Redujeron en 106 la cantidad de muertos en Sri Lanka
COLOMBO.- Las autoridades de Sri Lanka redujeron ayer en más de un centenar el balance de víctimas mortales de los ataques del domingo de Pascua y anunciaron que el saldo es de 253 muertos y no de 359, como se había informado, debido a que algunos cuerpos mutilados habían sido contados varias veces.
En una declaración difundida ayer, el Ministerio de Salud informó que, al concluir las autopsias, como "varias de las víctimas estaban muy mutiladas" se produjo en algunos casos por error "un doble recuento".
El 21 de este mes, una serie de ataques fueron perpetrados casi simultáneamente en tres hoteles de lujo y tres iglesias en Colombo, capital de Sri Lanka, y otras ciudades del país.
El gobierno esrilanqués anunció que "nueve kamikazes" en total habían fallecido en los atentados del domingo de Pascua. Ocho fueron identificados, pero sus nombres no han sido revelados.
En este contexto, el primer ministro Ranil Wickremesinghe dijo ayer que todavía hay sospechosos prófugos y que podrían tener explosivos.
La policía informó que busca a tres mujeres y un hombre presuntamente involucrados en el atentado, que fue reivindicado por Estado Islámico.
Las fallas de seguridad llevaron a que el máximo responsable del Ministerio de Defensa de Sri Lanka dimitiera ayer. Hemasiri Fernando entregó su carta de dimisión al presidente Maithripala Sirisena.
En otro orden, las iglesias católicas del país permanecerán cerradas hasta que mejore la situación de seguridad tras los atentados.
El reverendo Niroshan Perera, quien dirige los funerales de los fallecidos en la explosión de Negombo en la Iglesia de San Sebastián, dijo que las iglesias católicas en la ciudad, conocida como la "Pequeña Roma" por sus múltiples inmuebles religiosos, estaban cerradas y cancelaron misas por consejo de las autoridades. Los funerales de las víctimas se realizan en ceremonias privadas.
La autoridad de aviación civil también prohibió los drones y las aeronaves no tripuladas mientras los expertos de la policía seguían practicando explosiones controladas de objetos sospechosos cuatro días después de los ataques suicidas.
En el pasado, los insurgentes emplearon drones de aficionados para transportar explosivos.
Las fuerzas iraquíes comprobaron que era difícil derribarlos en su ofensiva para expulsar al grupo Estado Islámico del norte de Irak, donde los extremistas los cargaban con granadas o explosivos para atacar al enemigo.
En una advertencia inusualmente específica, la embajada de Estados Unidos en Sri Lanka dijo que los lugares de culto podrían ser nuevamente atacados.
Agencias AP y AFP
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