Recrudece la protesta en Hong Kong: fuerzan el cierre de la sede de gobierno
Miles de activistas se enfrentaron con la policía, que anunció la detención de unas 40 personas; el movimiento exige la celebración de elecciones libres en la ex colonia
HONG KONG.- Cuando parecía que el malestar se aplacaba, las protestas en Hong Kong recrudecen otra vez. Miles de activistas prodemocracia desafiaron ayer las órdenes de las autoridades, se enfrentaron a la policía y forzaron el cierre temporal de la sede gubernamental.
El líder de Hong Kong, Leung Chun-ying, dijo que la policía había sido tolerante, pero que tomaría "acciones decididas", dando a entender que la paciencia se habría acabado.
El caos estalló cuando los oficinistas trataban de llegar a sus trabajos y cientos de manifestantes rodearon el Centro del Admiralty, que alberga oficinas y comercios. Las oficinas del gobierno central y la legislatura debieron cerrar sus puertas por la mañana, al igual que decenas de locales comerciales.
El último estallido de violencia, durante el cual la policía atacó a los manifestantes con bastones y gas pimienta, marca una escalada en el movimiento de desobediencia civil.
También subraya la frustración de los manifestantes por la negativa de Pekín a conceder reformas electorales y otorgar una mayor democracia en la ex colonia británica.
"Algunas personas han confundido la tolerancia de la policía con la debilidad", dijo Leung a periodistas. "Pido a los estudiantes que están planeando volver a los puntos de ocupación esta noche no hacerlo", agregó. Pero no respondió cuando se le preguntó si la policía despejaría el lugar ayer.
El líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, Alex Chow, dijo que los manifestantes habían intentado paralizar las sedes del gobierno.
"El plan no funcionó, dado que aunque algunos lugares fueron ocupados la policía los despejó de inmediato", añadió Chow.
El movimiento prodemocracia representa una de las mayores amenazas para la dirección del Partido Comunista de China desde la sangrienta represión en 1989 de las manifestaciones estudiantiles en los alrededores de la Plaza de Tiananmen, en Pekín.
Cientos de agentes policiales antidisturbios dispersaron a la multitud en escenas caóticas durante la noche, obligando a los manifestantes a replegarse esparciéndoles gas pimienta y golpeándolos con bastones.
Decenas de médicos voluntarios asistieron a numerosos heridos, algunos que yacían inconscientes y otros sangrando con cortes en la cabeza. La policía dijo que se realizaron por lo menos 40 arrestos.
Los manifestantes exigen elecciones libres para el próximo líder de Hong Kong, que asumirá en 2017, y rechazan la votación entre candidatos preseleccionados que defiende el Partido Comunista de China.
El secretario de Finanzas, John Tsang, dijo que las protestas habían dañado la imagen internacional de Hong Kong y la confianza de los inversores, y añadió que el crecimiento económico de la ciudad podría ser inferior a la previsión gubernamental del 2,2%. El gobierno local también informó de una ralentización en las ventas minoristas mensuales.
Por otra parte, el dirigente estudiantil del grupo Scholarism, Joshua Wong, uno de los más visibles del movimiento prodemocracia, anunció ayer que había comenzado una huelga de hambre por tiempo indeterminado. Dos estudiantes más acompañan a Wong en la medida de protesta.
"Nos privaremos del alimento hasta que el gobierno retome el diálogo con nosotros y se reabran las consultas sobre las reformas electorales en Hong Kong", dijo Wong desde el escenario de Admiralty, donde se coordinan las manifestaciones.
El anuncio fue recibido con conmoción y preocupación, pero algunos de los manifestantes más radicales expresaron su temor a que la medida de fuerza no sirva para nada.
"Todo puede terminar con Joshua Wong en el hospital y nada en concreto", dijo un estudiante, cubierto con una cámara antigás.
Agencias AP, AFP, EFE y Reuters
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