Crítica, humor y un oficio sin vuelta atrás
Ayer fue un día horrible para los que hacemos de la libertad de expresión y del humor una herramienta de trabajo. Llegamos al punto en el que alguien siente ofensa por un dibujo y sale a castigarlo con la muerte.
Conozco el disgusto de algunos poderosos, la manera en que son capaces de bajarse del lugar al que llegaron para dedicar su tiempo a pelearse con un dibujo. Sé de persecuciones, detenciones y torturas. Pero algo como lo que pasó ayer en París, en Charlie Hebdo, es inédito y preocupante: un atentado porque alguien vio una terrible ofensa en un dibujo. Ayer esa lectura se llevó a cinco leyendas del humorismo mundial.
Dios como justificación para una matanza no es un invento moderno. Es algo tan antiguo como la guerra. Lo novedoso del caso es el destinatario: gente cuyo oficio es hacer reír y pensar. Ese oficio es también el mío y me llena de orgullo.
Nuestro oficio es ser graciosos. Y si estamos en el humor político, por definición debemos ser críticos. Críticos de los poderosos. En días así cuesta ser gracioso y crítico. Pero hacer eso es lo que elegimos o lo que nos eligió. No hay vuelta atrás. Adelante.
lanacionarMás leídas de El Mundo
Denuncia penal contra el chofer. Murió una pasajera que viajaba en el colectivo que chocó contra la rambla en Montevideo
La fortuna de los Windsor. Una investigación revela el origen de los millonarios ingresos del rey Carlos III y el príncipe Guillermo
Trump vs. Harris. Cómo sería Estados Unidos sin inmigrantes