Rohani, el clérigo moderado que tendió la mano al reformismo
TEHERÁN- Nadie se engaña en Irán. Hassan Rohani no es un reformista. Tampoco pretende serlo. Pero su discurso de moderación lo distanció del resto de los candidatos a la presidencia y logró si no seducir al menos tranquilizar a esa amplia mayoría de iraníes que desean más libertades sociales, pluralismo político y el fin del aislamiento internacional de la República Islámica.
Este clérigo de nivel medio (ostenta rango de hoyatoleslam, un grado por debajo de ayatollah) tiene una larga carrera política, que comenzó como diputado en 1980. Llegó a ser vicepresidente del Parlamento y en 1989, con la llegada a la presidencia de Rafsanjani, fue nombrado secretario general del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), el foro donde se debate la política nuclear y de defensa.
El presidente Khatami lo mantuvo como secretario general del CSN, y en calidad de tal se convirtió en el primer jefe negociador nuclear en 2003, al año siguiente de que se descubriera el programa atómico secreto de Irán.
Bajo su dirección de las conversaciones nucleares con Gran Bretaña, Francia y Alemania, Teherán aceptó una suspensión voluntaria del enriquecimiento de uranio que se prolongó hasta la llegada a la presidencia de Ahmadinejad, en 2005.
Durante los debates televisados previos a las elecciones, los ultraconservadores lo acusaron de haber sido blando en aquellas negociaciones y de no haber conseguido nada. Se defendió con firmeza asegurando que evitó un ataque de Estados Unidos y que, en contra de lo que dicen sus detractores, Irán avanzó en su programa nuclear mientras él estaba al frente de ese dossier.
Rohani tampoco se mordió la lengua a la hora de criticar la política exterior de su predecesor. "Este gobierno se ha burlado de las sanciones (?) cuando podría haberlas evitado, o al menos aminorado sus efectos", afirmó durante la campaña. Fue el candidato que más abiertamente relacionó la catastrófica situación económica del país con el aislamiento internacional al que condujo su intransigencia nuclear, frente a lo cual ha prometido "gobernar con prudencia".
Su estilo dialogante puede ayudar a tender puentes entre los duros que rodean al líder supremo y que se oponen a cualquier arreglo con Occidente y los reformistas, partidarios de mostrar más flexibilidad tanto en las regulaciones sociales como en las relaciones con el resto del mundo, pero que fueron marginados del poder tras denunciar los resultados electorales de 2009.
Rohani tiene asimismo impecables credenciales revolucionarias. Estuvo activo en la oposición que derribó al shah en 1979. También participó en la guerra contra Irak (1980-1988), donde fue jefe de la defensa aérea. Su amistad con Rafsanjani data de aquella época. En la actualidad, es miembro de la Asamblea de Expertos y del Consejo de Discernimiento, dos destacadas cámaras consultivas en la enrevesada estructura de poder iraní. Además, sigue sentándose en el CSN y es miembro de la Asociación del Clero Combatiente, que agrupa a los religiosos conservadores.
Originario de Sorkhey, en la provincia de Semnan, se doctoró en Derecho por la Universidad de Glasgow. Está casado y tiene cuatro hijos.
© El País, SL
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