¿Regreso a España? El deseo del rey emérito Juan Carlos se convierte en un dilema para Pedro Sánchez
Tras el archivo de las causas en la Justicia suiza, el monarca emérito quiere abandonar su exilio dorado en Emiratos Árabes Unidos
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BARCELONA.- Una vez encarrilada la aprobación de los presupuestos del año próximo, la temible ola de Covid-19 provocada por la variante ómicron será el principal dolor de cabeza, pero no el único, del presidente español, el socialista Pedro Sánchez, durante las fiestas navideñas. El rey emérito Juan Carlos I volvió a ocupar las portadas por su ardiente deseo de volver a España y abandonar su exilio dorado en los Emiratos Árabes Unidos luego de que la Justicia suiza archivara sus causas por corrupción. El asunto es radioactivo para el PSOE, dividido entre unas bases más bien republicanas y un presidente preocupado por los posibles ataques de la derecha monárquica.
Ahora bien, para poder retornar, debe cumplirse un requisito que parece inminente: que la fiscalía española archive también sus tres causas abiertas al antiguo jefe de Estado por evasión fiscal. La pesadilla legal de Juan Carlos I se inició al saberse que había recibido unos 65 millones de euros por parte de Arabia Saudita en 2008, probablemente fruto de comisiones ilegales por contratos en infraestructuras, y que luego él regalaría a su amante, Corinna Larsen.
La Justicia española nunca mostró demasiado celo a la hora de investigar las finanzas de la familia real española, por lo que el archivo de las causas se considera un puro trámite. Según los analistas políticos, esto podría suceder en cualquier momento después del tradicional discurso de Navidad del rey Felipe VI de cada 24 de diciembre.
Según informó el diario El Mundo, Juan Carlos I tiene incluso una fecha muy precisa en mente para su retorno: el 5 de enero, cuando cumplirá 84 años. Para preparar el terreno, el rey emérito ha puesto fin a su reclusión y se ha dejado ver en público recientemente. La semana pasada acudió al partido que disputó en el torneo de Abu Dhabi el tenista Rafael Nadal, con el que incluso compartió una cena. Dos días después, el deportista anunció que se había contagiado de Covid-19, provocando un alud de suspicacias, ya que en una fotografía que se difundió a la prensa ambos aparecían posando sin barbijo. Enseguida, la Casa Real informó que el exmonarca se había sometido a un test PCR y su resultado era negativo.
El rey Juan Carlos I asiste a la reaparición de Rafa Nadal en el torneo de exhibición Mubadala World Tennis Championship en Abu Dabi.
— EFE Noticias (@EFEnoticias) December 17, 2021
📸Ali Haider
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Consciente de lo sensible del tema, la Moncloa ha intentado lavarse las manos, pasando al Palacio de la Zarzuela la “papa caliente” del retorno de Juan Carlos I. “Esta es una cuestión que han de decidir el propio Juan Carlos y la Casa Real”, no se cansa de repetir en las ruedas de prensa la vocera del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ante las reiteradas consultas periodísticas. Según publicó la prensa española a partir de fuentes de la cúpula socialista, Sánchez quiere evitar la posibilidad de que Juan Carlos I muera en el exilio, una humillación que se podría convertir en munición para la derecha, y que además dañaría el futuro de la institución.
Divisiones
La cuestión del sistema de gobierno, monarquía o república, divide a la sociedad española. El CIS, la institución demóscopica pública, dejó de hacer esta pregunta en sus sondeos después de que estallaron diversos escándalos alrededor de la monarquía hace más de un lustro. Sin embargo, algunas encuestas privadas apuntan que el país está partido en dos mitades prácticamente iguales. Entre los votantes del PSOE, un 60% quiere un referéndum sobre este tema, y un 55% votaría a favor de la república.
La vuelta de Juan Carlos I no entusiasma tampoco en el Palacio de la Zarzuela. De hecho, la idea de su exilio en Abu Dhabi fue un intento de la propia Casa Real de cavar un cortafuegos para que los escándalos de su padre no dañaran la reputación de la institución. En marzo del 2020, el rey Felipe VI anunció públicamente que renunciaba a la herencia de las sociedades opacas propiedad de su padre en paraísos fiscales, y le retiró su asignación mensual. Ahora mismo, el principal escollo para el retorno del rey emérito son las exigentes condiciones que él mismo pretende imponer, según revelaba el artículo de El Mundo, y que incluyen la recuperación de su asignación mensual y establecer la Zarzuela como su residencia oficial.
Estas peticiones suscitan una incomodidad evidente para Felipe VI, pues el archivo de sus causas no equivale a su absolución, sino que más bien se interpreta como fruto de la nula cooperación de las autoridades sauditas con la Justicia suiza. De hecho, Juan Carlos I ya ha recibido una “condena social”, pues una mayoría de los españoles consideran probados sus delitos fiscales, de los que estuvo protegido por la inmunidad como Jefe de Estado. Por esta razón, los partidos republicanos, ya se frotan las manos con su retorno. Probablemente, esta situación se resolverá con un pacto entre Felipe VI y Juan Carlos I que recoja alguna especie de “exilio interno” para el emérito. Y es que el exmonarca es una “papa caliente” no solo para Pedro Sánchez.
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