Sánchez prepara un gabinete con el núcleo socialista y de perfil europeísta
MADRID.- Recién estrenado como presidente de España tras la formalidad de la toma de mando en una ceremonia ante el rey, el líder socialista Pedro Sánchez dejó saber que integrará su gobierno con el núcleo duro de su partido, un baldazo de agua fría para las expectativas de la izquierda radical de Podemos.
"Prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del gobierno con lealtad al rey, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros", dijo Sánchez al leer la fórmula de juramento ante Felipe VI.
El destituido expresidente Mariano Rajoy , expulsado del poder 24 horas antes y presente de todos modos en la ceremonia, conforme al protocolo, escuchó estoico el juramento de su sucesor, le estrechó la mano y le deseó "mucha suerte".
Con solo 84 diputados,el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) presidirá un gobierno en minoría que sobrevivirá si sabe trazar acuerdos con otros partidos de diferentes ideologías e intereses.
Después de la toma de mando Sánchez fue directo al Palacio de la Moncloa, en la primera visita a la que será su nueva casa y lugar de trabajo, mientras desde su entorno comenzaban a emerger nombres, plazos y estrategias, aunque no todas del agrado de los aliados que lo elevaron a lo más alto del poder.
Por los próximos días gobernará con los mismos funcionarios que trabajaban con Rajoy, mientras conforma su propio gabinete con ministros sobre todo del PSOE. Será un gabinete de perfil técnico, que le permita navegar un agitado período bajo presión de rivales y aliados, con un Parlamento donde incluso tendrá menos bancas que sus adversarios del PP. Su líder fue sacado del poder de manera tajante y expeditiva, y no se estima que los legisladores quieran sembrarle a Sánchez el camino de rosas.
Según reveló el diario El Mundo, Sánchez estaría enfocado en encarar una breve gestión hasta unas elecciones generales que se celebrarían en mayo de 2019, en vez de continuar hasta el final de la actual legislatura al año siguiente.
Los primeros indicios dan cuenta de un gabinete de perfil europeísta y técnico centrado en sus leales del PSOE, los mismos que lo ayudaron a ganar las primarias partidarias del año pasado. Sánchez quiere un gobierno reducido y enfocado a gestionar el país para recuperar la estabilidad. Habría además ministros independientes, siempre vinculados al su partido a la izquierda. Un gobierno, en suma, enfocado a restablecer la estabilidad institucional del país, sacudida por la movida separatista catalana, que estuvo cerca de lograr un cisma sin precedente.
El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos; la vicesecretaria general, Carmen Calvo, y la vocera en el Congreso, Margarita Robles, entrarían al gabinete. Para la vicepresidencia suenan las exministras Carmen Calvo y Cristina Narbona, así como la vicepresidenta general del partido, Adriana Lastra.
La vocera Robles adelantó que "no habrá ministros de Podemos en el gobierno de Sánchez", sepultando las expectativas de la izquierda radical, cuyos dirigentes no disimularon su decepción por quedarse con las manos vacías, luego de la ayuda prestada al PSOE en su camino de regreso al poder. El líder de la formación, Pablo Iglesias, confiaba en que se conformaría un gobierno de coalición.
En cambio, sí habría un ministerio reservado para los separatistas catalanes, que también le dieron sus votos a Sánchez para labrar el epitafio del gobierno de Rajoy. Sánchez prometió iniciar un diálogo con el líder separatista regional, Quim Torra, que lo desafió a hablar "de gobierno a gobierno" (ver aparte).
La dirigencia de Podemos señaló que mantendrá su apoyo a Sánchez, de quien esperaron durante todo el día un llamado que nunca llegó. Pero a la vez señalaron que presionarán para que el presidente cumpla su promesa y convoque a elecciones generales. "Deberíamos transitar hacia una manera de hacer política en la que haya gobiernos de coalición, plurales y de integración", dijo el secretario de Organización y Programa de Podemos, Pablo Echenique. "Un gobierno con un apoyo parlamentario de 84 diputados, monocolor del PSOE, es evidentemente menos estable que un gobierno más amplio, que incluya otras fuerzas políticas", añadió el dirigente.
Agencias AFP, AP y ANSA
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