Sánchez define la fecha electoral y afina su estrategia para la campaña
El presidente, que anunciará hoy el día de los comicios anticipados, busca la mejor opción para que el socialismo vuelva a tener mayoría en el Congreso; los sondeos marcan un escenario de fragmentación
MADRID.- La suerte está echada y la Legislatura, sentenciada. Solo ocho meses habrá durado la gestión del presidente español, Pedro Sánchez , pero eso no tiene por qué significar su final al frente del Palacio de la Moncloa. De hecho, con el mecanismo de elecciones anticipadas ya en marcha, el socialista maneja todas las cábalas para ganar el llamado electoral, al que hoy le dará fecha y lograr, así, una nueva mayoría en Congreso de los Diputados.
Busca una mayoría que le dé más comodidad que las exiguas 84 bancas con que cuenta ahora. La minoría más vulnerable de la historia española. Al menos, eso es lo que sueña el dirigente que llegó al poder de la mano del independentismo catalán para desalojar a su predecesor, Mariano Rajoy , por el inédito mecanismo de la moción de censura.
Nunca, hasta ahora, eso había pasado en la democracia española. Lo que no hizo en ese entonces Sánchez fue llamar a elecciones para convalidar su respaldo.
Lo hará ahora, en una apuesta arriesgada, pero en las que podría llevar las de ganar frente a la principal oposición de partidos de derecha y liberal. Lo que falta es poner fecha y lo hará hoy. Lo más probable es que la convocatoria sea tan pronto como para dentro de diez semanas: el 28 de abril.
Se espera que el anuncio sea al mediodía, después de la reunión de gabinete. Una vez acordada la fecha se la comunicará a Felipe VI.
La ausencia del rey, en viaje oficial por Marruecos, fue uno de los motivos de la Moncloa para justificar la demora en la comunicación de la cita electoral. "Las elecciones serán este año. Ya nadie piensa en gobernar hasta 2020", confirmó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, cuya figura creció en el socialismo de Sánchez, luego de su ardorosa defensa del fallido presupuesto nacional.
El llamado a elecciones y la consecuente campaña electoral serán un retorno a la vida política de España. El país atraviesa uno de sus peores conflictos, con la tensión separatista en Cataluña al rojo y el problemático juicio a 12 políticos catalanes por delitos asociados a la declaración de independencia, en 2017.
El desafío es hacer una campaña en pocas semanas y ajustar el discurso proselitista al escenario que dejó el adelantamiento de elecciones. Es verdad que Sánchez no quería arriesgarse a convalidar el mandato de la "moción de censura" de junio pasado en las urnas, pero sus cartas para la cita no parecen malas.
"Nos irá bien", dicen cerca de su oficina. El socialismo tiene ahora 84 de los 350 escaños del Congreso y todas las encuestas coinciden en que será la fuerza más votada, con una porción que va del 22 al 26%. Según el último promedio de encuestas publicado por El País, el PSOE marcha primero (24%), seguido del PP (21%), Ciudadanos (18%), Unidos Podemos (15%) y Vox (11%).
De allí en más tendrá que construir alianzas. Cuenta para ello con la izquierda radical en retroceso de Podemos y mira con cariño a los liberales de Ciudadanos. Nada es seguro. Pero una de las posibilidades es que intente construir una alianza con ellos y así, de paso, romper el frente de las "tres derechas", tal como se llama al frente que Ciudadanos integró junto al Partido Popular (PP) y el radical Vox, en Andalucía.
"No es fácil. Pero lo que tendría que conseguir el socialismo es quebrar el escenario de Andalucía", decían ayer analistas de la Cadena SER, en referencia al frente opositor que irrumpió con fuerza en diciembre pasado. No es un mar de rosas. Pero ejercer en el gobierno le hizo bien al PSOE, que hace solo dos años corría el riesgo de perder la segunda posición en manos de la izquierda radical del hoy menguante Podemos.
A diferencia de lo que ocurre en la derecha, en la izquierda no hay riesgo de que el extremo coma votos a la moderación. Atenazado por las renuncias, los escándalos y las divisiones, Podemos apenas si tiene tiempo de rehacerse para la campaña. Por ese mismo motivo no es clara la euforia que muestra el joven líder del PP, Pablo Casado, ante la cita electoral y el entusiasmo con el que promete "desalojar" a Sánchez del gobierno. Su rivalidad con Ciudadanos y con la derecha radical de Vox es percibida como una "oportunidad" por el socialismo.
Está muy arriba en este momento. Con 134, es el partido con más escaños en el Congreso y un 33% de los votos. Los sondeos anticipan que perdería al menos 30 legisladores, con un retroceso de diez puntos. En el PSOE están convencidos de que irá a la baja por ese misterio que es Vox, que le hará competencia y le robará votos.
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