Reuniones secretas, días de debate y un fugitivo, la trastienda del escándalo
La directora de The Guardian reveló cómo el diario logró y difundió la exclusiva sobre el cibermonitoreo
ATLANTA.- Hubo dos días de debates en una pequeña redacción de Nueva York en la que abogados y periodistas compartían el mismo espacio, encuentros en Hong Kong sin teléfonos y con "salas de reuniones desechables", y un hombre joven consciente de su destino como fugitivo mundial.
Son algunos de los detalles de cómo se construyó la noticia del año, el espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA, en sus siglas en inglés).
Parte de la historia interna de la fabulosa exclusiva periodística fue compartida en Atlanta el sábado pasado por la directora de The Guardian US , Janine Gibson, en un encuentro de periodistas.
Desde principios de junio, The Guardian publicó una serie de artículos basados en documentos que entregó el ex analista de la agencia Edward Snowden, papeles que acreditan que el organismo espió millones de correos electrónicos y llamadas telefónicas, así como reuniones secretas de gobiernos aliados, con la excusa de la lucha antiterrorista.
Todo empezó con una llamada del reputado columnista Glenn Greenwald.
El abogado y escritor anunció a Gibson: "Tengo una historia". A partir de ahí, y convertido en reportero, Greenwald viajó a Washington y a Hong Kong, donde se encontró con Snowden. "Este tipo de informaciones es cara. Hay que enviar a la gente en la que confías a los sitios -afirmó Gibson-, nada de mails ni comunicaciones por Skype." Funcionó el clásico cara a cara. No se utilizaron teléfonos, y las conversaciones de Hong Kong tuvieron lugar en "salas desechables", una expresión de Gibson que provocó perplejidad en más de un asistente. El encuentro llevaba precisamente por título El periodismo en la era de la vigilancia .
Gibson comentó en el debate que la decisión de publicar las informaciones se tomó tras dos días de deliberaciones en "una sala grande de una pequeña redacción con muchos abogados". Se refería al brazo estadounidense de The Guardian, que consiguió adelantarse con esta exclusiva a medios norteamericanos más poderosos.
"La cuestión era verificar los contenidos, asegurarse de que la fuente fuese confiable y las informaciones buenas y no preguntarse por qué se debían publicar. La pregunta correcta era por qué no deberían publicarse", dijo la directora.
Snowden le dio los papeles a Glenn Greenwald en Hong Kong. "Temí dos veces por su vida -dijo Gibson- cuando volvió de su viaje, le pregunté: «¿Pudiste dormir?»".
La directora se sorprendió de lo joven que era Snowden, quien, por su parte, "sabía que su identidad sería revelada y era perfectamente consciente de cuál sería su destino". Snowden, de 30 años, está refugiado en un lugar secreto de Rusia tras huir de Hong Kong.
Antes de publicar la exclusiva, los periodistas trabajaron en una sala sin teléfonos ni computadoras y en otra con dispositivos digitales. "La idea era lanzar una serie de informaciones antes de revelar la identidad de Snowden. Él quería controlar eso", relató Gibson. La primera entrega revelaba que Verizon, uno de los principales operadores telefónicos de Estados Unidos, facilita diariamente los detalles de millones de llamadas de teléfono de forma indiscriminada a la NSA.
Tres horas después de publicar la exclusiva, el equipo se puso a trabajar en la siguiente información.
© El País, SL
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