Revuelo por el libro de una amante argentina de Strauss-Kahn
La autora mantuvo una relación con el ex jefe del FMI después de su escándalo
PARÍS.- Una jurista argentina de 49 años, Marcela Iacub, monopoliza desde hace 24 horas toda la atención de la clase política francesa con las asombrosas revelaciones que formula sobre Dominique Strauss-Kahn en su libro Belle et Bête ( Bella y Bestia ).
A juzgar por los extractos y la entrevista exclusiva que la autora concedió ayer al semanario Le Nouvel Observateur, el libro -que aún no salió a la venta- se anuncia como el más escandaloso de todos los que se han escrito sobre el ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Jurista de formación, escritora y columnista en el diario francés Libération, Iacub relata la relación amorosa que mantuvo con DSK (como se lo conoce en Francia) durante siete meses, de enero a agosto de 2012, cuando ya había estallado el escándalo que arruinó su carrera como economista y político.
"Una relación motivada probablemente por tres razones: porque quería escribir un libro sobre él; porque soy una santa y quería salvarlo, o porque antes de conocerlo estaba deprimida y pensé que a través de esa relación podría por fin destruirme", explica en la entrevista.
En esas páginas la autora describe a un hombre tironeado por su naturaleza "de hombre y de cerdo". Para Iacub, todo lo que Strauss-Kahn tiene de creativo, de artístico y de bello pertenece a su mitad de cerdo. El hombre, por el contrario, "es monstruoso", afirma.
"El cerdo es el presente, el placer, la vida que quiere imponerse sin moral, que se apodera sin consecuencias", explicó a Le Nouvel Observateur.
En el libro, escrito como una carta dirigida a su amante, aunque nunca lo menciona, escribe: "Eras viejo, gordo, pequeño y feo. Eras machista y vulgar, sin ninguna cultura. Te comportabas como un cerdo, ya no eras la víctima de la sociedad, sino mi verdugo".
Al hablar del apetito de Strauss-Kahn por las mujeres, Iacub precisa que la lista de sus amantes, "de tus putas sucesivas y simultáneas, mostraba otro aspecto emocionante de tu vida de cerdo". Todas esas mujeres eran feas y vulgares, "como si buscarlas lindas fuera una forma de ser más hombre que cerdo".
Iacub inició su relación con DSK cuando éste la llamó para agradecerle un libro anterior, Una sociedad de violadores , escrito en su defensa en el peor momento del escándalo que lo tuvo como protagonista, acusado de haber violado a una mucama del hotel Sofitel de Nueva York.
La escritora afirma que DSK no es un violador, ni siquiera es perverso. "Su problema es el egoísmo, su pobreza espiritual y su ausencia de sensibilidad, que lo vuelven idiota. Está convencido de que los otros son estúpidos, se siente mucho más inteligente que los demás y termina por cometer errores grotescos", afirma. Para Iacub, Strauss-Kahn "está condenado a fracasar en todo por culpa de esa ceguera y ese menosprecio".
Para salvarse -escribe en Belle et Bête -, el cerdo tendría que dar un golpe de Estado: "Te encerrarías para escribir y transformarías tu esperma en tinta. Entonces serías realmente feliz", anota.
Marcela Iacub reserva, sin embargo, las palabras más duras para Anne Sinclair, la periodista y millonaria esposa de DSK, que lo dejó en el verano del año pasado.
"Poca gente sabía que tu mujer te transformó en su caniche. Que no podías dejarla porque ella te procuraba tanto lujo que te resultaba imposible renunciar", escribe. "Ella hacía como que no se daba cuenta. Pero, mientras más te poseía, más te sometía a esa terrible prostitución", agrega.
Para la autora, Sinclair soñaba con un marido presidente. "Cuando te conoció, se dijo: «Éste es mi caballo»", escribe, evocando la época en que el socialista Strauss-Kahn era el candidato preferido de los franceses para las elecciones de 2012.
Iacub recuerda que durante una entrevista Sinclair le dijo: "No hay nada de malo en hacerse hacer una felación por una mucama".
"Para Sinclair, el mundo está dividido en patrones y servidores", afirma.
Hace más de diez años que esta abogada argentina, directora de investigación en el prestigioso Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), defiende un pensamiento feminista.
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