Se rindió el presidente de Argelia, un sobreviviente de la "primavera árabe"
ARGEL.- Sobreviviente de la Primavera Árabe, que sacudió la región en 2011, y de un infarto cerebral que lo dejó postrado desde 2013, el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, renunció luego de una ola de protestas ciudadanas y de un ultimátum del Ejército que frenaron su camino a un quinto mandato consecutivo y forzaron su caída tras 20 años en el poder.
Buteflika, de 82 años, "avisó oficialmente al Consejo Constitucional del final de su mandato de presidente de la República" a partir de hoy, indicó la televisión nacional unas horas después de que el Ejército rechazó de manera rotunda su continuidad en la presidencia.
La caída se produjo en medio de una crisis política iniciada con el anuncio de Buteflika, el 10 de febrero pasado, de presentarse a un quinto mandato en una elección prevista para el 18 de abril.
Las bocinas de los autos se hicieron oír en todas partes de Argel cuando se divulgó la noticia de la renuncia del jefe de Estado, una reliquia entre los hombres fuertes del norte de África y Medio Oriente, en especial tras la convulsión que representó la Primavera Árabe, que barrió las naciones árabes en 2011, y la inestabilidad que le siguió.
Tras un exilio en Dubai y Ginebra, Buteflika, respaldado por el Ejército, se lanzó con éxito a la presidencia al presentarse como candidato a las elecciones de abril de 1999, donde ganó como único aspirante a la jefatura de Estado tras la retirada de sus seis adversarios ante la posibilidad de fraude.
Con Argelia en plena guerra civil contra la guerrilla islamista -un conflicto que dejó 200.000 muertos en diez años- el nuevo presidente buscó restablecer la paz. En septiembre de ese año logró un sí masivo en el referéndum sobre la ley de "concordia civil" que amnistiaba a los islamistas armados que no hubieran cometido crímenes de sangre ni violaciones y depusieran las armas, lo que provocó la rendición de miles de fundamentalistas.
Buteflika fue reelegido sucesivamente con más del 80% de los votos en 2004, 2009 y 2014. Y en 2011, mientras la Primavera Árabe tumbaba a otros hombres fuertes de la región, logró comprar la paz social gracias al maná del petróleo.
"Debería haber dejado sus funciones al término de su segundo mandato, tras haber logrado la reconciliación nacional y conquistado el corazón de gran parte de la población", dijo el politólogo Rachid Tlemsani.
Este quinto período parecía también ganado. "Butef", como lo llaman familiarmente, tenía el récord de longevidad al frente del país y estaba convencido de poder ir por más. Pero su crédito ante el pueblo argelino había encontrado su límite y el anuncio de la candidatura desencadenó manifestaciones masivas e inéditas. Enfermo desde el derrame cerebral de 2013 que le impide hablar en público y lo forzó a moverse sobre una silla de ruedas, la percepción mayoritaria era que sus mermadas facultades no le permitían gobernar el país.
Desde entonces, Buteflika apenas aparecía en público. No obstante, durante esa época reforzó aún más sus poderes: a comienzos de 2016 disolvió el todopoderoso Departamento de Inteligencia y Seguridad y despidió a su jefe, el intocable general Mohammed Medine.
Su cuarto mandato estuvo marcado por la caída de los precios del crudo, lo que puso en evidencia la fuerte dependencia de la economía de los hidrocarburos. Buteflika fracasó en su promesa de "convertir Argelia en un país moderno, dotado de verdaderas instituciones", dijo la politóloga Myriam Audia.
Escalada
Desde fines de febrero, todos los viernes se organizaron protestas en las principales ciudades del país para exigir su renuncia. La escalada de protestas se convirtió en un clamor popular contra la corrupción de un régimen dominado desde la independencia de Francia, en 1962, por los clanes, las fuerzas armadas, los servicios secretos y un reducido grupo de empresarios.
Sin margen de maniobra, el gobierno anunció en un comunicado que el presidente renunciaría antes del término de su actual mandato, el 28 de abril, tras haber tomado "medidas para garantizar el funcionamiento de las instituciones del Estado durante el periodo de transición".
Pero la medida no convenció a nadie y sembró más desconfianza todavía entre los manifestantes. A diferencia de sus padres, una nueva generación de jóvenes sin el paralizante trauma de la guerra civil que se extendió en la década del noventa exigía mucho más que transiciones "a medida" y los cambios cosméticos que se dejaban entrever por las señales del gobierno.
Tras una reunión de los altos mandos militares, el Ejército expresó su rechazo a la táctica dilatoria de Buteflika, al que consideró "fuera de la Constitución". "Confirmamos que cualquier decisión tomada por fuera del marco constitucional está considerada nula y no conveniente", dijo el general Ahmed Salah, y sugirió que los uniformados ya no se someterían a las decisiones de la presidencia.
Considerado un hombre fiel al presidente, Salah había advertido la semana pasada la necesidad de "adoptar una solución que responda a las reivindicaciones legítimas del pueblo argelino". Y pidió que el Parlamento declare "el estado de incapacidad" que permite la Constitución cuando "el presidente de la República, por causa de enfermedad grave y duradera, se encuentre en la imposibilidad total de ejercer sus funciones".
Los dictadores históricos desplazados antes
Zine el-Abidine Ben Ali (Túnez)
- Fue en este país, en diciembre de 2010, donde estalló la Primavera Árabe. A diferencia de otros líderes, se le permitió salir del país tras su renuncia y fue juzgado en ausencia. Fue el país que tuvo la mejor transición política
Hosni Mubarak (Egipto)
- En el poder desde 1981, cayó a principios de 2001 tras 18 días de protestas con epicentro en la plaza Tahrir y permanece en arresto domiciliario. Pese a su salida, el régimen mantuvo el poder tras la fallida experiencia del islamista Morsi
Muammar Khadafy (Libia)
- Reprimió con dureza y la intervención de la OTAN ayudó a su caída: fue capturado por los rebeldes y sufrió una muerte horrible que dio la vuelta al mundo en octubre de 2011. El país cayó en una guerra civil
Ali Abdullah Saleh (Yemen)
- Dejó el poder en 2012 tras meses de negociaciones que incluyeron un atentado fallido. A diferencia de los otros líderes, mantuvo su cuota de poder en un país desgarrado por una guerra civil, pero fue asesinado a fines de 2017
Agencias AFP, ANSA y Reuters
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