Revelan quién fue “Garganta Profunda”
WASHINGTON.– El secreto duró más de 30 años, hasta convertirse en uno de los mayores enigmas contemporáneos: ¿quién había sido “Garganta Profunda”, aquel legendario informante periodístico que ayudó a acorralar a Richard Nixon, el único presidente de los Estados Unidos que renunció a su cargo acosado por las denuncias del diario The Washington Post y el escándalo llamado Watergate?
El misterio se develó ayer. Un ex espía jubilado y bajito decidió encarnar la leyenda a los 91 años y reconoció que él había sido aquella fuente secreta y temida. Se llama Mark Felt y era el número 2 de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) durante lapresidencia de Nixon. "Soy aquel al que llamaban «Garganta Profunda»", dijo Felt a John O´Connor, autor del artículo que la revista Vanity Fair adelantó ayer, antes de que la publicación oficial llegue a los quioscos en dos semanas más.
Viejo, con una salud deteriorada y con cierta amargura por el protagonismo que ganaron -a su costa, según él- los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, el ex agente del FBI dice sin embargo que haber contribuido a la caída de Nixon no lo enorgullecía. Lo consideraba "una deshonra" para su familia.
The Washington Post, Woodward -que aún trabaja para el diario- y Bernstein confirmaron su confesión, con la que había perdido sustento la promesa que habían hecho de callar el nombre del informante hasta que muriera.
"Mark Felt era «Garganta Profunda» y nos ayudó inmensamente en nuestra cobertura de Watergate", confirmaron ayer Woodward y Bernstein. "Sin embargo, como lo muestran otros documentos, muchas otras fuentes y funcionarios nos ayudaron a nosotros y a otros periodistas para los cientos de notas que fueron escritas en The Washington Post sobre Watergate", agregaron.
El aporte de Bradlee
Hace sólo 10 días, el entonces director del Post, Ben Bradlee, sólo confirmó a LA NACION que la fuente era un hombre, que estaba vivo y que, en realidad, se exageraba su relevancia. "«Garganta Profunda» fue invalorable, pero fue mucho menos específico de lo que la gente piensa", comentó (ver aparte).
Nixon debió abandonar la Casa Blanca el 9 de agosto de 1974, tras perder a sus últimos aliados en el Partido Republicano y comprobar que se encaminaba a un juicio político y a un proceso penal por el que ya habían pasado y sido condenados a prisión sus más estrechos colaboradores.
Su debacle había comenzado dos años antes de esa fecha, el 17 de junio de 1972, cuando una banda de ladrones y ex agentes de la CIA fueron detenidos mientras intentaban colocar micrófonos en la sede del Comité Nacional Demócrata, en el desde entonces célebre complejo Watergate, de esta capital.
Los medios de comunicación, liderados por los entonces novatos reporteros Woodward y Bernstein, del The Washington Post, empezaron a destapar una gran red de espionaje, extorsión y malversación de fondos que con el correr de los meses se descubrió que tenía sus raíces en la Casa Blanca.
El caso Watergate también marcó un antes y un después para el periodismo mundial -que se asumió a sí mismo como "el cuarto poder", el perro guardián de la ley-, y para la clase política en general, que tomó a los periodistas como adversarios.
Los sospechosos de siempre
Felt no es la primera persona que afirma ser "Garganta Profunda" o dice saber quién era, aunque sí es la primera vez en que lo admite uno de los "sospechosos".
El informante, contó Bradlee a LA NACION, "no daba información específica". "Les decía (a Woodward y a Bernstein) si iban por la senda correcta o les decía «rastreen el dinero, porque tengo entendido que viene del comité republicano». Nos empujaba en la dirección correcta", dijo.
Felt figuraba en la lista de más de 20 sospechosos de haber filtrado detalles confidenciales del espionaje telefónico que los republicanos hicieron de los demócratas, lista que había armado un grupo de historiadores y periodistas a lo largo de las últimas tres décadas.
Junto al ex jefe subalterno del FBI figuraban el entonces secretario de Estado, Alexander Haig; el ayudante del fiscal general, Henry Peterson; el viceconsejero de la Casa Blanca, Fred Fielding, y hasta la periodista de ABC Diane Sawyer, quien trabajaba en la oficina de prensa de la Casa Blanca.
Deshonra familiar
Felt había sido consultado antes sobre el caso Watergate -y el propio Woodward alimentó las sospechas generales cuando visitó al ex agente en su casa de California, en agosto de 1999-, pero el "sospechoso" siempre negó tener algún tipo de relación directa o indirecta con el escándalo.
Ahora, la familia de Felt afirma que su nueva declaración es la verdadera, ya que según su nieto Nick Jones, su abuelo rechazaba la publicidad que vendría con su confesión "porque creía que era una deshonra para la familia".
"No pienso que haya sido algo de que estar orgulloso", comentó Felt a su hijo, también llamado Mark, en 2002, cuando se lo confesó bajo juramento de mantenerlo en secreto. "Uno no debería filtrar información a nadie", le explicó.
Pero su familia cree que en realidad es "un gran héroe de Estados Unidos, que fue más allá de su deber con un alto riesgo para sí mismo para salvar al país de una injusticia horrible", según afirmó Jones al leer la posición familiar.
Los únicos tres periodistas que podían identificar a "Garganta Profunda" -Woodward, Bernstein y Bradlee- callaban desde 1974 y sólo hace dos años aceptaron desclasificar parte de las notas que tomaron durante su investigación y entregarlas a la Universidad de Texas.
Woodward y Bernstein ganaron luego un premio Pulitzer -el galardón más importante del periodismo mundial-, escribieron "Todos los hombres del Presidente", que luego se llevó al cine, y se convirtieron casi en celebridades en Estados Unidos y en el ambiente periodístico mundial.