Obama descartó riesgos por el affaire Petraeus
Habló por primera vez y dijo no tener pruebas de que el caso comprometa la seguridad de su país
WASHINGTON.- El presidente Barack Obama rechazó ayer que el escándalo sexual que golpea las cúpulas del espionaje y de las fuerzas armadas norteamericanas haya afectado la seguridad nacional, a pesar de que horas antes la prensa había revelado que la amante del ex jefe de la CIA tenía en su propia casa documentos militares clasificados.
En un caso cada vez más oscuro y complejo, el FBI descubrió documentos confidenciales en un allanamiento a la casa de Paula Broadwell, biógrafa y amante del general David Petraeus, y ahora investiga cómo llegaron a esa residencia privada en Charlotte, Carolina del Norte.
"Está en juego una cuestión de seguridad nacional", dijo una fuente al diario The Washington Post, que reveló el resultado del allanamiento. Tanto Broadwell como Petraeus, que renunció el viernes como jefe de la CIA luego de descubrirse su relación extramarital, aseguraron que él no era la fuente de esos documentos.
Durante su primera conferencia de prensa tras su victoria electoral de la semana pasada, el presidente Obama quiso poner paños fríos en un caso que aún no alcanza su ebullición. "No tengo pruebas en estos momentos, sobre la base de lo que vi, de que fuera revelada información clasificada que hubiera tenido un impacto negativo de alguna forma en la seguridad nacional", señaló.
Obama subrayó que hay una "investigación en marcha" y dijo que su gobierno trata de no "entrometerse" en algo que está en manos del FBI. Asimismo, destacó la "carrera extraordinaria" de Petraeus.
Pero los documentos existen y estaban en manos equivocadas. Por eso el legislador republicano Lamar Smith, jefe de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, encabezó ayer una ofensiva legislativa para exigir un informe detallado de la investigación sobre el escándalo.
Smith se comunicó con el jefe del FBI, Robert Mueller, a quien instó a establecer una cronología del desarrollo del caso. "Escribo para pedir aclaraciones sobre la secuencia temporal de la investigación", dijo el legislador, que exigió fechas exactas y el alcance de la pesquisa en un plazo de dos semanas. Un pedido similar de información fue enviado al fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, a quien se le solicitó una respuesta para el 26 de noviembre.
Desde el Congreso no están dispuestos a dejar pasar el incidente ni a hacerle la vida fácil a Petraeus. Además del pedido de informes al FBI, los legisladores ratificaron ayer un llamado a declarar al ex jefe de la CIA entre hoy y mañana, ante la Comisión de Inteligencia del Senado. La razón será indagar sobre el ataque de un grupo islamista al consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Benghazi el 11 de septiembre, donde fue asesinado el embajador Chris Stevens.
La declaración de Petraeus estaba prevista con anterioridad a la revelación del escándalo, ya que como director de la CIA era responsable de advertir sobre los posibles riesgos a los que estaba expuesta la sede diplomática, asaltada salvajemente por la turba integrista.
"Es absolutamente imperativo que el general Petraeus venga y testifique", dijo la senadora republicana Susan Collins. "Él era el director de la CIA cuando ocurrió el ataque, después visitó Libia, tiene mucha información que necesitamos para entender qué es lo que anduvo mal."
La caída de Petraeus se dio al revelarse la semana pasada su affaire con Broadwell, con quien se encontraba a menudo, incluso en Afganistán, presuntamente para trabajar en un libro que ella escribía sobre la vida de este condecorado general del ejército. Pero la relación salió de la alcoba luego de la denuncia de una amiga de Petraeus, Jill Kelley, a quien una celosa Broadwell amenazó con varios mensajes de correo que se mantuviera alejada de su amante.
El caso alcanzó al general John Allen, comandante de la OTAN en Afganistán, que está siendo investigado por otra serie de correos que intercambió también con Kelley, y cuyo contenido las autoridades calificaron de "inapropiados".
Un alto funcionario reveló ayer que eran inadecuados porque había evidencias de "flirteo" y no sólo por abordar información sensible.
Relanzan la reforma migratoria
- Luego de obtener un crucial apoyo de la minoría hispana en su reelección, el presidente Barack Obama anunció ayer que espera enviar al Congreso un proyecto de ley de reforma migratoria poco tiempo después de asumir, el 21 de enero, su segundo mandato. Al ofrecer su primera conferencia de prensa desde su reelección, Obama dijo que sus colaboradores ya iniciaron conversaciones con congresistas de ambos partidos para afinar los detalles del plan.
- El presidente indicó que la reforma debe incluir multas para empresas que contraten a inmigrantes no autorizados y "una senda a la legalización para aquellos que viven en el país y no cometieron crímenes". Además dijo que suspenderá las deportaciones de algunos inmigrantes menores de 30 años, conocidos como "Dreamers".
Agencias ANSA, EFE y Reuters
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