Se acerca en Nepal el fin de la monarquía

NUEVA DELHI.- Nepal dio ayer el primer paso concreto hacia el fin de la monarquía, con la ratificación de una enmienda constitucional que refundará al país como una república federal democrática.

Sin embargo, el pasaje aún no está completo. Nepal será una república sólo después de abril, cuando sea elegida y se reúna por primera vez la Asamblea Constituyente que dictará la nueva Carta Magna.

El avance hacia la democratización del país se concretó con los votos a favor de 270 de los 329 miembros del Parlamento. Tres votaron en contra y el resto, entre ellos los fieles al monarca, se dividió entre ausencias y abstenciones.

La enmienda a la Constitución prevé, además, que el primer ministro en ejercicio tome para sí las funciones de jefe de Estado, que anteriormente estaban en manos del rey Gyanendra. La nueva ley expresa que "el Estado se hará cargo y dará todos los pasos necesarios para realizar elecciones libres e imparciales para los miembros de la Asamblea Constituyente para Chaitra", el primer mes del año nepalés, que coincide con el abril occidental.

"Nepal se ha convertido en una república" declaró un vocero del Partido del Congreso, Arjun Narsingh, quien añadió: "El futuro de la monarquía está sellado".

Este primer pasaje de un Nepal monárquico a uno republicano es aceptado tanto por los maoístas -que habían amenazado con frustrar el acuerdo si sus requerimientos no eran escuchados- como por los siete partidos de la alianza de gobierno.

El punto de mayor confrontación era justamente la figura del monarca, que los maoístas querían abolir y a la que los otros partidos querían dar, en cambio, funciones de representación. Por ahora, se decidió que Gyanendra podrá quedarse en el palacio, con la advertencia de que si perturba las elecciones será enviado al exilio.

Con la decisión de ayer se puso fin, además, a más de una década de enfrentamientos entre el ejército y los maoístas, durante los cuales murieron más de 13.000 personas.

La revuelta maoísta, que comenzó en 1996, buscó deponer la monarquía y establecer una república socialista. A principios de 2005, el rey -que llegó al poder en 2001 tras la masacre de la familia real- cerró el Parlamento y concentró en sus manos todo el poder.

Un año después, el rey cedió ante las protestas del movimiento democrático y restableció el Parlamento, que no tardó en declarar un Estado secular para recortar el poder real.

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