Revés para Venezuela en la disputa por una joya petrolera con el país que más crece en la región
Un fallo de la Corte Internacional de Justicia truncó la ambición chavista de tomar control del Esequibo, una zona rica en petróleo que administra la vecina Guyana
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CALI.– “¡El sol de Venezuela sale por el Esequibo!”, gritan los militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) cuando están en formación frente a las autoridades. Lo hacen con toda su alma, para dejar claro que, a pesar de todo, aman profundamente a su país. Un mantra nacionalista que durante el gobierno de Hugo Chávez perdió volumen por culpa de sus ambiciones estratégicas y cuyos ecos ahora se escuchan cada vez más enrarecidos.
El Esequibo es la zona en disputa con la vecina Guyana, encargada de administrar sus más de 150.000 kilómetros cuadrados, que representa el 70% de su territorio. Hace frontera con Brasil y se asoma al océano Atlántico. En la cima del legendario tepuy Roraima, considerado sagrado para los indios pemones, se proyecta la triple frontera: Venezuela cuenta con el 85% de esa cima; Guyana, con el 10%, y Brasil, con el 5%.
Las diferencias entre los vecinos en disputa saltan hoy a la vista: Venezuela sufre desde hace una década la mayor hecatombe socioeconómica de la región, que forzó la huida de más de siete millones de sus ciudadanos y disparó los niveles de pobreza por encima del 70%. La pequeña Guyana, con poco más de 800.000 habitantes y gracias al “milagro” del Esequibo, es el país que más crece del mundo cuando hasta hace muy poco se trataba del segundo más pobre de la región.
Desde el jueves pasado, el gobierno chavista sabe que el reclamo territorial histórico del país está más complicado, tras fallar los jueces de la Corte Internacional de Justicia (14 a favor, uno en contra) sobre una presentación de Caracas donde objetaba que el tribunal tuviera jurisdicción. Ahora avanzará sobre el fondo del asunto.
“Guyana confía en que la Corte confirmará su límite internacional de larga data con Venezuela”, celebró en una declaración el presidente guyanés, Irfaan Ali. “Guyana siempre ha estado completamente comprometida con la solución pacífica de la disputa con su vecina y hermana república de acuerdo con la ley internacional”, agregó.
La sentencia reafirmó al menos por ahora los derechos de Guyana sobre un Esequibo que los venezolanos consideran tan suyo como la isla Margarita o el Salto del Ángel.
De hecho, en sus mapas aparecen dos versiones distintas: en la primera, el territorio en disputa forma parte del territorio nacional como cualquiera de sus 23 estados; en la segunda, lo hace rayado como zona en reclamación. Caracas se dice “heredera histórico indiscutible” de un territorio colonizado por los ingleses, como parte de la Guyana, repartida también en su día entre holandeses y franceses.
El canciller de Guyana, Robert Persaud, les solicitó formalmente a Facebook y Twitter que retiraran todos los mapas de Venezuela con ese pedazo de Guyana adosado. El canciller se reunió con funcionarios de Facebook, en octubre, por lo que calificó como “una campaña de desinformación”.
Los mapas, les dijo Persaud a los gigantes de las redes sociales, “pueden dañar de manera permanente las relaciones entre los Estados, incitar a la violencia contra el territorio y el pueblo de Guyana, y descarrilar el proceso de atribución en curso”.
En la antigua disputa por este territorio, Guyana defiende un límite establecido en 1899 por una corte de arbitraje en París, mientras Venezuela reivindica el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966 con Gran Bretaña antes de la independencia guyanesa, que establecía bases para una solución negociada y desconocía el tratado anterior.
De poco sirvió el giro radical emprendido por el chavismo desde que en la década pasada la petrolera estadounidense Exxon Mobil descubrió gigantescos yacimientos de petróleo en altamar.
“La verdad nos acompaña, el Esequibo es Venezuela. Seguiremos la lucha incansable y firme por defender la territorialidad de nuestra digna nación. ¡La verdad nos acompaña”, clamó el presidente Nicolás Maduro tras conocer la decisión.
Paradojas
La gran paradoja es que Maduro, cuando ejercía como canciller de Chávez, defendía todo lo contrario. “Aquí se estuvo preparando una guerra contra Guyana, nos estaban condicionando para ir con paracaídas y con tanques para el Esequibo. Era Estados Unidos y su política imperial tratando de derrocar al gobierno de izquierda de Forbes Burnham. Nosotros estamos manejando ese tema con responsabilidad, en función del interés nacional y de la política de integración de América Latina y del Caribe”, sermoneó alguna vez el “comandante supremo” con Maduro a su lado.
Maduro emprendió viaje de inmediato a Georgetown, la capital de Guyana, para calmar a sus vecinos y dejarles claro que lo del Esequibo no era primordial para Chávez, tal como mantuvo el líder bolivariano desde principios de siglo a quien quisiera escucharlo.
El primero que lo convenció fue Fidel Castro, aliado histórico de Guyana, vital durante la guerra de Angola. Después llegaron los sueños hegemónicos chavistas, la estrategia de contar con los votos de los pequeños países caribeños en las instancias internacionales. El Esequibo no le importaba todavía al “socialismo del siglo XXI” porque ExxonMobil no había descubierto bajo las aguas del Océano Atlántico una gigantesca bolsa de oro negro de 5500 millones de barriles.
El resultado no lo cuentan los libros de historia, sino los diarios. El PBI de Guyana creció un 62% en 2022 y se espera que hasta el final de la década mantendrá un incremento del 25% por año. En 2027 alcanzará un millón de barriles diarios, cuando Venezuela en la actualidad se mueve con dificultad en torno a los 700.000.
ExxonMobil, acompañada de otras empresas extranjeras, comanda el consorcio internacional establecido en Guyana, que acaba de firmar una expansión con emporios de Gran Bretaña, Canadá, la India, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.
Las evidencias confirman que el sol del Esequibo no ilumina a la empobrecida Venezuela, a pesar de los himnos militares y que buena parte del país se lo achaca al chavismo. Pero en otro de sus malabarismos políticos, Maduro convocará una consulta nacional para intentar aprovecharse del sentimiento nacionalista. En Venezuela, el apoyo a la recuperación del Esequibo es casi unánime.
De momento, la opositora Plataforma Unitaria invitó a todo el país a “unirse en esta causa”.
“Pase lo que pase, el país y la historia juzgarán a Chávez y Maduro, culpables del riesgo de perder el Esequibo”, adelantó la opositora María Corina Machado, candidata a las primarias de octubre.
La cercanía de las elecciones presidenciales y la situación geopolítica condiciona los movimientos de Maduro, lo que mantiene alerta a la sociedad civil.
La ONG Control Ciudadano para las Fuerzas Armadas advirtió sobre el comunicado hecho público por el gobierno, en el que asegura que “adoptará todas las medidas a su disposición para la defensa de sus legítimos derechos e integridad territorial”. Su presidenta, Rocío San Miguel, se cuestiona si eso incluye el uso de la fuerza.
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