Sergio Ramírez denunció que el régimen de Ortega le impone “un exilio forzado”
El escritor nicaragüense, premio Cervantes en 2017, se encuentra en Madrid y reveló que por ahora no volverá a Managua; “regresar significaría la cárcel y la muerte para mí”, dijo
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MADRID.– El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017, denunció ayer en Madrid “el exilio forzado” que le impone “una dictadura”, en alusión al gobierno de su país, presidido por Daniel Ortega.
En un acto organizado por el Instituto Cervantes en la capital española, Ramírez dijo que las muestras de solidaridad que recibió desde que se emitió una orden de detención en su contra le permiten “sobrellevar de mejor manera la peor circunstancia en que alguien, que ya viene de vuelta, puede atravesar, que es la del exilio forzado”.
“Es lo más duro a lo que alguien puede ser sometido, saber que no puede volver a su país, que tiene las puertas cerradas, por la mano de una dictadura enemiga de los libros”, añadió, en presencia de su colega, el novelista cubano Leonardo Padura, del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, y del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
La Fiscalía nicaragüense acusó y pidió detener a Ramírez, de 78 años, por actos que “incitan al odio” y por “conspirar” contra la soberanía del país centroamericano. El escritor, que se encontraba fuera del país cuando se emitió la orden, fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que asumió el país tras el triunfo de la revolución sandinista de 1979, y fue vicepresidente de Ortega en su primer mandato, entre 1985 y 1990.
Sin embargo, el escritor afirma que no se lo persigue en su condición de líder político, sino por su última novela, que se publicará esta semana en España y se presentará en la Feria del Libro de Madrid, y “que desnuda los atropellos, las violaciones a los derechos humanos, el asesinato de decenas de jóvenes desarmados en las calles de Managua y otras ciudades del país en el año 2018”. Tongolele no sabe bailar, la nueva obra del nicaragüense, es una entrega de las peripecias del inspector Dolores Morales, ambientada durante las protestas de 2018, que fueron duramente reprimidas por el régimen de Ortega. “Esta es la verdadera razón”, sentenció Ramírez.
“Regresar a mi país significaría la cárcel y por lo tanto la muerte para mí. A mi edad no puedo estar preso sin los auxilios de un médico. Y ellos son muy despiadados. Hay prisioneros que pasan las veinticuatro horas del día con la luz encendida, otros en aislamiento... Son condiciones que yo no voy a ir a buscar”, comentó el escritor ante la prensa. “Ya me ha puesto ocho cargos penales, ¿qué puedo esperar? Pasar del aeropuerto al centro de detención de El Chipote, que es un lugar terrible”, añadió Ramírez ante la prensa.
Más tarde, y en el marco del festival Centroamérica cuenta, que también se realiza en Madrid, Ramírez charló sobre la actualidad literaria y política de América latina con Mario Vargas Llosa. El Premio Nobel peruano sostuvo que “es muy difícil ser un escritor latinoamericano y no verse afectado por la política. La vida literaria suele poner en riesgo al escritor frente a la realidad. Desde luego, hay escritores que se la arreglan para escribir al margen de la política. Pero es una minoría. Si uno elige la literatura como actividad central, inevitablemente se va a encontrar con la política”.
Ramírez, por su parte, consideró que en otros países del mundo es una rareza que un escritor se dedique a la política. “Pero en América Latina no ocurre lo mismo –dijo–: no solo ocuparse de la política en las novelas y la poesía, sino también por medio de acciones personales. En Nicaragua muchas cosas se explican porque hemos vivido mucho tiempo bajo dictaduras. Puedo dar mi ejemplo personal: yo nací con Somoza, estudié bajo el gobierno de Somoza y luché por derrocar a otro Somoza. Y encima ahora estoy enemistado con otra dictadura. Es una realidad de la que no podemos verdaderamente escaparnos”.
Respaldo español
Antes, el gobierno español rechazó las “infundadas” acusaciones contra el premio Cervantes. Ramírez “ha demostrado siempre su compromiso en la defensa de la democracia en su país”, afirmaron en un comunicado conjunto el ministerio de Asuntos Exteriores y el de Cultura, al recordar “su papel en la lucha contra el régimen de los Somoza” desde el movimiento sandinista, al ladodel propio Ortega.
El ex presidente colombiano Juan Manuel Santos, que se encuentra en Madrid con la antigua candidata presidencial Ingrid Betancourt, presentando el libro de ambos Una conversación pendiente, tildó de “oprobioso” lo que está haciendo Ortega.
“Es oprobioso, es la demostración de algo que está sucediendo en América Latina en muchos países, y está in crescendo, que es esa tendencia al autoritarismo y prácticamente hacia la dictadura”, afirmó Santos.
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