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Sigue el caos y la confusión por la dramática toma de rehenes en Argelia
Los terroristas islámicos aún tienen cautivos a trabajadores en la planta de gas tomada
ARGEL.- La situación en la planta de gas tomada por terroristas islámicos en represalia por la intervención francesa en Mali continúa sumida en la confusión mientras se conoció que aún sigue habiendo rehenes.
No hay datos confiables sobre la situación en el yacimiento de In Amenas ni sobre la cifra de víctimas o de rehenes liberados. El Ejército argelino atacó ayer el lugar para tratar de liberar a los secuestrados, entre ellos varias decenas de occidentales, que habían sido capturados un día antes en las instalaciones del este de Argelia por un comando vinculado a la red Al-Qaeda.
La operación se saldó sin embargo con al menos 30 rehenes muertos, si bien se logró liberar a otros. Los detalles de la operación de rescate del ejército argelino, que duró ocho horas, y la cantidad de muertos aún no fueron confirmados oficialmente por las autoridades.
El ataque de las fuerzas argelinas, que se negaron a negociar con los extremistas, fue duramente cuestionado por la mayoría de los líderes occidentales, que no fueron informados de antemano del operativo de rescate ni tampoco del saldo final de víctimas.
La planta gasífera, que queda en el medio del desierto de Sahara, es operada por la empresa argelina Sonatrach con las compañías británica British Petroleum (BP) y noruega Statoil.
Cómo empezó todo
La crisis comenzó anteayer cuando un grupo terrorista vinculado a Al-Qaeda secuestró a 40 extranjeros de distintas nacionalidades (japonesa, estadounidense, francesa, irlandesa, británica, noruega, etcétera) y a 150 argelinos en una planta de gas en In Amenas, en el este de Argelia y cerca de la frontera libia.
Los islamistas afirmaron haber tomado la planta de gas en respuesta al apoyo de Argelia a la intervención militar francesa en Mali, ya que el país magrebí autorizó a los franceses a sobrevolar su territorio.
Antes de tomar la planta de gas, los terroristas atacaron un ómnibus que transportaba a los empleados hacia el aeropuerto. La escolta policial consiguió repeler el asalto, pero en el ataque murieron por lo menos un británico y un argelino, y otras seis personas resultaron heridas. Y luego del asalto al ómnibus, los terroristas tomaron la planta de gas y separaron a musulmanes y occidentales, autorizando a la mayoría de los primeros a moverse por el complejo, mientras que los segundos fueron encerrados, maniatados y filmados en cautiverio.
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