Dado que se trata de armas de mediano y largo alcance, la Casa Blanca había dudado en aprobar su envío pese a las numerosas solicitudes de Zelensky, por temor a que puedan ser usadas contra territorio ruso y empeorar ya el delicado estado de la guerra
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Ha sido una delicada decisión: esperada por meses por Kiev y criticada abiertamente por Moscú.
Tras numerosas vacilaciones, el gobierno de EE.UU. anunció el martes que enviará un avanzado sistema de cohetes a Ucrania, que busca reforzar la posición defensiva de las tropas ucranianas en la región del Donbás, fuertemente abatida por la artillería rusa.
Son los llamados M142 Himars (sistema de cohetes de artillería de alta movilidad, por sus siglas en inglés), que, como su nombre indica, es una unidad móvil que puede lanzar simultáneamente múltiples misiles guiados con alta precisión.
Dado que se trata de armas de mediano y largo alcance, la Casa Blanca había dudado en aprobar su envío pese a las numerosas solicitudes de Ucrania, por temor a que puedan ser usadas contra territorio ruso y empeorar ya el delicado estado de la guerra.
El martes por la mañana, el Kremlin celebró reportes de que EE.UU. había decidido finalmente no enviar el sistema de lanzamiento de misiles a Ucrania, pero este miércoles el discurso cambió de tono con el anuncio de Biden.
“Creemos que Estados Unidos está directa e intencionalmente echando leña al fuego”, dijo el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov.
Previamente, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, dijo que la entrega de estas nuevas armas a Ucrania aumentaba el riesgo de que Estados Unidos entrara en conflicto directo con Rusia.
“Cualquier suministro de armas que continúe en aumento, aumenta los riesgos de tal desarrollo”, afirmó, citado por la agencia estatal de noticias RIA Novosti.
El temor
El temor de EE.UU. sobre cómo podía tomarse Rusia el envío de estos cohetes fue tal que, en un acto inusual, el propio presidente Joe Biden escribió un editorial en el periódico The New York Times este miércoles para tratar de explicar la decisión.
En el artículo, el mandatario aseguró que no era la intención de su país provocar un conflicto con Rusia, sino fortalecer la capacidad militar de Kiev para facilitar una solución diplomática a la crisis.
“Es por eso que he decidido que proporcionaremos a los ucranianos sistemas de cohetes y municiones más avanzados que les permitirán atacar objetivos clave con mayor precisión en el campo de batalla en Ucrania”, dijo.
Peskov, por su parte, respondió que “tales suministros” no alientan a Kiev a reanudar las conversaciones de paz y que mostraban que Washington quería “luchar contra Rusia hasta el último ucraniano”.
Biden agregó que la decisión fue tomada luego de que el gobierno ucraniano garantizara que no utilizará los misiles para atacar objetivos dentro del territorio ruso.
“No vamos a enviar a Ucrania sistemas de cohetes que puedan atacar a Rusia”, dijo.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky aseguró en una entrevista para la cadena estadounidense Newsmax que el objetivo de su país era utilizar los cohetes de forma defensiva.
“No estamos interesados en lo que está pasando en Rusia. Solo estamos interesados en nuestro propio territorio, en Ucrania”, dijo.
Cómo son los cohetes
Los Himars forman parte de un nuevo paquete de apoyo de US$700 millones que destina EE.UU. a Ucrania -el onceavo desde que comenzó la invasión en febrero- y que incluye, además, helicópteros, armas antitanque, vehículos tácticos y piezas de repuesto.
Pero son estos sofisticados misiles los que han sido uno de los mayores reclamos de Ucrania desde que comenzó la guerra. Y es que el sistema M142 Himars es considerado una de las plataformas de lanzamientos de cohetes de largo alcance más desarrolladas y precisas del mundo (más que los que utiliza actualmente el ejército ruso o los que ya tiene el ucraniano).
Según explica en su página web el fabricante de los mismos, la empresa Lockheed Martin, son una versión modernizada, más liviana y ágil montada sobre ruedas del sistema de misiles M270, desarrollado en la década de 1970.
Aunque su rango varía, EE.UU. informó que los cohetes que proporcionará a Ucrania alcanzarán los 80 km, lo que los pone fuera del alcance de la artillería enemiga y amenaza, a la vez, la posición en la que se encuentran las baterías de lanzamiento rusas.
Los misiles son guiados por GPS y darán a las fuerzas ucranianas un alcance de aproximadamente el doble que el de los obuses M777 que actualmente utilizan.
De acuerdo con Lockheed Martin, los vehículos que transportan los Himars llevan una carga de seis misiles guiados de 227 mm, aunque pueden también llevar un misil táctico del tipo ATACMS, que tiene un alcance de 300 km (aunque EE.UU. no suministrará estos misiles a Ucrania).
Para operarlo se necesita un muy limitado grupo de soldados y el sistema puede cargarse nuevamente en cuestión de minutos, lo que hace que su uso sea muy práctico en la contienda.
El ejército estadounidense ya tiene unidades Himars en Europa; y dos países miembros de la OTAN, Polonia y Rumania, también los han adquirido.
El mes pasado, el jefe del ejército de Ucrania dijo que obtener las unidades Himars sería “crucial” para permitirles contrarrestar los ataques con misiles rusos.
Estados Unidos espera que Ucrania despliegue las armas en la región oriental de Donbás, donde los combates son más intensos y donde podrían usarse para atacar a las unidades y fuerzas de artillería rusas que tienen como objetivo las ciudades ucranianas.
Los Himars han sido utilizados por el Ejército de EE.UU. en numerosas campañas, incluida la guerra en Siria y Afganistán.
En este último país, en mayo de 2018, un ataque con estos misiles mató a 50 combatientes y líderes talibanes en 14 segundos, cuando tres cohetes golpearon un edificio donde se encontraban en ese lapso de tiempo.
Qué más dijo Biden
En el artículo del miércoles, Biden escribió que el objetivo de EE.UU. era simplemente ver una Ucrania “democrática, independiente y soberana”, no expulsar a Putin del poder o buscar un conflicto más amplio con Moscú.
Culpó a la continua agresión de Rusia del el estancamiento de los esfuerzos de paz y agregó que Estados Unidos nunca presionaría a Ucrania para que cediera parte de su territorio a cambio del fin del conflicto.
Dirigiéndose directamente al riesgo de que se utilicen armas nucleares en Ucrania, Biden dijo que “actualmente no vemos indicios” de que esta sea la intención de Rusia, pero advirtió que hacerlo sería inaceptable y traería consigo “graves consecuencias”.
Poco después de que se publicara el artículo de Biden, el ejército ruso anunció que las fuerzas nucleares del país estaban realizando ejercicios en la región de Ivanovo, cerca de Moscú.
Los simulacros involucran alrededor de 1.000 personas de servicio y más de 100 vehículos.
Estados Unidos no fue el único país en anunciar el envío de armas más poderosas a Ucrania.
El canciller alemán, Olaf Scholz, informó este miércoles que suministraría a Kiev el sistema IRIS-T, el más moderno que posee Alemania, y que, según dijo, permitirá a Ucrania defender una ciudad entera contra los ataques aéreos rusos.
Agregó que proporcionaría, además, un radar de seguimiento capaz de detectar la artillería enemiga y varios lanzacohetes.
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