Renunció el canciller de Guaidó y puso en estado de coma a la oposición en Venezuela
Julio Borges anunció su renuncia al cargo y tras duras críticas propuso la desaparición de la presidencia encargada
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CIUDAD DE PANAMÁ.– Nuevo estallido en el interior de la oposición democrática. Julio Borges, canciller de la presidencia interina y coordinador nacional de Primero Justicia (PJ), anunció este domingo desde su exilio en Bogotá que abandonaba el cargo de comisionado de Relaciones Internacionales del gobierno interino de Juan Guaidó, una decisión que confirmará este martes ante la Asamblea Nacional del 2015 tras solicitar derecho de palabra.
“El gobierno interino tiene que desaparecer”, disparó el líder del principal partido (centroderecha) del llamado G-4, que conforma junto a los socialdemócratas de Acción Democrática (AD), los socialcristianos de Un Nuevo Tiempo (UNT) y Voluntad Popular (VP), el partido de Guaidó liderado por el exprisionero político Leopoldo López.
Borges criticó duramente al gobierno encargado del que ha formado parte durante tres años. “El gobierno interino se ha deformado, se ha convertido en un fin en sí mismo. Se ha burocratizado en algo que no está cumpliendo su manera de ser. Pensamos que la visión de gobierno interino debe desaparecer”, puntualizó el dirigente, que pretende anunciar en el Parlamento sus ideas para la “reconstrucción de la oposición dentro de Venezuela”.
En el trasfondo de la decisión de Borges, que antecede el proceso para renovar o no a principios de enero la presidencia encargada durante un año más, emerge la fallida gestión en la filial petrolera Monómeros en Colombia, que cayó en manos de la oposición, así como Citgo en Estados Unidos. Los cuatro partidos del G-4 se acusan de corrupción y de distintos intentos para acceder a sus fondos.
“La verdad es que en el entorno de Guaidó tenían un plan para apropiarse de Monómeros. Resulta que Guaidó iba a nombrar autoridades que nadie conocía, cuando la propuesta era agarrar a una de la mejores auditoras del mundo para hacer las cosas serias”, explicó Borges, quien apuesta porque la figura de Guaidó se quede exclusivamente para el manejo de los distintos juicios pendientes de empresas que quieren conseguir de los fondos congelados a Caracas el pago de sus indemnizaciones por expropiaciones o procesos arbitrarios del chavismo.
De momento, Guaidó sólo cuenta para su renovación como presidente encargado con el apoyo de su partido, VP, y de otros partidos pequeños, como La Causa R y Encuentro Ciudadano. En las últimas horas se han producido acercamientos para llegar a un acuerdo para enero, incluso con dirigentes de PJ.
Por el contrario, Estados Unidos acaba de reafirmar su espaldarazo de cara al año que viene; incluso Guaidó es uno de los invitados a la cumbre de la democracia puesta en marcha por Joe Biden.
“Guaidó puede insistir en que tiene el apoyo de Estados Unidos, pero al final lo que importa es Venezuela. Sería no escuchar lo que dice el país, no estar a su servicio y vegetar en una posición”, remachó el dirigente, de origen catalán.
De esta forma, Borges se ha alineado con el líder de su partido, Henrique Capriles, que encabeza desde hace tiempo la alternativa a Guaidó dentro de la oposición. El excandidato presidencial apostó desde el apoyo pasado por regresar a la pelea electoral, que a la postre no ha reportado buenos réditos para PJ. Uno de sus principales dirigentes, Tomás Guanipa, regresó desde el exilio para luchar por la Alcaldía de Caracas y cosechar un resultado muy negativo: quedó tercero tras la abanderada revolucionaria, la almirante Carmen Meléndez, y un independiente, Antonio Ecarri.
La postura de Borges fue criticada de inmediato en el seno de PJ, según supo LA NACION. En su movimiento, no contaba con el apoyo de gran parte de los dirigentes “justicieros”. Estos también critican la presidencia encargada, pero era motivo de discusión interna. Otros miembros del gobierno encargado de PJ guardaban silencio, aunque en el grupo interno se multiplicaban las críticas a Borges.
La noticia cayó como una pequeña bomba en medio del proceso de las nuevas elecciones en el estado de Barinas, donde el sábado hubo una manifestación del candidato proscripto de la oposición, que habría ganado las últimas elecciones. A la conocida división dentro de las fuerzas de la oposición real se han unido los partidos colaboracionistas, azuzados desde el poder.
Una de las primeras respuestas la dio el embajador en Canadá, Orlando Viera-Blanco, que desveló que varios de los embajadores de la presidencia encargada habían exigido su separación del cargo “por comprometer el servicio exterior por intereses (políticos). Su tono de descalificación y denuncia es injusto e inapropiado”.
“Dentro de ese amplio grupo que llamamos oposición, donde hay unos que sí se oponen y otros que no, pues responden al poder, la gran mayoría está más pendiente de ser los jefes que de derrotar a la tiranía”, se quejó el analista Walter Molina.
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