Sin fecha de inicio para la inmunización, Jair Bolsonaro presentó un polémico plan de vacunación
RÍO DE JANEIRO.– Demoró y llegó, finalmente, envuelto en polémica. El gobierno del presidente Jair Bolsonaro presentó un plan nacional de vacunación contra el Covid-19 en Brasil que no contempla una fecha de inicio para la inmunización y abarca a menos de un cuarto de la población.
El documento fue entregado a un juez de la Corte Suprema que había pedido al ejecutivo esclarecimientos sobre el plan, tras una presentación ante el tribunal del partido político opositor Rede.
El contenido del plan, firmado por el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, se conoció anteanoche, luego de semanas de cuestionamientos de gobernadores y expertos sanitaristas a la administración de Bolsonaro por supuestas demoras para organizar la campaña de inmunización.
El gobierno prevé suministrar en un primer momento 108 millones de dosis para 51 millones considerados dentro de grupos prioritarios –poco menos de un cuarto de los 212 millones que viven en Brasil–, según se desprende del plan de vacunación que revisó LA NACIÓN.
En la primera de las cuatro fases se inmunizará a trabajadores de la salud, personas mayores de 80 años e indígenas. Posteriormente, el gobierno brasileño planea vacunar a mayores de 60 años, personas con comorbilidades, profesores y miembros de las fuerzas de seguridad. No hay precisiones sobre el resto de la población.
El plan no arrojó luz sobre algo clave: cuándo comenzará la vacunación. En Brasil ninguna vacuna fue aprobada por la agencia sanitaria Anvisa. El gobierno esgrimió ese argumento para justificar la falta de fecha, en una nota divulgada ayer por el Ministerio de Salud.
Especialistas en salud consultados por LA NACIÓN, sin embargo, mostraron preocupación. "Aunque ninguna vacuna haya sido aprobada, podrían haberse estipulado plazos sobre cuándo será posible empezar a vacunar apenas la Anvisa apruebe algún inmunizante", dijo Patricia Canto, neumonóloga de la fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
Hubo otro motivo que causó revuelo: la inclusión sin consultar en el documento de un grupo de investigadores especialistas en salud, supuestos coautores del plan.
"Quedamos sorprendidos. Nunca vimos el documento y no nos dieron la oportunidad de opinar ni tampoco de quitar nuestros nombres si no estábamos de acuerdo", dijo a LA NACIÓN Ethel Maciel, doctora en epidemiología y profesora de la Universidad Federal de Espírito Santo (UFES). Maciel y otros 35 especialistas denunciaron no haber tenido acceso al documento en el que figuraron como autores. El Ministerio de Salud se defendió diciendo que los especialistas "no tenían cualquier poder de decisión" y que formaban parte apenas de un consejo consultivo.
Maciel cuestionó la exclusión entre los grupos prioritarios de la población carcelaria y trabajadores esenciales, como recolectores y conductores de transporte público.
El presidente Bolsonaro, quien contrajo el virus en julio y dijo que no se vacunará, manifestó que la aplicación de una dosis contra el Covid-19 será optativa en Brasil. Un dato: la encuestadora Datafolha reveló anteayer que crece la proporción de brasileños que dicen no querer vacunarse. El 22% de los encuestados dijeron no lo hará, porcentaje que era del 9% en agosto.
Brasil registró más de 181.000 muertos por Covid-19, la segunda mayor cifra de fallecidos en todo el mundo y en las últimas semanas tuvo una aceleración en el ritmo de infecciones. Varias capitales brasileñas registran una ocupación hospitalaria de camas de terapia intensiva por encima del 80%.
Pese al deterioro sanitario, Bolsonaro dijo el jueves en un acto oficial que Brasil está viviendo "el final de la pandemia".
A contramano del derechista, su ministro de Salud destacó en el plan de vacunación que será necesario "mantener medidas de distanciamiento social de uno a dos años" para evitar el colapso de los servicios de salud. El documento subrayó además que la interrupción de la circulación del virus "depende de una vacuna altamente eficaz" administrada a más del 70% de la población, escenario al que difícilmente se llegará en pocos meses.
La demora de Bolsonaro para mostrar el plan le permitió al gobernador de San Pablo, João Doria, adversario político del presidente y potencial candidato a la presidencia en 2022, presentar una campaña de inmunización para su estado. El instituto Butantán, vinculado con el gobierno paulista, firmó un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac para producir localmente la vacuna Coronavac.
El documento del gobierno contuvo, por último, otra posible inconsistencia. Señaló que tiene garantizadas 300 millones de dosis por medio de tres acuerdos, pero para llegar a ese número incluyó un pacto con el laboratorio Pfizer que todavía no fue sellado. En tanto, no se consideró la vacuna Coronavac, que localmente será fabricada por el Instituto Butantán.
"Brasil está atrasado en relación con otros países, demorando mucho para cerrar acuerdos y sin una coordinación racional. Es un momento preocupante", aseguró Maciel.
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