Reformas en peligro: se calienta la relación entre Bolsonaro y el Congreso
RíO DE JANEIRO.- Visto fuera de contexto, podría parecer poco: bastó apenas un mensaje de WhatsApp enviado por el presidente Jair Bolsonaro para sumergir a Brasil en una nueva y recargada crisis política.
Al enviar entre conocidos un video que convoca a protestas callejeras "en defensa de presidente" el próximo 15 de marzo, Bolsonaro generó una nueva tensión entre el poder ejecutivo y el legislativo que amenaza con hacer naufragar las reformas económicas encaradas por el gobierno.
El llamado de Bolsonaro, contra los "políticos de siempre", repercutió rápidamente entre grupos de derecha, que viralizaron la convocatoria por redes sociales y anunciaron que los actos de respaldo tendrán también como blanco el Congreso y el Supremo Tribunal, situación que inflamó los ánimos de la clase política y de parte del aparato de Justicia.
La situación en el país ya estaba tensa.
La convocatoria a salir a las calles divulgada por Bolsonaro fue, en rigor, una respuesta de grupos afines al derechista luego de que el influyente general Jefe de Gabinete de Seguridad Institucional, Augusto Heleno, acusara al Parlamento de chantajear al gobierno.
"Tengo 35 millones de seguidores en redes sociales. En WhatsApp, algunas decenas de amigos donde cambiamos mensajes de índole personal. Cualquier conclusión fuera de ese contexto es una tentativa rastrera de tumultuar la República", aseguró Bolsonaro la semana pasada.
Reacciones
Como una bola de nieve, las reacciones de repudio al presidente crecían.
Celso de Mello, ministro de la Corte Suprema, dijo que Bolsonaro mostró que ignora el "sentido fundamental de la separación de poderes", en una visión "indigna" que muestra el "desprecio de degradación del principio democrático".
En la raíz del conflicto, uno más entre Bolsonaro y el Congreso, está la disputa por el manejo de unos siete mil millones de dólares del presupuesto, que en caso de que el Congreso derrumbe vetos del Presidente a la ley de leyes los legisladores podrían recuperar una porción de ese dinero que quedaría disponible para enmiendas parlamentarias.
Diputados y senadores utilizan a menudo las enmiendas a proyectos para destinar recursos a sus distritos electorales. Bolsonaro y el equipo económico puja para que esos fondos queden en manos del gobierno federal.
Heleno había sugerido que el presidente debía colocar al "pueblo en las calles" para enviar un mensaje al parlamento.
"Aquí nadie está atentando contra la democracia", buscó aplacar la crisis el viernes el vicepresidente brasileño, el general Hamilton Mourao. El militar hasta ahora ha actuado como contrapeso pragmático a Bolsonaro, intentando poner paños fríos ante episodios críticos en el plano local e internacional.
Marzo caliente
Marzo promete ser un mes caliente en las calles. Las protestas callejeras a favor del gobierno, el próximo 15, tendrán su contraparte. Centrales opositoras y movimientos estudiantiles ligados al Partido de los Trabajadores saldrán a manifestarse el 18, tres días después, con la consigna "fuera Bolsonaro".
Paulo Calmon, politólogode la Universidad de Brasilia, opinó que aunque hasta ahora los conflictos con el Congreso no entorpecieron los planes del gobierno, el elevado tono del conflicto amenaza con volar por los aires la relación, en momentos en que el gobierno busca avanzar con una reforma administrativa y una tributaria.
"El presidente elevó el grado de incertidumbre sobre el futuro de las reformas. El enfrentamiento llevado a las calles puede inviabilizar cualquier acuerdo entre poderes", aseguró a LA NACION el profesor.
Hacia el final de la semana, el presidente de la Cámara Rodrigo Maia intentó poner paños fríos. "Incluso con la crisis política, existe comprensión de que el país necesita las reformas", escribió desde España, donde cumplió con una agenda de reuniones.
Tras el receso de carnaval, el Congreso retomar hoy los trabajos. Esta previsto que Bolsonaro se reuna con Maia y con el presidente del Senado David Acolumbre, en un intento por encauzar la crisis.
El gobierno busca serenar el clima, en medio de un frente externo abierto por la epidemia de coronavirus que amenaza con contaminar la economía del país.
El Ejecutivo tiene como meta avanzar este año en las reformas tributaria y administrativa, dos iniciativas consideradas clave para simplificar la economía y achicar el gasto del estado.
La necesidad de implementar las reformas aparece para el equipo económico del gobierno como una necesidad imperiosa para empujar la economía ante un escenario de crecimiento posiblemente más tímido al 2,4% proyectado.
Temas
Otras noticias de Jair Bolsonaro
Más leídas de El Mundo
Euforia del Frente Amplio. Orsi celebró su triunfo y envió un mensaje al oficialismo: "Nos tendrán que ayudar a construir un país mejor"
El regreso de la "canciller de hierro". Angela Merkel: “El miedo no es buen consejero, pero estoy preocupada: tenemos que cuidar la libertad”
Elecciones en Uruguay. El mapa con los resultados de la segunda vuelta entre Orsi y Delgado
La invasión rusa. Zelensky denuncia que Rusia quiere convertir a Ucrania en un “banco de pruebas” de sus armas