Refugios abarrotados y mucho temor en la costa
Los habitantes de la zona y turistas, movilizados por el huracán
PUERTO VALLARTA.- En un refugio de la Cruz Roja de Puerto Vallarta, la norteamericana Wendy Mozingo y su familia, siete personas en total, se sentaron en círculo mientras trataban de comprender instrucciones en un idioma que no manejan. Uno de los chicos se concentraba sobre un libro. En el resto se notaba la tensión. Manos que se frotan, miradas intensas.
Habían llegado a Puerto Vallarta desde Austin, Texas, y tenían planeado irse el próximo martes. Pero hubo un cambio de planes, dijo Mozingo: "Nos vamos apenas podamos".
Ellos son parte de las 88 personas que esperan en el albergue la llegada del mayor huracán de la historia de México: ancianos en sillas de ruedas, chicos que se recuestan sobre sus padres o en colchones en el suelo de la habitación, un lugar de techos altos donde cuatro ventiladores colgados del techo empujan el aire, pesado y húmedo, para que las horas pesen algo menos. No se podía estar fuera del refugio, porque la lluvia caía pesada en ese momento.
Los encargados del lugar dirigían a las personas que llegaban a otros centros de evacuados. Este ya estaba lleno.
Mozingo explicó que decidieron dejar la casa que alquilaban en la playa un par de horas antes, cuando el encargado de la propiedad les dijo que ya no tenían opción. Habían llevado ropa para dos o tres días, pero decidieron partir y dejar la mayor parte de sus cosas en la casa.
El huracán Patricia avanzaba ayer hacia las costas del oeste de México como una monstruosa tormenta de categoría 5, la más fuerte que se haya registrado jamás en el hemisferio occidental, mientras pobladores y turistas buscaban resguardo o incluso escapar de la zona donde se preveía una catástrofe.
En Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, la gente reforzó las entradas de sus casas con bolsas de arena y maderas en ventanas y puertas, mientras los hoteles retiraban sillas y cualquier otro objeto en la playa.
En tanto, el aeropuerto de Puerto Vallarta permanecía cerrado y varias personas se acercaron a la terminal de ómnibus para tratar de salir hacia Guadalajara, la capital estatal, o a alguna otra localidad tierra adentro.
Los camiones de bomberos y ambulancias recorrían las calles de Puerto Vallarta con las sirenas encendidas para exhortar a la gente a evacuar la zona.
Zonas altas
Para José Manuel González Ochoa, dueño del restaurante "Pollos Ochoa'', esos llamados lo hicieron pensar mejor lo que iba a hacer.
González vive con su familia en el primer piso del restaurante y sus vecinos le dijeron que unos años antes de que él llegara ahí, el nivel del agua llegó hasta donde ahora habitan. "Más bien nos vamos para una zona más alta ya mismo'', dijo, y mencionó una comunidad a 30 minutos de la costa.
Según el censo de 2010, en el estado de Jalisco viven 7,3 millones de personas; en la ciudad de Puerto Vallarta, 255.000; en el estado de Colina, 650.000, y en la ciudad de Manzanillo, la que las autoridades prevén resulte más afectada, 161.000.
Uno de los huracanes más devastadores hasta ahora en México golpeó en 1959 las costas de Colima y dejó por lo menos 1500 muertos, según registros del centro nacional de prevención de desastres.
Agencias AP y EFE
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