Revuelo en Italia por la exigencia de una docente a una alumna en una clase a distancia
Una chica de 15 años de un secundario de Verona fue obligada por su profesora de alemán a taparse para evitar que hiciera trampa en un examen
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ROMA.- En tiempos de coronavirus, en los que todos los días se cuentan nuevos casos, muertos –ya más de 114.00– y vacunaciones, otra cara de la pandemia, la más que cuestionada y odiada “didáctica a distancia” (“dad”), a la que debieron adaptarse sobre todo los secundarios, volvió a dar que hablar en Italia.
Durante una clase en remoto, una chica de 15 años de un secundario de Verona fue obligada por su profesora de alemán a vendarse los ojos. La docente no podía creer que la joven supiera tanto, que fuera tan brillante en su exposición: “agarre una bufanda y véndese”, le pidió entonces, sospechosa, durante un examen. La mujer estaba evidentemente harta, después de un año de “dad”, de que los alumnos se aprovechen para utilizar trucos varios, como post-it o machetes pegados en los bordes de la computadora, en la pared, u otras estratagemas.
A la chica no le quedó otra que aceptar y vendarse. Mientras tanto, sus compañeros, testigos de la increíble escena, inmortalizaron con una captura de pantalla la imagen, que enseguida difundieron en las redes sociales, e incluso en las chats de padres, creando indignación.
“Me sentí humillada, me acusaron de querer engañar”, lamentó la protagonista del episodio, que ocurrió el jueves pasado y que al parecer ya había sucedido en octubre pasado en un secundario de Scafati, localidad cercana a Salerno, en el sur, con un profesor de latín y griego que también adoptó el método de la venda, según recordó el diario La Repubblica.
La diferencia es que esta vez los estudiantes reaccionaron, denunciaron el hecho ante las autoridades escolares y reclamaron medidas, al considerar el pedido de la profesora de vendarse “represivo y violento”.
“Desde ya, es un momento difícil, no entendemos cómo se pueda pensar en humillar de este modo a los chicos”, dijo Camilla Velotta, responsable local de la Red de Estudiantes, que agregó que lo peor es que no se trató de un caso aislado. De hecho, a partir del de Verona, empezaron a aflorar otras denuncias similares.
“Mi profesora me pidió que me diera vuelta, que le diera la espalda a la cámara de la computadora y expusiera el tema, para que no pudiera tener nada debajo de mi vista”, contó un estudiante.
“Nos pedían que nos acercáramos a la pantalla hasta casi tocar la webcam, para estar seguros de que no pudiéramos ver apuntes en la pantalla o en el monitor”, dijo otro alumno. Salieron a la luz incluso algunos profesores que, con tal de no ser engañados por la distancia, exigieron poner un espejo detrás, sostener la interrogación con los ojos cerrados, o de pie, lejos de la computadora y con las espadas contra la pared.
“Pareciera que un voto vale más que la dignidad y el aprendizaje”, protestó Velotta.
Como no podía ser de otra manera, el sistema del vendaje, al margen de una investigación interna en el instituto donde ocurrió, generó revuelo político. “La cultura de la sospecha no está entre los objetivos de la escuela. El gesto de la profesora me parece excesivo e inoportuno”, dijo Barbara Floridia, subsecretaria de Educación, del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que manifestó su solidaridad a la estudiante.
Más cauto fue el subsecretario de Educación de la derechista Liga de Matteo Salvini, Rossano Sasso: “Creo que se trata de un episodio aislado, que habrá que investigar. La didáctica a distancia ha representado una elección obligada en las fases más agudas de la pandemia, a la que la escuela debió adaptarse y es una paréntesis con respecto a las clases presenciales”.
Nicola Frantoianni, líder de Izquierda Italiana, puso el grito en el cielo, definió el gesto como “inaudito” y anunció una interrogación parlamentaria. También en pie de guerra la Unión de los Estudiantes: “estamos ante un episodio inaceptable”, dijo Luca Redolfi, que reclamó una carta de los derechos humanos de los estudiantes en “dad”, para que se eviten situaciones semejantes.
En una columna para el diario La Stampa la escritora y docente Viola Ardone, luego de admitir que es muy compleja la “dad” tanto para los chicos, como para los profesores, que son conscientes que durante las clases los alumnos chatean entre ellos con el celular, juegan y se distraen con miles de cosas, criticó con fuerza a la docente de alemán que saltó tristemente a la fama. “Esa alumna con los ojos vendados –escribió– es una imagen que choca con el sentido de nuestro trabajo de educadores, que es el de abrir los ojos, no cerrarlos”.
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