Rusia aprendió de sus costosos errores y cambia sus tácticas de batalla
El desempeño de las fuerzas del Moscú sigue siendo desparejo, pero en su resistencia a la contraofensiva muestran mejor disciplina, coordinación y apoyo aéreo, presagiando un cambio en la guerra
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KRAMATORSK, Ucrania.- No bien la unidad de soldados ucranianos bajó del vehículo de transporte blindado, desde la hilera de árboles que tenían enfrente se desató un infierno de balas rusas. Habían sido enviados como refuerzos para un trinchera, pero quedaron encerrados sin poder moverse durante horas.
“Nunca vi una balacera así, y desde tantas posiciones al mismo tiempo”, dice un soldado que participó de la misión.
Un soldado ucraniano perdió la vida y otros nueve resultaron heridos en ese enfrentamiento, que tuvo lugar en marzo en las inmediaciones de la ciudad de Bakhmut. Según el informe, las tropas rusas “mostraron un alto nivel de habilidad y equipamiento”.
La emboscada fue parte de un paciente y disciplinado operativo que contrasta con las desordenadas tácticas de las fuerzas rusas durante gran parte del año pasado, y una letal demostración de que los militares rusos están aprendiendo de sus errores y a adaptarse a las tácticas ucranianas, tras haberlas subestimado groseramente en un primer momento.
Al inicio de la guerra, Rusia avanzó y ganó terreno a sangre y fuego. Pero el testimonio de las tropas ucranianas, un prisionero de guerra rusa, oficiales militares y funcionarios occidentales, así como las imágenes de video, muestran que las victorias militares de los rusos en los últimos meses, sobre todo en Bakhmut, son resultado de una serie de adaptaciones.
Las columnas de blindados rusos, por ejemplo, ya no avanzan sobre terrenos donde pueden ser dañados o destruidos con facilidad. Además, los rusos están usando más drones y enviando “misiones de sondeo” para detectar las trincheras ucranianas antes de atacar. Y el ejército mercenario Grupo Wagner ha demostrado una gran capacidad para ganarles de mano a los defensores ucranianos con una combinación de mejores tácticas y gran disponibilidad de combatientes.
El inicio de la contraofensiva encuentra a Ucrania bien armada, con mejor tecnología de comunicaciones, y con equipo bélico avanzado provisto por Estados Unidos y Europa.
Pero las fuerzas de Moscú han mejorado sus defensas, la coordinación de su artillería y su apoyo desde el aire, dejando planteado un escenario bélico totalmente distinto de los primeros días de la guerra. Según los funcionarios occidentales, gracias a esas mejoras tácticas, Rusia será un adversario aún más duro, sobre todo porque ahora pelean a la defensiva, lo que juega a favor de sus puntos fuertes en el campo de batalla. Este giro defensivo está muy lejos de aquella aspiración inicial del Kremlin de una invasión a gran escala y una fulminante derrota de Ucrania.
Por supuesto que a lo largo de los más de 1000 kilómetros que tiene la línea de frente, la capacidad militar de las fuerzas rusas sigue siendo despareja. Sus filas están repletas de convictos, cuya actuación cobró relevancia durante la batalla por Bakhmut, a pesar de su falta de entrenamiento. Y el creciente uso de drones “kamikaze” y planeadores explosivos no solo refleja un innovador cambio de táctica, sino también una escasez de municiones.
“Están tratando de detectar la localización de nuestros puestos de retaguardia para destruirlos a larga distancia y complicar los más posible la comunicación entre las distintas unidades”, dice Graf, comandante de una unidad de drones de Ucrania. Prácticamente neutralizadas desde el inicio de la invasión, ahora la Fuerza Aérea rusa ha adaptado sus tácticas y municiones, incluidas bombas deslizantes o “planeadoras”, para atacar a los ucranianos sin arriesgar sus aeronaves.
Las enseñanzas de Bakhmut
Los funcionarios norteamericanos reconocen que las tácticas de los rusos han mejorado, pero en base a los informes de inteligencia sobre el terreno también creen que su éxito en Bakhmut responde básicamente a la decisión del Grupo Wagner de mandar a los convictos al frente como carne de cañón, sin importar el costo en vidas.
Pero los soldados que están en el terreno también han observado algo más.
Los ucranianos que lucharon en Bakhmut dicen que esa batalla terminó muy diferente de como empezó. La toma de prisioneros dejó de ser relevante: por el contrario, dicen, las milicias profesionales del Grupo Wagner coordinaron el ataque terrestre y el fuego de artillería sobre las posiciones ucranianas, y luego las sobrepasaron rápidamente con pequeñas unidades de infantería.
Cuando una posición ucraniana quedaba reducida a unas pocas manzanas, por ejemplo, las fuerzas rusas descargaban todo su fuego de artillería contra un edificio ocupado por los ucranianos. No bien los ucranianos se replegaban, los rusos tomaban en edificio.
Pero la habilidad bélica en una zona o durante una misión en particular aún no se ha extendido a toda la línea de frente, y los funcionarios norteamericanos dicen que si bien Rusia ha adaptado sus tácticas, no hay evidencia de una mayor sofisticación de las tropas en general.
Los soldados rusos más experimentados murieron a principios de la guerra. A las tropas que luchan actualmente, incluidos los reservistas poco entrenadas de la última leva, les cuesta llevar a cabo operaciones ofensivas y coordinar los movimientos de grandes unidades militares. Y los tanques rusos, que a lo largo de 2022 sufrieron pérdidas significativas, ahora se abstienen de posicionarse sobre la línea del frente y son usados como una especie de artillería.
“No les quedan suficientes tanques, ni tampoco suficiente artillería para desatar una lluvia de fuego”, dice Graf.
El cambio de táctica de los rusos se refleja no solo en las imágenes de los drones de vigilancia sino en las profundidades de las trincheras ucranianas.
Cerca de Svatove, una ciudad del este de Ucrania ocupada por las fuerzas del Kremlin, el soldado Ruslan Zubariev, cuyo nombre de guerra es Predator, dice que en febrero los rusos usaron tácticas de manual para tratar de romper su línea de trincheras.
“En los últimos seis meses sus tácticas cambiaron”, dice Predator, y describe un asalto donde los rusos recurrieron más a la estrategia que a la fuerza bruta.
Primero los rusos bombardearon durante cuatro días los árboles y la vegetación que ocultaban las posiciones ucranianas, y luego avanzaron con un transporte blindado de personal flanqueado por una decena de tropas, relata el soldado.
Pero agrega que las mejoras tácticas de los rusos mostraron sus limitaciones, ya que no parecían contar con suficiente inteligencia sobre la ubicación de las trincheras ucranianas. En el enfrentamiento que se desencadenó a continuación y que registró en video, Predator logró detener el asalto ruso casi sin ayuda.
“Hicieron todo a la perfección, pero algo les falló”, dice el soldado de 21 años. “No tenían suficiente información, como suele pasarles.”
Las trincheras rusas
Alrededor de la ciudad de Kreminna, en el este de Ucrania, donde las fuerzas rusas se atrincheraron en septiembre después de ser empujadas hacia el noreste, ambos bandos se turnan para lanzar pequeñas escaramuzas ofensivas que parecen coreografiadas.
“Ambos bandos tratamos de enviar el mensaje de que estamos a punto de avanzar”, apunta Graf. “Pero nadie está seguro de quién lo hará primero o dónde lo hará.”
En los últimos días, Ucrania avanzó para recuperar el crucial terreno alto de los alrededor de Bakhmut: la ciudad está rodeada de elevaciones, y las fuerzas rusas se están desangrando para defender la toma de la ciudad. Según un soldado ruso capturado recientemente, ahora el ejército ruso recurre a exconvictos para cavar trincheras, una práctica ya habitual del grupo Wagner.
Los propios soldados ucranianos reconocen que las trincheras rusas suelen estar mejor construidas que las ucranianas. El informe de la misión de marzo en los alrededores de Bakhmut señala que los búnkeres rusos eran similares a los “agujeros de araña de la Guerra de Vietnam” y “tan profundos que los drones no los logran detectar”.
Esas posiciones defensivas plantean un inmenso desafío, señala un funcionario norteamericano, y agrega que es demasiado pronto para saber si Ucrania podrá superarlos. Los rusos dispusieron sus defensas como una sucesión de capas, y a pesar de meses de reveses y miles de bajas, siguen demostrando una enorme determinación para luchar.
Además, Rusia sigue castigando con sus defensas aéreas y con su capacidad para interferir las comunicaciones y derribar drones. Y a medida que la contraofensiva avance, las tropas ucranianas quedarán más expuestas al apoyo aéreo ruso.
“Nadie tiene la menor idea de lo que va a pasar”, dice Predatos. “A ellos no les importa cuántas vidas se va a cobrar esta guerra.”
Por Thomas Gibbons-Neff, Julian E. Barnes y Natalia Yermak
(Traducción de Jaime Arrambide)
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