “Esta inmunidad adquirida también es clave; es la que genera la vacuna. La innata es muy importante al principio, pero la adquirida es la que remata la faena”, simplifica Rodríguez Baño para explicar el proceso. En los mayores, sin embargo, se produce un efecto llamado inmunosenescencia, el deterioro progresivo del sistema con la edad.
Esta ventaja del sistema inmune recién estrenado explica que, según el estudio británico, sean los niños mayores quienes estén más tiempo enfermos. De acuerdo con la investigación, los estudiantes de Secundaria (de 12 a 17 años) padecen la enfermedad unos siete días, mientras que sus compañeros de Primaria (de cinco a 11 años) se curan en solo cinco días.
Del mismo modo, los menores con más edad (51% de los alumnos de Secundaria) también tenían más probabilidades de tener síntomas después de cuatro semanas que los niños más pequeños (3,1%), aunque ambos grupos reflejan una recuperación mayoritaria total antes de las ocho semanas.
Otra explicación de la eficaz respuesta de los menores frente al Covid se refleja en una investigación publicada en Nature immunology el 5 de noviembre pasado sobre 32 adultos y 47 menores de 18 años. En este estudio se muestra cómo los niños producen anticuerpos especialmente dirigidos a las proteínas de las espículas del coronavirus, las que permiten la infección y la replicación viral.
Además, entre los niños se ha detectado la presencia de menos receptores ACE2, una proteína humana fundamental para la infección por coronavirus. Un trabajo publicado en Science ya en mayo de 2020 refleja cómo la espícula del patógeno utiliza la ACE2 para encajarse en la célula humana e introducir su material genético.
Los investigadores del estudio británico también destacan la importancia de tener en cuenta la confluencia de otras enfermedades con la covid. En este sentido, Michael Absoud, también autor principal del estudio de The Lancet e investigador del King’s College de Londres, afirma: “Nuestros datos destacan que otras enfermedades, como los resfriados y la gripe, también pueden tener síntomas prolongados en los niños y es importante tener esto en cuenta al planificar los servicios de salud pediátrica durante la pandemia y más allá. Esto será particularmente importante dado que es probable que la prevalencia de estas enfermedades aumente a medida que se relajen las medidas de distanciamiento físico implementadas para prevenir la propagación del Covid”.
Los resultados del estudio británico sobre la mayor capacidad de los menores para defenderse de la pandemia y mostrar una sintomatología leve también se vieron reflejados en el estudio Kids Corona del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona sobre 411 familias con un total de 724 niños con al menos un progenitor con Covid. Este trabajo mostró que más del 99% de los menores no mostraba síntomas o estos eran poco relevantes. Mientras un 33,8% de los adultos de este estudio presentaba carga viral en la nasofaringe un mes después; esta circunstancia solo se daba en un 11,9% de los niños.
El País, SL
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