Sin subte y en medio de los escombros, miles de chilenos se movilizaron con dificultad hacia sus trabajos
SANTIAGO.- Los ciudadanos salieron de los hogares hacia sus trabajos pero sufrieron grandes problemas para movilizarse, con buena parte de la red de subte cerrada. Fue horas después de los desmanes que sacudieron a Chile a causa de un estallido social sin precedentes en las últimas décadas y que terminó obligando al gobierno a dar marcha atrás al aumento del boleto del metro. "Estamos en guerra", declaró ante la crisis el presidente Sebastián Piñera.
La violenta jornada del domingo dejó ocho muertos por incendios y las calles mostraron los efectos de la furia ciudadana. Semáforos apagados, escombros en las calles y barricadas aún humeantes fueron parte del paisaje urbano.
Con militares desplegados en las calles por el estado de emergencia que se vive, la gente se levantó bastante más temprano y la autoridad implementó una red de 425 colectivos que reforzaron un sistema de transportes altamente exigido. Al menos 77 de las 136 estaciones sufrieron daños a raíz de los disturbios y buena parte de los 140 kilómetros que cubren la línea del subte no estará operativa por varias semanas.
"Estamos muy conformes con los que hemos visto. Ha sido un despertar lento de la ciudad, en calma", evaluó el jefe de la defensa nacional Javier Iturriaga. "Yo soy una persona feliz, yo no estoy en guerra con nadie", agregó el militar, en clara referencia a lo que dijo el mandatario la noche anterior y llamando a la tranquilidad.
A medida que avanzó la mañana, las paradas de colectivos se llenaron de personas que no tenían bien claro si el servicio se encontraba operativo y muchas decidieron caminar varios kilómetros y movilizarse en bicicleta. Distintos municipios implementaron micros gratuitos para acercar a la gente a sus lugares de trabajo. De igual manera, la afluencia de gente fue bastante menor a lo normal.
Ante la incidencia también se gestó una cadena de solidaridad espontánea. Así se vio por las calles a muchísimos vehículos particulares con letreros improvisados con la leyenda "#súbete" pegados en los parabrisas, que invitaban a desconocidos a acercarlos a sus destinos.
En tanto, en la comuna de Renda, la bodega de la empresa Kayser, que fue saqueada y donde murieron cinco personas a causa de un incendio, se reactivaron las llamas y los vecinos de la comuna de Renca donde está la fábrica salieron a las calles a cercar sus hogares, ante el temor de nuevos ataques a zonas residenciales.
Con las clases suspendidas en las escuelas y universidades, y con solo 16 supermercados abiertos en la Región Metropolitana, la autoridad también llamó a los empleadores a facilitar el trabajo remoto desde sus hogares, como una forma de bajar la afluencia de público. La incertidumbre ahora se instalará en la tarde y en el regreso de los trabajadores a sus hogares.
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