Rusia admitió que la KGB asesinó a Wallenberg en 1947
El diplomático sueco ayudó a miles de judíos a escapar de los nazis en Hungría.
MOSCU.- A más de medio siglo de su misteriosa desaparición, una comisión oficial rusa reconoció que Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que ayudó a decenas de miles de judíos a escapar de la Hungría ocupada por los nazis, fue ejecutado en 1947 en la sede del entonces servicio secreto ruso (KGB), en Moscú.
"Ahora estamos seguros de que (Wallenberg) fue ejecutado en la Lubianka (sede de la KGB en Moscú)", señaló Alexandre Iakovlev, titular de la comisión para la rehabilitación de las víctimas de la represión política.
Las circunstancias que rodean la muerte de Wallenberg, que desapareció en enero de 1945 tras haber sido convocado por el cuartel general soviético en Budapest, nunca fueron aclaradas oficialmente y Moscú siempre se negó a reconocer su responsabilidad, pese a la insistencia de las autoridades suecas.
Según la versión oficial facilitada entonces por los soviéticos, Wallenberg murió en 1947, a los 34 años, de una crisis cardíaca en una unidad de la Lubianka en Moscú.
"Primero dijimos que había muerto en una calle de Budapest, luego que se hallaba bajo la protección de nuestras tropas. Por último, cuando los suecos trajeron pruebas de su desaparición, dijimos que probablemente habría fallecido de un ataque cardíaco, en julio de 1947", indicó Iakovlev, un ex político ruso conocido por ser el "padre" ideológico de la perestroika y de la glasnost (transparencia) implementadas durante el régimen de Mikhail Gorbachov.
La declaración de Iakovlev parece indicar que Rusia está a punto de confirmar las denuncias que las autoridades soviéticas rechazaron sistemáticamente durante más de 50 años.
Wallenberg y su chofer, también desaparecido, "fueron condenados por motivos políticos", precisó Iakovlev, quien precisó que aunque muchos documentos relacionados con el diplomático fueron destruidos, otros aún se conservan en la Lubianka.
"Wallenberg fue una víctima de la represión estalinista y va a ser rehabilitado como una víctima de la represión política", añadió el ex allegado de Gorbachov.
Suecia, cautelosa
El Ministerio de Relaciones Exteriores sueco, en tanto, mantuvo la cautela tras conocer las revelaciones de Moscú.
"Esta es una de las numerosas versiones (sobre la muerte de Wallenberg) que salieron a la luz en el curso del año -declaró Svante Haadell, funcionario del organismo-. No tenemos pruebas irrefutables para ninguna de ellas, de modo que no le dimos crédito a ninguna."
"Nos parecen afirmaciones muy dudosas", confió por su parte Hans Magnusson, que desde 1997 trabaja en la comisión ruso-sueca que investiga el destino de Wallenberg.
La familia de Wallenberg tampoco ocultó su escepticismo respecto de las recientes revelaciones rusas.
"Son sólo las afirmaciones, no hemos visto ninguna prueba convincente", declaró ayer a la prensa Nina Lagergren, de 79 años, hija de Wallenberg."Los rusos siempre mintieron, desde el principio. Si dicen que está muerto, deben probarlo. Queremos ver un certificado de defunción", añadió.
El cadáver del diplomático sueco nunca fue hallado. Las autoridades soviéticas siempre afirmaron que había sido incinerado. En 1989,incluso Gorbachov mostró a la familia de Wallenberg un certificado de defunción que confirmaba esas afirmaciones. Redactado por un médico soviético, en 1947, el documento fue declarado auténtico por expertos suecos.
Ahora se abrirá un nuevo debate sobre el final del héroe sueco.
Homenaje
- Además de las dos estatuas emplazadas en esta ciudad en memoria del héroe sueco -una está frente a la embajada de Suecia, en la calle Tacuarí 147 de la capital; la otra en Figueroa Alcorta y Austria-, Bahía Blanca inauguró hace un año su propio centro Raoul Wallenberg.
"Quisimos crear un espacio permanente para el recuerdo del Holocausto y alertar sobre el peligro de nuevas formas de discriminación, no sólo contra la comunidad judía", explicó su fundador, Raúl Woscoff.