Sean O’Malley: “La gran mayoría está contenta con el Papa”
El arzobispo de Boston opina que la oposición a Francisco en EE.UU. es menor que la pensada
ROMA.- Aparece en un salón de la residencia de Santa Marta vestido con su hábito marrón de capuchino. El cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston, se encuentra en el Vaticano para asistir a una de las periódicas reuniones del denominado G-9, el grupo de cardenales de todos los continentes que asesora al Papa en la reforma de la curia y en el gobierno universal de la Iglesia.
Simpático, O’Malley, de 71 años, habla perfectamente español. Por su carisma, entrega a los pobres y manejo del escándalo de abusos sexuales que golpeó a su diócesis, fue considerado papabile en el cónclave de 2013. Ahora es uno de los cardenales estadounidenses más cercanos a Francisco.
O’Malley habló con LA NACION sobre el inminente primer viaje a Estados Unidos del papa sudamericano. Al respecto, destacó que no es verdad que haya mucha oposición a Francisco. "La gran mayoría de los norteamericanos está contentísima con el Santo Padre", dijo.
Además, subrayó que buena parte de los obispos de su país aplaudió sus dos últimas iniciativas sobre el perdón del aborto a mujeres arrepentidas y la agilización de los procesos de nulidad matrimonial, resistidas por un pequeño núcleo duro.
-Hay muchísima expectativa por la visita del papa Francisco, que por primera vez pisa Estados Unidos. ¿Qué espera usted?
-Sí, hay muchísima expectativa y creemos que va a ser una visita muy positiva para la Iglesia de Estados Unidos. Las últimas encuestas sobre el Santo Padre son muy, muy positivas, indican que el 80% de la gente es favorable a él en el país.
-Sin embargo, una encuesta de hace dos meses decía que su popularidad en el último año había bajado del 76% al 59% debido a su encíclica Laudato si' y a sus denuncias de los excesos del capitalismo. ¿Quedó desactualizada?
-Sí, según los datos que manejo. Claro, entre la gente más conservadora hay cierto recelo. Pero cuando preguntan sobre las decisiones y el enfoque del Santo Padre, la gran mayoría está con él. Además, el análisis demuestra cómo las enseñanzas del Santo Padre sobre ambiente y economía hacen reflexionar a gente que antes no hubiera estado dispuesta a recibir ese mensaje.
-Muchos creen que es uno de los viajes más complicados para Francisco, porque en sectores conservadores no cayó bien la encíclica Laudato si' -algunos dijeron que el Papa no se tenía que meter en esos temas, ya que toca intereses de la industria del petróleo y el carbón-, pero también hay quienes lo acusan de marxista y populista...
-Sí, pero es que los blogs y otros medios de comunicación que son muy radicales tal vez creen la impresión de que hay mucha oposición. Pero yo creo que no es así: la gran mayoría de la gente está contentísima con el Santo Padre y con su línea pastoral. El hecho de que haya ampliado el enfoque de la Iglesia para subrayar la importancia de la doctrina social y el servicio de los pobres y los que sufren apasiona a nuestra gente.
-Hay algunos sectores al parecer molestos por el hecho de que de los 18 discursos que pronunciará en Estados Unidos sólo cuatro van a ser inglés.
-Es una impaciencia lingüística de los anglófonos norteamericanos [risas]. Como estamos tan aislados lingüísticamente, no aprendemos otro idioma... Pero somos el mayor país católico en el mundo de habla española, tal vez el segundo después de México. Y el hecho de que pronuncie cuatro discursos en inglés creo que es un esfuerzo para él. Y la gente racional va a estar agradecida.
-El discurso que dará en Washington ante ambas cámaras del Congreso es uno de los más esperados. ¿Tocará temas como la abolición de la pena de muerte y la cuestión de la inmigración?
-Sí, en los Estados Unidos todavía hay pena de muerte en algunos estados y no me sorprendería que el Santo Padre hable de eso ante el Congreso. Me imagino que la inmigración también va a ser un tema muy importante, como el de la libertad religiosa, de los refugiados en el mundo, de la justicia económica... Porque en nuestra mentalidad norteamericana la libertad es el valor absoluto. Para nosotros lo más importante es la libertad política: si hay elecciones libres, todos los problemas están solucionados. Pero el Papa está recordando que no, que hay que tener también una democracia económica. Porque si la gente tiene hambre, aunque haya elecciones libres, eso no significa nada...
-Hablando de elecciones presidenciales, algunos creen que esta visita puede tener un gran impacto también en el proceso electoral...
-Puede ser. Va a ser interesante ver cómo todos los políticos van a querer sacar ventaja de todo lo que dice el Santo Padre y cómo todos van a decir «oh, el Papa está conmigo» [risas].
-La sensación es que hay mucha sintonía entre el Papa y Barack Obama, sobre todo visto el rol que tuvo el Santo Padre en el deshielo con Cuba y por la visión parecida en ciertos temas...
-Sí, claro, sobre todo en ciertos temas el Santo Padre y el presidente estarían de acuerdo. En Estados Unidos no tenemos ningún partido que sea solamente un partido católico. Los dos partidos tienen cosas que concuerdan con nuestra doctrina y también cosas que no, algo que hace a cierta ambigüedad de la política. Pero claro, tenemos que trabajar con todos y trabajar juntos para mejorar nuestro mundo y mejorar a la humanidad. El Santo Padre siempre está dispuesto a hacer eso. Claro, la situación en Cuba es un ejemplo muy bueno de que él, a través de su intervención, ayudó a Estados Unidos a hacer lo que yo creo que querían hacer, pero que, políticamente, era muy difícil.
Capuchino y espada de la Santa Sede
Sean O'Malley
Arzobispo de Boston
Profesión: sacerdote
Edad: 71 años
Origen: Estados Unidos
Sacerdote capuchino, O'Malley es una de las espadas de la Iglesia Católica que impulsa el castigo a clérigos acusados de abusos sexuales y la protección de sus víctimas. Esa política lo llevó a reemplazar en Boston a Bernard Law, cardenal muy cuestionado por haber protegido esos delitos en esa poderosa diócesis. Fue nombrado cardenal en 2006 por el papa emérito Benedicto XVI y es uno de los hombres de mayor confianza del papa Francisco, que lo integró al grupo de ocho cardenales que asesoran al jefe de la Iglesia Católica en su reforma administrativa y económica de la Santa Sede.
Por el fin del embargo a Cuba
El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, afirmó ayer que la Santa Sede es contraria al embargo impuesto hace 50 años por Estados Unidos a Cuba porque "causa angustia y sufrimiento", y que su levantamiento traería una mayor apertura. "Es bien conocida la posición de la Santa Sede sobre este asunto del embargo, tiene una posición, digamos, contraria. El embargo, este tipo de sanciones, causa angustia y sufrimiento en la población que los padece", dijo en declaraciones al Centro Televisivo Vaticano.