Roma, al borde del colapso por la basura, los jabalíes y las ratas, define su nuevo alcalde
Este domingo y lunes también se renovarán autoridades comunales en otras ciudades importantes de Italia, como Milán, Nápoles y Boloña, un test clave para las principales fuerzas políticas
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ROMA.- Montañas de basura, ratas, familias de jabalíes deambulando alegremente entre volquetes rebosantes de residuos, gaviotas enloquecidas que recuerdan películas de terror de Hitchcock, ómnibus que de repente se incendian como si fueran fósforos y noches de movida salvaje.
Con estas imágenes de pesadilla, que dan cuenta del estado cada vez más decadente de la capital del país, este domingo y lunes habrá elecciones para elegir nuevo alcalde de Roma, en comicios que incluirán otras ciudades importantes del país, como Milán, Turín, Nápoles y Boloña.
La apatía y campañas electorales flojas, que no entusiasmaron a nadie, marcan el clima de esta cita electoral que involucrará a cerca de 12 millones de italianos que deberán renovar autoridades de más de 1100 comunas.
En muchos casos y al menos seguramente en localidades importantes como Roma, ya se sabe que la definición del nuevo alcalde será en un ballottage que se celebraré el 17 y 18 de octubre. Aunque busca su reelección, la “grillina” Virginia Raggi, del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que en junio de 2016 logró convertirse en la primera mujer que conquistaba la alcaldía de Roma, tiene escasas chances.
Aunque había prometido limpieza, mejores transportes y decoro para una ciudad considerada una de las más lindas del mundo, Raggi decepcionó. Las imágenes que han circulado recientemente de familias de jabalíes recorriendo tranquilamente diversos barrios de una ciudad atestada de volquetes rebosantes de basura y, con el fin de las restricciones, de nuevo víctima de caos de tránsito, embotellamientos y movida salvaje nocturna en sus principales plazas, certificaron su fracaso.
En una elección récord, en el que saltan a la vista 22 candidatos a alcalde, 39 listas y 1800 aspirantes a concejales, los sondeos indican que en este primer turno electoral habrá un cabeza a cabeza entre el insulso y desconocido candidato de la centroderecha, Enrico Michetti, de Hermanos de Italia (el partido de Giorgia Meloni) y Roberto Gualtieri, exministro de Economía del último gobierno de Giuseppe Conte, candidato del Partido Democrático (PD), de centroizquierda.
Aunque nadie se juega tampoco por esto porque es muy incierto cuántos votos podrá arrebatarles a ambas formaciones Carlo Calenda, exparlamentario europeo del PD, exministro de Desarrollo Económico en tiempos de Entico Letta y Matteo Renzi, que se presenta al frente de una lista independiente que se llama Acción Cívica y que también podría dar una sorpresa.
Fiel reflejo de la indiferencia que reinó de cara a estos comicios, muchos romanos se enteraron solo en estos últimos días de que había elecciones este fin de semana. “Caí en la cuenta de que hay comicios cuando mi hija me dijo que no va a tener clases este lunes porque en su escuela se vota”, confesó a LA NACION Verónica Lamberti, romana de 45 años que trabaja en una compañía de seguros. “¿Qué voy a votar? Todavía no lo pensé, me da igual, es todo lo mismo y ya no le creo a nadie... Roma es ingobernable desde sus albores y lo seguirá siendo”, aseguró Verónica, ostentando ese típico escepticismo de los romanos.
En la capital financiera de Italia, es decir, Milán, donde se espera que el actual alcalde de centroizquierda, Beppe Sala, sea reelecto sin dificultades e, incluso, sin necesidad de ballottage, ya que le ganará al candidato de la centroderecha, el desconocido pediatra Luca Bernardo, también reinaba un clima de indiferencia. “Casi no hubo campaña electoral, nada de debates, nada de militancia o fervor por la política... Me parece que lo más significativo de estos comicios es que tanto aquí en Milán, como en Roma, las dos ciudades más importantes del país, la centroderecha no ha podido presentar candidatos a la altura de las circunstancias”, dijo a LA NACION Pietro Castillo, estudiante de último año de la facultad de Ciencias Políticas de Milán.
Si bien la mayoría de los líderes de las diversas fuerzas políticas intentan relativizar la importancia de estos comicios, al tratarse de municipales y parciales, la verdad es que significarán para todos un test político más que importante. Aunque por supuesto no tendrá repercusiones sobre el actual gobierno de unidad nacional que encabeza Mario Draghi, que cuenta con el respaldo de casi todos, salvo del partido de derecha de Giorgia Meloni, Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), el resultado servirá para medir cuánto consenso cosecha cada agrupación. Y cuál es el panorama en vista de citas importantes como la elección de un nuevo jefe de Estado (elección que debe realizar el Parlamento), ya que en febrero vence el mandato de siete años de Sergio Mattarella, así como las elecciones nacionales de 2023.
En este marco, la gran pregunta es si la coalición de derecha formada por la Liga de Matteo Salvini, Hermanos de Italia de Meloni y el cada vez más deslucido Forza Italia de Silvio Berlusconi -que cumplió hace unos días 85 años-, es más fuerte que la pseudo-alianza entre el PD liderado por el ex premier, Enrico Letta y el cada vez más en crisis M5E, encabezado ahora por el expremier Giuseppe Conte.
Otra gran pregunta es cuánto pesarán en el resultado de estas elecciones municipales escándalos salidos a la luz esta semana que golpearon fuerte a la derecha tanto de Salvini, líder populista y soberanista que perdió popularidad al sostener el gobierno europeísta de Draghi, como a la de Giorgia Meloni, estrella hasta ahora en ascenso por representar al único partido de la oposición. Salvini y Meloni en verdad son rivales que aspiran a sentarse en el sillón de Palazzo Chigi, sede del gobierno.
Por un lado, Luca Merisi, “gurú” de la maquinaria de comunicación convirtió a Salvini en uno de los políticos más agresivos de las redes sociales, debió renunciar a su puesto tras verse involucrado en una investigación judicial por tráfico de droga. Droga pesada que fue hallada luego de un festín en su casa al que participaron dos modelos rumanos contratados a través de un sitio online para citas homosexuales, que llamaron a la policía porque Merisi no quería pagarles la suma acordada.
Por otro lado, justo en vísperas de este voto Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni, también está en el ojo de la tormenta por otra investigación por presuntos financiamientos ilegales, saludos fascistas y frases neonazis y antisemitas de algunos de sus integrantes. Tanto es así que Carlo Fidanza, jefe de este partido en el Parlamento europeo, se vio obligado a auto suspenderse del cargo.
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