Se mantiene una frágil tregua pese a nuevos incidentes en Jerusalén
El gobierno israelí y el movimiento islamista Hamas acataron el cese del fuego que empezó a regir este viernes; los disturbios continuaron
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JERUSALÉN.– Sin aviones de combate ni alertas de cohetes, la calma regresó este viernes a la Franja de Gaza y a Israel tras 11 días de combate por la entrada en vigor de un alto el fuego, aunque nuevos choques entre palestinos y policías israelíes se registraron en Jerusalén.
Egipto, que negoció exitosamente el cese de hostilidades que comenzó a regir en la madrugada, dijo que enviaría dos delegaciones para supervisar la tregua, ya que las partes beligerantes dijeron que estaban preparadas para tomar represalias por cualquier violación.
En ese enrarecido escenario se destacó un silencio que no reinaba desde el 10 de mayo pasado, cuando los cohetes palestinos y los bombarderos israelíes cubrieron por primera vez los cielos y atronaron con una lluvia de disparos letales en direcciones opuestas. Luego se incorporó la artillería del lado israelí.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la operación dañó la capacidad de Hamas, el movimiento islamista al frente de Gaza, para lanzar misiles. Añadió que el Ejército israelí destruyó la extensa red de túneles de Hamas en Gaza, así como sus fábricas de cohetes, laboratorios de armas e instalaciones de almacenamiento, y que mató a más de 200 militantes, entre ellos 25 altos cargos.
“Hamas ya no puede esconderse. Es un gran logro para Israel”, dijo el premier en un discurso televisado. “Hemos eliminado una parte importante del escalón de mando de Hamas y de la Jihad Islámica. Y quien no haya muerto sabe hoy que nuestro largo brazo puede alcanzarlo en cualquier lugar, sobre la tierra o bajo tierra”.
Duro golpe
El jefe del buró político de Hamas, Ismail Haniyeh, saludó por su parte la “victoria estratégica” de su movimiento. “Asestamos un golpe duro y doloroso que dejará marcas profundas en la entidad” israelí, afirmó. También calificó los combates como exitosos frente a un enemigo militar y económicamente más fuerte, y dijo que recuperarían las capacidades militares perdidas.
Los altavoces de las mezquitas celebraron “la victoria de la resistencia” y los coches circularon dando rienda suelta a los bocinazos y enarbolando banderas palestinas.
Pero la euforia no ocultaba la tragedia. En Gaza se sacaron cinco cuerpos más de entre los escombros, lo que elevó la cifra de muertos a 243, con más de 1900 heridos. Del lado israelí murieron 13 personas y cientos resultaron heridas. “¿Qué es la tregua? ¿Qué significa?”, dijo Samira Naseer, madre de 11 hijos, sentada cerca de los restos de un edificio de Beit Hanoun, en el norte de Gaza. “Volvimos a nuestras casas y no encontramos dónde sentarnos, ni agua, ni electricidad, ni colchones; nada”.
El director de operaciones de la agencia de la ONU de ayuda para los refugiados palestinos (Unrwa) en Gaza, Matthias Schmale, dijo que la agencia empezaría a evaluar los daños causados en la infraestructura. Sin embargo, afirmó que deberá igualmente ayudar a “reconstruir la vida de la población, aterrorizada y traumatizada”.
Trece camiones humanitarios con comida, vacunas contra el Covid-19, suministros médicos y equipos de primeros auxilios de agencias de la ONU y ONG asociadas entraron a Gaza durante la jornada. En paralelo, la televisión israelí adelantó que el Ejército permitirá a partir de la semana próxima la actividad en la zona de pesca, vital para la frágil economía del enclave y para miles de familias en ese territorio.
La violencia se expandió en diez días a niveles inauditos en siete años, y escaló al nivel de armas pesadas luego de los primeros choques callejeros entre policías israelíes y manifestantes palestinos en el recinto de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, entre otros incidentes.
Miles de personas volvieron a reunirse en ese lugar para la oración de los viernes, y muchos se quedaron para celebrar y manifestar su apoyo a Gaza. Eso dio comienzo a otra jornada de incidentes que subrayaron cómo toda la región seguía con el dedo en el gatillo.
La policía israelí disparó granadas aturdidoras contra los manifestantes, que lanzaron a su vez piedras y cócteles molotov contra los agentes en una refriega que dejó unos 20 palestinos heridos.
Con todo, la comunidad internacional recibió con satisfacción el alto el fuego e insistió en una solución “duradera”, trabada en buena medida debido al estatuto de Jerusalén Este y la colonización israelí en Cisjordania, dos focos que encienden la beligerancia.
“Creo que los palestinos y los israelíes merecen vivir con seguridad y disfrutar del mismo nivel de libertad, prosperidad y democracia”, dijo el jueves el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien había presionado a su aliado Israel a frenar los bombardeos.
La jefa de la diplomacia rusa, María Zajarova, saludó como otras potencias la tregua entre los dos históricos enemigos como un paso importante, pero no suficiente, y pidió “centrar los esfuerzos internacionales y regionales en reactivar las negociaciones políticas directas”.
Agencias Reuters, AFP, AP y ANSA
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