Sin apoyo externo, Franco afronta ahora el aislamiento interno
Los colorados dejan en claro que de ahora en más se comportarán sólo como oposición
ASUNCION.– A la espera del "veredicto" de la OEA, el presidente paraguayo, Federico Franco, va sumando obstáculos tras sólo medio mes de gestión, en el que los colorados le dejaron claro que, aunque lo ayudaron a desbancar a Fernando Lugo, de ahora en más le harán oposición.
El canciller José Félix Fernández Estigarribia depositó su "esperanza" de comprensión internacional en la Organización de los Estados Americanos (OEA), que mañana estudiará en Washington el informe de la misión encabezada por José Miguel Insulza, que la semana pasada estuvo en Asunción.
Junto a la OEA, el gobierno de Franco confía en ganar apoyos también en la Unión Europea, de la que espera una misión a mediados de mes, tras la suspensión temporal del país del Mercosur y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en castigo por el "quiebre democrático" que los vecinos percibieron en el veloz juicio político a Lugo, el 22 de junio pasado.
Al aislamiento internacional con el que Franco inició un mandato presidencial de apenas 14 meses se le fueron sumando críticas por sus primeros desaciertos, como fue el nombramiento de una cuñada para un alto cargo en la represa binacional de Itaipú.
La prensa publicó tapas y editoriales acusándolo de "nepotismo", abogados afines a Lugo anunciaron una demanda legal y anteayer el aspirante a la candidatura presidencial del Partido Colorado Horacio Cartes le recordó en un acto en San Antonio que cuando uno ocupa el sillón presidencial "es para el bien de la patria, no para privilegiar a un grupo de amigos".
En otro acto en Santa Rosa, la rival de Cartes por la candidatura para los comicios de 2013 y presidenta del Partido Colorado, Lilián Samaniego, se refirió ayer a lo que ya era obvio: que el único apoyo que iban a darle a Franco era para desbancar a Lugo.
"Debemos entender que éste no es un gobierno nuevo ni es un gobierno de unidad nacional. Este gobierno empezó en 2008, tuvo una primera etapa que fracasó con Lugo y ahora una segunda etapa donde el presidente es Federico Franco", observó.
Todos los sectores colorados y el resto de los partidos votaron casi unánimemente en contra de Lugo en el juicio político en el Parlamento que llevó a su destitución y sustitución por Franco, del Partido Liberal (PLRA), que era el principal apoyo parlamentario con el que Lugo había llegado al poder como candidato de una coalición de centroizquierda.
Desde su discurso de investidura, el nuevo presidente repitió que busca el consenso de todos los movimientos políticos para gobernar, aunque ha formado un gabinete de mayoría liberal y está por ver si el Congreso le permite impulsar los proyectos propuestos, la mayoría heredados de Lugo y bloqueados por las cámaras.
Contrapeso
La Constitución paraguaya impone "un sistema de contrapesos tan poderosos que hace que el país sea difícilmente gobernable por parte del Ejecutivo" si éste no cuenta con la mayoría o una sólida alianza parlamentaria, como es el caso de Franco, destacó un diplomático extranjero.
Franco habla de devolver a Paraguay la "gobernabilidad" perdida con Lugo, pero, al igual que éste, está al arbitrio del Congreso.
La votación el 28 de junio de su nuevo vicepresidente, el liberal Oscar Denis, ya fue un ejemplo gráfico de la soledad que esperaba a Franco en el poder: las bancadas coloradas de ambas cámaras se ausentaron de la sesión.
"Estamos en un año electoral, a los colorados no les interesa" apoyar la gestión de Franco, recordó el diplomático.
En su rueda de prensa quincenal el viernes pasado, el mandatario tuvo que defender el nombramiento de su cuñada, Mirtha Vergara, en el Consejo de Itaipú –también puso a un primo al frente de la Secretaría de Acción Social– y prometer que será "el único caso".
"Reconozco que crea sentimientos en la ciudadanía", dijo el presidente, para aseverar que su cuñada se merecía ese gesto de "desagravio" tras su destitución en octubre pasado como embajadora en Uruguay, y que sabrá "representar al país" ante Brasil en Itaipú, represa cuya producción de electricidad consume en su mayor parte ese país.
También tuvo que responder por un desliz de su esposa, la diputada Emilia Alfaro, que días atrás se presentó ante sus colegas como "nexo" con el gobierno, admitiendo que esas palabras se podían interpretar como una "colisión" con la Carta Magna y reafirmando que su "único enlace constitucional con el Congreso es el vicepresidente".
EE.UU. apuesta a mantenerse neutral
ASUNCION (AP).– Cuando Fernando Lugo ya no tenía a quién acudir en su solitaria batalla por conservar la presidencia, apeló a lo que muchos en América latina consideran desde hace tiempo la autoridad suprema de la región: pidió ayuda del gobierno norteamericano.
Salió disimuladamente del palacio presidencial y se reunió por más de una hora con el embajador James Thiesen mientras los legisladores se preparaban para entablarle al día siguiente un juicio político. Y mientras estaba almorzando con el embajador, la oposición también se puso en contacto con la embajada norteamericana en las horas previas a la destitución del mandatario.
Los planteos que hicieron ambos bandos en estos momentos críticos y la respuesta de Estados Unidos son un misterio. Thiesen declaró que no haría comentarios hasta mañana, cuando se difunde el informe de una delegación de la OEA.
En público, el Departamento de Estado se mantuvo neutral, por más que la destitución de Lugo conmocionó a Paraguay y líderes regionales hicieron presión sobre su empobrecido vecino para evitar lo que ahora califican como un "golpe institucional".
Mucha gente en la región –en su mayoría izquierdistas– opina que la Casa Blanca debería haber hecho mayores esfuerzos para salvar a Lugo, e incluso algunos culpan a los norteamericanos por su caída.
Las teorías conspirativas abundan en la región, pero la realidad es que no había mucho que pudieran hacer Estados Unidos y otros gobiernos para proteger a Lugo, según el ex diplomático norteamericano Arturo Valenzuela, que opinó que la incapacidad del mandatario para formar alianzas lo expuso a lo largo de toda su presidencia a un juicio político.
Lo cierto es que el gobierno de Barack Obama ha tomado distancia en este tipo de crisis políticas. En Libia, Egipto, Siria y ahora Paraguay, se ha remitido a las organizaciones regionales y los países vecinos, dejando que otros tomaran la iniciativa.
Julio R. Arevalo
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