Restricciones, colas y caída de reservas: una inusual huida al dólar inquieta a Bolivia
Desde hace dos semanas miles de ahorristas hacen filas en los bancos para comprar dólares, un fenómeno totalmente infrecuente en un país con una moneda estable desde hace 12 años
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Las corridas al dólar no son una situación que llame la atención en la Argentina. Pero es totalmente inusual en Bolivia, un país que desde noviembre de 2011 tiene un dólar estable en 6,86/6,96 pesos bolivianos para la compra y la venta, respectivamente. Además, el actual presidente Luis Arce -un economista de larga trayectoria en el Banco Central- es considerado un buen administrador y artífice del llamado “milagro económico” que llevó al país a un sostenido crecimiento durante el gobierno de Evo Morales (2006-2019).
¿Qué sucedió entonces para que desde mediados de febrero en Bolivia se produjeran largas filas y protestas en las puertas de los bancos?
Desde hace dos semanas, en la sede del Banco Central en el centro de La Paz muchas personas hacen cola y duermen en la calle para poder ser las primeras en ser atendidas y comprar dólares, ya que las entidades bancarias privadas donde tienen sus ahorros no disponen de suficiente cantidad del billete norteamericano como para entregar a todos los ahorristas. La mayoría cuenta que tiene que viajar a otros países donde no les sirve la moneda boliviana.
Algunos son comerciantes que necesitan comprar productos en el exterior. Otros tienen que devolver deudas en dólares, y finalmente hay varios “asustados” por la crisis que quieren cambiar sus pesos bolivianos por una moneda más segura.
La corrida llama además la atención en un país donde el 86% de los depósitos bancarios son en pesos bolivianos, así como el 99% de los créditos y casi todas las operaciones comerciales, incluso la compra y venta de autos y viviendas, puede hacerse en moneda local. ¿Por qué se desencadena entonces el furor por el dólar?
El consultor financiero Jaime Dunn señaló a LA NACION tres factores desencadenantes: la caída de las reservas internacionales, que en 2014 llegaban a 15.000 millones de dólares y en el último reporte del 8 de febrero alcanzaron a apenas 3500 millones; un elevado déficit fiscal, de 7% del PBI, y la merma del sector de hidrocarburos, la gallina de los huevos de oro que impulsó en tiempos de Morales el “milagro económico”.
Como consecuencia, la semana pasada Fitch Ratings bajó la calificación crediticia de Bolivia de “B” a “B-” y revisó su perspectiva de “estable” a “negativa”, aunque otra calificadora de riesgo, Standard & Poor’s (S&P), decidió mantener la calificación en “B”.
“Al gastar más de lo que entra, el país se empezó a endeudar y a consumir las reservas. El riesgo país saltó de 564 puntos a comienzos de año a más de 1000 puntos [una barrera psicológica que se quebró por primera vez]. Muchos bolivianos comenzaron a informarse de esta situación y hubo temor por el futuro de la moneda boliviana”, explicó Dunn.
¿Pero qué sucedió para que la crisis estallara ahora? Las analistas hicieron hincapié en algunos datos. El Banco Central emitía normalmente un reporte semanal sobre sus reservas, pero el último informe fue del 8 de febrero. Desde hace más de un mes no hay ninguna versión oficial de cómo están las reservas.
Al mismo tiempo, hace dos semanas el Banco Central volvió a dar otra señal de que necesitaba dólares cuando anunció que en lugar de la histórica cotización de 6,86 bolivianos para la compra de cada dólar, les pagaría a los exportadores 6,95 bolivianos, apenas nueve centavos más, pero una cifra importante para los montos de los grandes exportadores.
Sin embargo, Dunn explicó que el Banco Central logró captar apenas 12 millones de dólares de los exportadores.
La desesperación del gobierno por hacerse de dólares generó entonces la estampida de miles de ciudadanos hacia la moneda norteamericana. “La gente corrió a buscar sus dólares y los bancos se quedaron sin posibilidad de atender la demanda. Entonces el propio Banco Central salió a vender a la gente. Yo me pregunto, ¿si el Banco Central tiene dólares, por qué no se los da directamente a los bancos para que se los den a sus ahorristas?”, dijo Dunn.
Fallas políticas
El analista económico Alberto Bonadona señaló además “fallas estratégicas y comunicacionales” del presidente Arce detrás de la corrida.
“Resulta irónico que la misma persona que en su momento manejó una economía que era abundante en dólares, enfrente ahora este agotamiento de reservas y no haya sabido tomar las medidas oportunas en el campo de la producción. Además, no parece la mejor decisión que toda la comunicación con la población haya quedado en manos del equipo económico y el presidente no haya abierto la boca sobre el tema. Si él hubiera hablado, habría frenado la histeria colectiva”, aseguró Bonadona.
Cuando suben los intereses la gente humilde ya no se presta del banco y ya no accede al crédito. Recomendamos, pensando en nuestro pueblo, que el Banco de Desarrollo Productivo baje las tasas de interés anual de 11 a 6% por lo menos hasta que la economía del pueblo se recupere
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) February 12, 2023
El experto también señaló entre las causas de la crisis las disputas internas dentro del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), entre quienes apoyan a Morales y a Arce. “En la Asamblea Plurinacional, los que apoyan a Evo están trabando varios proyectos que podrían haber evitado esta crisis. Creo que las diferencias se van a profundizar y finalmente se dividirán las bancadas”, dijo Bonadona.
Sin embargo, desde el gobierno y expertos más cercanos a la visión del MAS relativizaron la gravedad de la crisis.
“Yo creo que los causantes de la estampida fueron los rumores”, dijo a LA NACION el analista económico Martín Moreira. “En estas dos semanas el Banco Central y el Banco Unión, también estatal, realizaron un total 2008 operaciones en las que vendieron 24 millones de dólares. O sea que fueron solo 2008 personas las que fueron a comprar dólares. ¿A eso lo llamamos una crisis?”, se preguntó.
Moreira también destacó la importancia de algunas cifras macroeconómicas positivas. “En 2021 el PBI creció 6,1%, y el año pasado, 4,3%. Y aunque Fitch Ratings le bajó la calificación a Bolivia, S&P la mantuvo y explicó su decisión por las perspectivas favorables de muchas iniciativas que está tomando el gobierno. Quiere decir que no todos los expertos ven un problema grave detrás de la corrida al dólar”, explicó.
Los analistas coinciden que la estampida marca el final del proceso de caída del socialismo del siglo XXI que se financió con el auge de las materias primas, y el gobierno de Arce está aún a tiempo para corregir el rumbo... si es que Morales y sus aliados políticos del MAS deciden darle el apoyo que necesita.
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