Samper admitió la narcofinanciación

BOGOTA.- El saliente presidente de Colombia, Ernesto Samper, admitió ayer públicamente que el narcotráfico se infiltró económicamente en su campaña electoral de 1994, pero insistió en que él no conocía "esa desafortunada circunstancia".

"Como se sabe, fui víctima de esa invasión (la del dinero del narcotráfico) en la campaña que me llevó a la presidencia de la República. Así lo confirman las confesiones de quienes la manejaran administrativamente, y las propias pesquisas de la Justicia", afirmó el presidente colombiano.

En su mensaje de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, Samper aseguró que la idea de renunciar por las acusaciones había cruzado muchas veces por su cabeza.

"Muchas veces consideré la opción de la renuncia y siempre concluí que Colombia tardaría muchos años en recuperarse del estigma internacional de un presidente inocente derrocado por el narcotráfico", aseguró.

Esta es la primera vez que Samper admite públicamente la financiación de su campaña por el narcotráfico. El escándalo sacudió a su gobierno poco después de asumir y, en su punto más difícil, amenazó con sacarlo del poder.

Cuando el presidente se enteró de que su campaña había sido financiada con dinero del narcotráfico, se puso "inmediatamente a disposición del Congreso". Sin embargo, Samper atacó duramente a la Fiscalía, que en 1996 lo denunció ante el Parlamento porque "desobedeció su obligación constitucional, no investigó lo suficiente, relacionó testimonios incompletos para configurar pruebas" y usó "testigos sin rostro" para incriminarlo.

Samper, que entregará el poder a Andrés Pastrana el 7 de agosto próximo, fue exonerado en 1996 de la investigación conducida por el Congreso, dominado en ese momento por el oficialista Partido Liberal. Pero, tanto el gerente como el tesorero de su campaña fueron condenados y encarcelados por aceptar 6 millones de dólares del Cartel de Cali para la publicidad electoral.

Juicio injusto

"Pocas personas han sido juzgadas en Colombia en circunstancias tan injustas", advirtió el mandatario, acerca del proceso de 1996.

A modo de defensa, explicó que en los últimos cuatro años logró no sólo desmantelar el cartel de las drogas de Cali, sino que además arrestó a 10.000 narcotraficantes y destruyó el 60 por ciento de los laboratorios desmantelados en toda la historia de la lucha antinarcóticos del país.

También en su gobierno, dijo Samper, se aprobó la más dura legislación que existe en el mundo contra ese tipo de delitos, y Colombia logró que su posición contraria al mecanismo de colaboración internacional usado por los Estados Unidos, y conocido como la "certificación", lo sustituyera por una evaluación continental.

En dos años consecutivos, durante el mandato de Samper, Estados Unidos descertificó a Colombia en la guerra antidrogas y justificó la medida diciendo que la corrupción había "invadido las altas esferas del gobierno". Este año, Colombia fue descertificada otra vez, pero, a diferencia de años anteriores, no hubo sanciones económicas.

El presidente culpó del deterioro económico a lo que denominó el "ajuste ético", es decir, la lucha contra las estructuras financieras del narcotráfico. No obstante, indicó que entrega a Pastrana, "una economía estabilizada en sus indicadores fundamentales".

"Luchar contra el narcotráfico es luchar por la paz", agregó el mandatario. "Resulta indispensable producir, por la vía disuasiva o persuasiva, la ruptura de la punible alianza entre la droga y la violencia", dijo, en alusión a los nexos de los grupos armados de izquierda y de derecha en Colombia con el negocio del contrabando de drogas.

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