“Entristecida”: denunciaron a Meghan Markel por maltrato y ella apunta contra la monarquía
Un exasesor de los duques de Sussex afirmó que fue una víctima de la estadounidense cuando vivía en el Palacio de Kensington
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LA NACION
LONDRES.- Los duques de Sussex ya no viven en el Reino Unido y sin embargo son el eje de atención de todo lo que pasa en la corona británica. A días de que se publique la entrevista televisiva que Harry y Meghan Markle que dieron a la estadounidense Oprah Winfrey, un mano a mano que podría revelar secretos de la interna monárquica, se conoce la noticia de que la esposa del hijo menor del príncipe Carlos y Lady Di se siente mal porque fue acusada de maltratadora por un miembro del palacio.
De acuerdo con lo publicado por el diario The Guardian, Jason Knauf, quien fue secretario de comunicaciones de la pareja, presentó una denuncia en octubre de 2018 en la que señaló que Meghan lo maltrataba y que por esa misma razón ya había echado a otros dos asistentes personales.
Por ello la duquesa hoy está “entristecida”, por ese informe que afirma que fue denunciada por acoso durante su estancia en el Palacio de Kensington, reveló su portavoz. “Está entristecida por este último ataque a su persona, particularmente como alguien que fue objeto de acoso escolar y que está profundamente comprometida a apoyar a quienes padecieron este dolor y trauma”.
“Ella está decidida a continuar con su trabajo para construir compasión en el mundo y seguirá esforzándose por dar el ejemplo y hacer lo correcto y lo que está bien”, agregó.
Además, los abogados de la pareja dijeron al diario británico The Times que el periódico -quien fue el primero en dar la noticia sobre las denuncias contra Markle- estaba “siendo utilizado por el Palacio de Buckingham para vender una historia completamente falsa” antes de la difusión de la entrevista con Oprah Winfrey el próximo domingo.
Meghan, de 39 años, y Harry, de 36, se casaron en mayo de 2018 tras un noviazgo corto pero intenso, que mostró una nueva cara de la corona, más moderna e inclusiva. Sin embargo meses después anunciaron que quería renunciar a sus privilegios y seguir sus vidas en Estados Unidos. Ahora, semanas después de anunciar que esperan su segundo hijo, se conoció la noticia de la separación final de la familia real tras su decisión de mudarse a Los Ángeles, California, el año pasado. El palacio de Buckingham anunció el 19 de febrero que la pareja se despojará sus últimos títulos, tras confirmar que se retiran definitivamente de sus obligaciones como miembros activos: Harry perderá sus títulos militares, concretamente en los Royal Marines, y Meghan, exactriz, renunciará a títulos de orden caritativo, por ejemplo dentro del Teatro Nacional de Londres o en instituciones de la Commonwealth.
Expectativa
Aún es poco lo que se conoce de la charla intimista que los duques mantuvieron con Winfrey pero según las primeras versiones que salieron como adelanto del encuentro, que duró dos horas, el príncipe confesó a la estadounidense que le preocupaba que la historia se repitiera y él, junto a su pareja, viviera situaciones similares a aquellas que debió padecer su madre, Diana Spencer.
CBS publicó dos breves clips de la entrevista, que la cadena tiene previsto transmitir el 7 de marzo, y en uno de ellos Harry asegura: “Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera”, dijo en alusión a la princesa, quien fue perseguida por la prensa británica y murió a los 36 años en un accidente automovilístico en París después de divorciarse de Carlos.
“Estoy realmente aliviado y feliz de estar sentado hablando contigo con mi esposa al lado. No puedo imaginar cómo debe haber sido para ella (Diana) pasar por este proceso sola hace tantos años”, agregó. “Fue increíblemente duro para nosotros dos, pero al menos nos teníamos el uno al otro”.
Antes de mudarse a California, la pareja se había quejado del trato de los diarios británicos hacia Meghan, cuyo padre es blanco y cuya madre es afroamericana. De hecho afirmaron haberse sentido acosados y víctimas de racismo.
El mano a mano de los duques podría representar un golpe para la corona, en medio de la preocupación por el estado de salud del esposo de la reina Isabel, Felipe, de 99 años, quien abandonó este lunes el hospital de Londres donde fue tratado de una infección durante dos semanas, para ser sometido a exámenes cardíacos en otro centro de la capital británica.
Agencias Reuters, AP y AFP
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