Saqueadores, un fenómeno de rostros opuestos y diversos
Son personas con y sin empleo, de todas las razas, religiones y clases
LONDRES.- Blancos, negros, asiáticos. De todas las razas, colores de piel y credos. Diferentes edades, distintas historias, pobres, de clase media y hasta ricos. El perfil del looter (saqueador) no es unívoco sino transversal: presenta rostros de lo más diversos, entre los que hay criminales y desocupados, sí, pero también mucha gente común, insospechable, con empleo fijo, repentinamente arrastrada por una furia destructiva.
Es justamente esto lo que más preocupa a los sociólogos y demás analistas que intentan entender el porqué de una de las peores revueltas sociales que se recuerden en Gran Bretaña.
Ahora que empezaron los procesos "exprés" para darles su merecido castigo, mientras los tribunales trabajan noche y día para condenar a los culpables, desfila una realidad de lo más variopinta: entre los saqueadores hay de todo. Un maestro, la hija de un millonario, un chico de 11 años (que llegó a los tribunales acompañado por su mamá y su tía, en una foto que fue tapa de varios diarios ayer), un guardavidas, un cartero...
"Es un fenómeno muy complejo, que demuestra claramente un profundo rechazo de la sociedad en la que viven y falta de respeto a la autoridad", dijo a La Nacion Thomas Leonard, analista político graduado en Cambridge. "Aún estamos viendo el perfil que surge de una fracción limitada de los protagonistas de los disturbios, que fueron miles. Podremos sacar mejores conclusiones más adelante", agregó.
Muchos de los que fueron identificados, con nombre, apellido y foto, ahora se sienten avergonzados y humillados por haber sido hallados con las "manos en la masa", aprovechando el caos para hacerse de un televisor o de un par de remeras de marca, según revelan los diarios.
Aaron Mulholland, de 30 años, un guardavidas que trabaja en un gimnasio de Peckham Pulse, lloró al aparecer ante la corte por haberse unido a una banda de ladrones que asaltó un negocio de telefonía en Camberwell. Su abogado aseguró que había "aprendido la lección" después de haber pasado dos noches en una celda y que se sentía totalmente "disgustado" consigo mismo.
Uno de los casos que más asombro provocaron es el de Laura Johnson, de 19 años, hija de un empresario multimillonario, acusada de robar electrónicos, un televisor Toshiba, un microondas y celulares, por 5000 libras (7000 dólares). El botín fue hallado en un auto que manejaba la chica poco después de que la tienda Comet de Charlton, al sudeste de esta capital, fuera saqueada.
Johnson estudió en uno de los mejores institutos de Kent, es universitaria con óptimas notas y vive en una mansión valuada en más de un millón de libras, con jardín y cancha de tenis. La chica, que se declaró inocente, fue puesta en libertad bajo fianza a condición de que no se junte más con los dos varones junto a los que fue arrestada. Además, deberá llevar un brazalete electrónico, someterse a un toque de queda de 19 a 6 y comparecer otra vez ante la corte a mediados de septiembre.
Otros casos
Jeffrey Ebanks, un cartero de 32 años, y su sobrino Jamal Ebanks, de 18, también fueron capturados cuando llevaban en su auto electrónicos de un supermercado saqueado en Croydon. Lo peor es que el sobrino, que admitió el robo, acusó al tío de haberlo "llevado por el mal camino".
Richard Myles-Palmer, de 19, y su amigo Jason White fueron arrestados en Southwark con un carrito de supermercado repleto de herramientas por un valor de 1500 libras. Ambos con prontuario, uno por estafa, le dijeron a la policía que no les importaba si lo que se llevaban era robado. Ahora están en prisión.
Jason Matthews, padre de un bebe, fue arrestado en un local de la cadena de supermercados Tesco de East Dulwich, al sur de esta capital, tapándose el rostro con una bandana. Le aseguró a la policía que él no era "de los malos", sino que le faltaba plata para comprarle pañales a su hijito recién nacido...
Entre los looters también hay muchos estudiantes adolescentes, como David Attoh, que fue dejado en libertad después de dos días tras las rejas, luego de confesar el robo de dos remeras de la marca Burberry de un local saqueado en el barrio de Hackney.
Sorprendente, por último, es el caso de Chelsea Ives, promotora para los Juegos Olímpicos de 2012, que incluso se reunió hace poco con el alcalde de Londres, Boris Johnson, y que está acusada de participar de los desórdenes, luego de haber sido filmada por la BBC tirándole ladrillos a la policía.
La chica fue vista en el noticiero por su madre, Adrienne, de 47 años, que de inmediato llamó a la policía. "Estábamos viendo las noticias y lo que veíamos era absolutamente enfermo. Entonces, vimos a nuestra hija", contó la madre en una entrevista muy emotiva al Evening Standard.
"No podía creerlo. Por un minuto, con mi marido, no supimos qué hacer. Pero después pensamos: ¿qué podían hacer padres normales y honestos? Estábamos viendo gente que perdía su casa y sus negocios en incendios. Y como padres nos dijimos «ella no puede zafar»", relató la mujer.
"Ella no nos va a agradecer lo que hicimos, que es lo justo, siempre pensará que soy una perra, ¿pero qué teníamos que hacer, si no?", se preguntó Adrienne.
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