Se extiende la retirada diplomática en Kabul ante el imparable avance de los talibanes
La milicia islamista tomó la segunda y tercera ciudad del país, así como otras capitales provinciales, casi sin resistencia, y aceleró así el éxodo inminente de funcionarios occidentales
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KABUL.– El gobierno pro-occidental afgano parece tener los días contados, al ritmo de las caídas de las principales ciudades a manos de los talibanes, que avanzan sin resistencia mientras los diplomáticos extranjeros escapan del país del centro de Asia antes que sea demasiado tarde.
Con las fuerzas del gobierno afgano en desorden, escapando casi sin presentar batalla, y en medio de rumores de que también habría huido el vicepresidente, los talibanes se dirigen inexorablemente hacia Kabul, la presa final y definitiva desde donde esperan restaurar su gobierno integrista, del que fueron expulsados en 2001.
La marcha aparentemente imparable de la milicia islamista se reforzó en las últimas 48 horas con la toma de Kandahar y Herat, la segunda y tercera ciudades del país, seguida de la captura de otras cuatro capitales de provincia.
Después de una ofensiva implacable en el norte en la que cayó Herat, los talibanes consolidaron sin esfuerzo terreno en el sur, la base tradicional de la etnia pastún del grupo, y afianzaron posiciones en otros escenarios.
Varios países anunciaron la evacuación de su personal diplomático, luego de la campana de largada que dieron anteayer Estados Unidos y Gran Bretaña, que reducirán drásticamente su presencia civil en la capital y enviaron personal militar para ayudar al operativo.
Estados Unidos, el artífice de la expulsión de los talibanes hace dos décadas, y cuya masiva presencia militar no cumplió su objetivo de estabilizar el país, pidió esta semana unidad y decisión a las fuerzas afganas, que consideran con capacidad de fuego para resistir al enemigo.
Mientras tanto, los críticos compararon el anuncio de la evacuación del personal diplomático con la caída de Saigón, en 1975, en el epílogo de la larga guerra de Vietnam, cuando Washington también debió retirar apresuradamente a los civiles destinados en la capital asiática.
Estados Unidos está listo para evacuar por aire de la capital afgana “a miles de personas por día”, dijo el vocero del Pentágono, John Kirby, en una conferencia de prensa. El operativo comenzará el domingo.
Caldo de cultivo
Pese a que también ordenó la evacuación del personal civil, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que no le dará la espalda a Afganistán y llamó a los occidentales a trabajar con el gobierno afgano para evitar que el país “vuelva a ser un caldo de cultivo para el terrorismo”, en alusión al santuario que significó Afganistán para la red islamista Al-Qaeda en la década de 1990.
En declaraciones por televisión tras una reunión de crisis con el gabinete de gobierno, el premier conservador dijo que Londres tenía la intención de “ejercer presión” diplomática y política, y excluyó la hipótesis de una “solución militar”.
Y así como van cayendo las ciudades a manos de la milicia talibana, también comenzaron a sonar los anuncios en cadena del cierre de otras legaciones diplomáticas.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, anunció la repatriación del personal de la embajada en Kabul, de los españoles que aún queden en el país, y de los afganos y sus familias que trabajaron con las tropas y cooperantes españoles. España “no va a dejar a nadie atrás”, afirmó.
Los gobiernos de Noruega y de Dinamarca anunciaron por su parte el cierre temporal de sus embajadas y la evacuación de todos los empleados. Finlandia, Holanda y Suiza también anunciaron medidas para sacar del país a empleados o colaboradores de sus representaciones en Kabul, y en algunos casos también a trabajadores afganos.
La Misión de Asistencia de la ONU advirtió que sin una reducción significativa de la violencia, es probable que Afganistán registre el mayor número de víctimas civiles documentadas en solo un año desde que se llevan registros.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo asimismo que la situación “está fuera de control”, y subrayó la necesidad de detener la ofensiva y retomar las negociaciones para evitar una guerra civil prolongada que agrave los horrores desatados en el país.
“Afganistán está atravesando otro capítulo caótico y desesperado, una tragedia increíble para un pueblo que sufre desde hace mucho tiempo”, sentenció.ß
Agencias AFP, AP y ANSA
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