La crisis comenzó cuando el líder de las milicias llamó a un levantamiento contra el ejército ruso; el presidente denunció el llamado a la rebelión como una “traición” y calificó el movimiento de tropas como “una puñalada en la espalda” en un discurso televisivo
- 9 minutos de lectura'
Por Paul Kirby
Rusia se vio sumida en una profunda crisis el sábado después de que el jefe del Grupo Wagner, un ejército privado de mercenarios que han estado luchando del lado de las fuerzas rusas en el conflicto con Kyiv, se rebelara contra los altos mandos militares rusos y avanzara en dirección a Moscú.
La crisis llegó a su fin cuando Yevgeni Prigozhin -líder del Grupo Wagner y antiguo aliado del presidente Vladimir Putin- anunció que sus tropas darían la vuelta y regresarían a sus bases, después de llegar a un acuerdo con el presidente de Bieolorrusia, que actuó como mediador.
Las medidas tomadas en un principio por Prighozin fueron un desafío directo a los dos hombres encargados de liderar la guerra en Ucrania, que forman parte del círculo íntimo del presidente ruso: el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, y el jefe de las fuerzas armadas, Valery Gerasimov.
Aquí te contamos quiénes son los otros integrantes del selecto grupo que se ha mantenido fiel al presidente por años y a quienes Putin escucha en este momento crucial que atraviesa el país.
Durante meses, dos hombres han estado en la mira de Prigozhin: el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe de las fuerzas armadas, Valery Gerasimov.
El jefe del grupo mercenario Wagner ha acusado a ambos de ser responsables de la muerte de decenas de miles de rusos en la guerra en Ucrania. Y lo que fue una larga y amarga disputa se convirtió este fin de semana en una crisis nacional.
Si hay una persona a quien Putin presta atención es su confidente Sergei Shoigu, quien ha pregonado la línea de Putin de desmilitarizar a Ucrania y proteger a Rusia de la llamada “amenaza militar de Occidente”.
Este hombre hace viajes de caza y pesca con el presidente Putin a Siberia, y en el pasado ha sido visto como un posible sucesor.
Pero si observas esta extraordinaria imagen de él aquí abajo al final de esta mesa, sentado torpemente al lado del jefe de las Fuerzas Armadas, te preguntarás si lo que dice llega efectivamente hasta los oídos de Putin.
La foto fue tomada tres días después de la invasión en febrero de 2022, en medio de una campaña militar que enfrentaba la inesperada resistencia ucraniana y la baja moral militar.
“Se suponía que Shoigu se marcharía a Kiev; es ministro de Defensa y se suponía que iba a triunfar”, le explicó a la BBC Vera Mironova, especialista en conflictos armados.
Y, aún así, sigue jugando un papel vital en la guerra, aunque Prigozhin lo acusa de mentirle al presidente sobre la realidad en el terreno en Ucrania.
A Shoigu se le atribuye la toma militar de Crimea en 2014.
También estuvo a cargo de la agencia de inteligencia militar GRU, y fue acusado de dos envenenamientos con agentes nerviosos: el ataque mortal de 2018 en Salisbury en Reino Unido y el ataque casi fatal contra el líder opositor Alexei Navalny en Siberia en 2020.
La instantánea del encuentro de Shoigu con Putin todavía luce peor si acercamos el plano. “Pareciera como si alguien acabara de morir, como si estuvieran en un funeral”, dice Mironova.
Puede parecer raro, pero el experto en seguridad y escritor ruso Andrei Soldatov cree que el ministro de Defensa sigue siendo, de aquellos a los que escucha el presidente, la voz más influyente.
“Shoigu no solo está a cargo del Ejército, también está parcialmente a cargo de la ideología; en Rusia, la ideología trata principalmente de historia, y él tiene el control de la narrativa”.
Como jefe del Estado Mayor, su trabajo era invadir Ucrania y completar la misión rápidamente, y según ese estándar, lo ha hecho de manera deficiente.
Valery Gerasimov ha desempeñado un papel importante en las campañas militares de Vladimir Putin desde que comandó un ejército en la guerra de Chechenia de 1999, y también estuvo al frente de la planificación militar para Ucrania, supervisando ejercicios militares en Bielorrusia con antelación al inicio del conflicto.
Descrito como un “matón duro y serio” por el especialista en Rusia Mark Galeotti, el general Gerasimov también desempeñó un papel clave en la campaña militar para anexionar Crimea.
Algunos informes sugieren que ahora ha sido dejado de lado debido al comienzo titubeante de la invasión de Ucrania y los informes de baja moral entre las tropas.
Gerasimov no apareció en el desfile militar anual en Moscú en mayo de 2022. Aún así, en enero de este año, fue nombrado comandante de las fuerzas en Ucrania, reemplazando al General Sergei Surovikin, quien ahora lo secunda.
“Putin no puede controlar cada camino y cada batallón, y ese es su papel”, señala Andrei Soldatov.
“Patrushev es el halcón más agresivo, y piensa que Occidente ha estado tratando de atrapar a Rusia durante años”, dice Ben Noble, profesor asociado de política rusa en el University College de Londes.
Es uno de los tres hombres más leales a Putin que han servido con él desde la década de 1970 en San Petersburgo, cuando la segunda ciudad de Rusia todavía se conocía como Leningrado.
Los otros dos incondicionales son el jefe del servicio de seguridad, Alexander Bortnikov, y el jefe de inteligencia extranjera, Sergei Naryshkin.
Todo el círculo íntimo del presidente se conoce como siloviki, o “los ejecutores”, pero estos tres hombres son aún más cercanos.
Pocos tienen tanta influencia sobre el presidente como Nikolai Patrushev.
No solo trabajó con él en la antigua KGB, el servicio de inteligencia ruso, durante la era comunista, sino que lo reemplazó como jefe de su organización sucesora, el FSB, entre 1999 y 2008.
Fue durante una extraña reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, tres días antes de la invasión, cuando Patrushev planteó su punto de vista de que el “objetivo concreto” de Estados Unidos era la desintegración de Rusia.
La sesión fue una extraordinaria escena de teatro que mostraba al presidente sentado detrás de un escritorio mientras su equipo de seguridad se acercaba a un atril y expresaba su opinión sobre el reconocimiento de la independencia de los rebeldes respaldados por Rusia en Ucrania.
Nikolai Patrushev pasó la prueba. “Él es quien da el grito de guerra principalmente, y da la sensación de que Putin se ha movido hacia su posición más extrema”, dice Ben Noble.
Los expertos en el Kremlin dicen que el presidente confía en la información que recibe de los servicios de seguridad más que en cualquier otra fuente, y Alexander Bortnikov es visto como parte del santuario interior de Putin.
Alexander Bortnikov, otro veterano de la KGB de Leningrado, asumió el liderazgo del FSB, reemplazando a Nikolai Patrushev.
El FSB tiene una influencia considerable sobre otros servicios policiales e incluso tiene sus propias fuerzas especiales.
Bortnikov es importante, pero no está allí para desafiar al líder ruso o darle consejos como hacen otros, cree Andrei Soldatov.
Completando el trío de viejos espías de Leningrado, Sergei Naryshkin ha permanecido junto al presidente durante gran parte de su carrera.
Eso no impidió que el presidente Putin lo reprendiera en la televisión, cuando titubeó al responder sobre la situación antes de la guerra.
La larga sesión fue editada, por lo que el Kremlin decidió deliberadamente mostrar ese momento tenso frente a una enorme audiencia televisiva.
“A Putin le encanta jugar con su círculo íntimo y hacerle quedar (a Naryshkin) como un tonto”, dice Soldatov.
Sergei Naryshkin ha seguido durante mucho tiempo a Putin, en San Petersburgo en la década de 1990, luego en la oficina del mandatarioen 2004, y convirtiéndose finalmente en presidente del Parlamento.
Pero también dirige la Sociedad Histórica Rusa y, en opinión de Soldatov, ha demostrado ser muy importante al proporcionar al presidente fundamentos ideológicos para sus acciones.
También, en una entrevista con el corresponsal de la BBC en Moscú, Steve Rosenberg, negó que Rusia hubiera llevado a cabo envenenamientos y ciberataques o interferido en las elecciones de otros países.
Durante 19 años, ha sido el diplomático de mayor rango de Rusia, presentando el caso de Rusia al mundo incluso aunque no se considere que él tenga un papel importante en la toma de decisiones.
Sergei Lavrov, de 73 años, es una prueba más de que Vladimir Putin se basa en gran medida en figuras de su pasado.
Es poco probable que le haya importado que la mayoría del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se retirara mientras intentaba defender la invasión de Rusia pocos días antes de que empezara.
Aunque es leal a Putin desde el principio, no se cree que tenga ningún papel en la toma de decisiones sobre Ucrania.
Su tarea es apuntlar el apoyo a Rusia en África, América Latina y otras partes del mundo, promoviendo a su país como descolonizador.
Un rostro femenino raro en el séquito de Putin, supervisó la votación de la Cámara Alta para aprobar el despliegue de las fuerzas rusas en el extranjero, allanando el camino para la invasión.
Valentina Matviyenko es otra seguidora de Putin desde San Petersburgo que también ayudó a llevar a cabo la anexión de Crimea en 2014.
Pero no es considerada una de las principales responsables de la toma de decisiones. Dicho esto, pocas personas pueden decir con total certeza quién manda y toma las decisiones importantes.
Exguardaespaldas del presidente, ahora dirige la Guardia Nacional de Rusia, Rosgvardia, creada por el presidente Putin hace solo seis años como una suerte de ejército personal al estilo de una guardia pretoriana similar al Imperio romano.
Al elegir su propio guardia de seguridad personal para dirigirlo, se aseguró de su lealtad, y Viktor Zolotov ha aumentado su número a 400.000.
Aunque no tiene experiencia militar, al guarda nacional se le han asignado una serie de tareas para controlar las áreas ocupadas de Ucrania detrás de la línea del frente, y se dice que ha sufrido grandes pérdidas.
Reino Unido señaló que las fuerzas de seguridad de Rusia “y especialmente la guardia nacional” serían claves en el desarrollo de la crisis con Prigozhin.
¿A quién más escucha Putin?
El primer ministro Mikhail Mishustin tiene la poco envidiable tarea de rescatar la economía, pero tiene poco que decir sobre la guerra.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, y el jefe del gigante petrolero estatal de Rosneft, Igor Sechin, también son cercanos al presidente, según el analista político Yevgeny Minchenko.
Los hermanos multimillonarios Boris y Arkady Rotenberg, que fueron amigos de la infancia del presidente, también han sido confidentes cercanos durante mucho tiempo. En 2020, la revista Forbes los nombró “la familia más rica de Rusia”.
Otras noticias de Rusia
Más leídas de El Mundo
"Por ustedes no es". La emoción de la reina Letizia al hablar con los afectados por las inundaciones en Valencia
"Nos engañó". Angela Merkel en el Purgatorio: su partido reniega de la excanciller y el país revisa su legado
Denuncia penal contra el chofer. Murió una pasajera que viajaba en el colectivo que chocó contra la rambla en Montevideo
La fortuna de los Windsor. Una investigación revela el origen de los millonarios ingresos del rey Carlos III y el príncipe Guillermo