Rescató a tres niños de los nazis en la Segunda Guerra Mundial y los reencuentra 70 años después
El veterano estadounidense tiene 97 años y se reunió con los tres hermanos en persona por primera vez desde la guerra
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El soldado Martin Adler guardó la foto en blanco y negro durante la mayor parte de su vida, sin saber los nombres de los niños que posaban junto a él, ni qué había sido de ellos tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
El viejo Adler solo tuvo una certeza que lo acompañó durante todo este tiempo: por un segundo no los había acribillado a balazos. Más de 70 años después, los cuatros protagonistas pudieron reencontrarse en Italia.
En la histórica imagen Martin está vestido con su uniforme de soldado estadounidense y posa junto con tres niños italianos que acababa de rescatar cuando los nazis se retiraron hacia el norte de Italia, en octubre de 1944.
Italia había sido invadida por el Tercer Reich y sus tropas perpetraban masacres como la de Marzabotto, al sur de Bolonia, cuando las Waffen-SS se ensañaron contra la población civil en represalia por las actividades de la resistencia partisana.
En ese contexto, Bruno, Mafalda y Giuliana Naldi, tres niños de entre 3 y 6 años, fueron escondidos en una enorme canasta de mimbre por su madre. Ella quería evitar que, frente a una segura irrupción de soldados alemanes en su casa, los niños pudieran ser descubiertos.
Pero en el pueblo de Monterenzio, un municipio de Emilia-Romana, los nazis ya se habían retirado y ahora quienes irrumpían casa por casa buscando enemigos eran los soldados estadounidenses.
Martin fue uno de ellos, y cuando entró en la casa y vio que algo raro pasaba dentro de la enorme canasta de mimbre, estuvo a punto de ametrallarla, pensando que detrás se ocultaba un soldado alemán.
Cuando puso el dedo en el gatillo y apuntó hacia la canasta, la madre salió desesperada y se paró justo en frente de su arma para evitar que disparara. “Ella puso su estómago contra mi fusil gritando, ‘¡Bambini! ¡Bambini! ¡Bambini! golpeándome el pecho”, recordó Adler.
“La verdadera heroína fue la madre, no yo. Puedes imaginarte parado frente a un arma y gritando ‘¡Niños! ¡No!’”, agregó.
Por primera vez desde el final de la guerra, este veterano de 97 años se reencontró con los tres hermanos. Bruno, Mafalda y Giuliana Naldi, quienes ahora son octogenarios, le estrecharon la mano a Martin en el aeropuerto de Bolonia, después de un día de viaje desde Boca Ratón, Florida, informó la agencia AP.
“Mira mi sonrisa”, dijo Adler sobre el encuentro, que fue posible gracias al alcance de las redes sociales y al escritor italiano Matteo Incerti, quien rastreó a los protagonistas de la foto y contó la historia en el libro “Il bambini del soldato Martin Adler”.
Adler todavía tiembla cuando recuerda que estuvo a solo unos segundos de abrir fuego contra la canasta donde se ocultaban los niños. Después de siete décadas, todavía sufre pesadillas por la guerra, dijo su hija, Rachelle Donley.
Los niños eran muy pequeños y casi no tienen recuerdos del episodio. Giuliana Naldi, la más joven, es la única de los tres hermanos que tiene alguna difusa imagen del hecho. Ella siempre cuenta que cuando salió de la canasta, Adler y otro soldado estadounidense se reían de felicidad. “Estaban felices de no haber disparado”, recuerda Naldi, ahora de 80 años.
Ella no entendía la situación. “No teníamos miedo por nada”, dijo. También recuerda el chocolate del soldado, que venía en un envoltorio azul y blanco. “Comimos mucho de ese chocolate”, se rió.
La hija del soldado estadounidense decidió usar las redes sociales para tratar de localizar a los niños en la vieja foto en blanco y negro, comenzando con los grupos de veteranos. La imagen llegó hasta el periodista italiano Matteo Incerti, experto en la Segunda Guerra Mundial, quien rastreó los pasos del regimiento de Adler y dónde había estado estacionado a partir de un pequeño detalle en otra fotografía.
La misma foto fue luego publicada en un periódico local y entonces las identidades de los tres niños, que para entonces eran abuelos, pudieron descubrirse.
“Estoy tan feliz y tan orgulloso de él. Porque las cosas podrían haber sido tan diferentes en solo un segundo”, dijo Donley. “Saber que Martin podría haber disparado y que ninguno de mi familia existiría es algo muy grande”, dijo la nieta de Giuliana Naldi, Roberta Fontana. “Es muy emotivo”.
Durante su estancia en Italia, Adler pasará un tiempo en el pueblo donde estaba destinado, antes de viajar a Florencia, Nápoles y Roma, donde espera encontrarse con el Papa Francisco. “Mi papá realmente quiere conocer al Papa”, dijo Donley. “Quiere compartir su mensaje de paz y amor. A mi papá le gusta la paz”.
Dicen que antes de arribar al Vaticano, Adler quiere visitar el pueblo de Monterenzio y, como hace 76 años, regalar chocolates a los niños.
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